Otras estrategias de subsistencia
En la zona mediterránea peninsular las pequeñas presas comienzan a tener un papel relevante en la alimentación humana al menos desde el Gravetiense. El caso del conejo es de especial importancia, ya que sus altas capacidades reproductivas lo convierten en un recurso muy abundante que actúa como complemento en la dieta. Es muy probable que una parte de la carne se conservara a través del ahumado para su consumo posterior.
En el registro arqueológico también se documenta la explotación de aves, pequeños carnívoros como el lince y recursos marinos como peces, moluscos y crustáceos, si bien su presencia es escasa. Para garantizar una buena salud, los grupos del Paleolítico mantenían una dieta que combinaba los recursos animales y vegetales. Recientes estudios han demostrado el consumo de hojas, raíces y frutos como piñones, camariñas, prunas, sauco, leguminosas y bellotas.
piezas
- Maxilar y mandíbula de lince. Cova del Parpalló (Gandía, Valencia). Paleolítico superior.
- Restos de fémur de conejo (Oryctolagus cuniculus). Cueva de los Murciélagos (Vilamarxant, Valencia). Paleolítico superior.
- Restos de tibia de conejo (Oryctolagus cuniculus). Cueva de Murciélagos (Vilamarxant, Valencia). Paleolítico superior.