La "Cova Negra" de Bellús y sus industrias líticas
Francisco Jordá Cerdá
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ISSN 1989-508
FRANCISCO JORDA CERDA
Trabajo. del Servicio de Investigación Prehistórica
La Cava-Negra de Bellú!> (Játiva)
y !>u!> indu!>lria!> IItic.a!>
Con e l presente trab:¡jo intentamos continuar la obra empezada
por el inlcli,l!cnlc col:!borador del S. r. P. e infatigahle invcsti,gtldor
sctahens(', R. D. Gonzalo Viñcs Masiv, cuya alevosa muerte todos
deploramos (1), dando ti conocer los importantes materiales que en
sucesivas campañas de excavaciones fueron puestos al descublCrto
bajo la competente dirección de aquél en la Cova.Negra de Bcllús
(Játiva) (2).
L:l Dirección del S. L P., a l confiarnos para su ordenación los
materiales. OOI:IS e inve ntarios cariñosamente recopilados y estudiados por el Sr. Viñes, nos advi rtió de lo enojoso de la tarca y de
las muchas dificultades con que tropezaríamos para lle"ar adc!:mtc
e l estudio de. la estación. el cual hoy ofrecemos sin pretensión :tJguna de que sea consider:tdo como definitivo_ Para llevar a l mejor
lérmino posible la lahor encomendada, hemos procurado compro(1) Véase la nota. bJogranca que encabeza, el trab:\Jo: Gonzalo Vi1ies Ma.sip,
.Cóva-Negra. de Bellu.s. r. Notas. sobre !..as cxcavaclones practicadas». Serlc de
Trabajos Varios. S. l. P., núm. 6. Valencia, 1942.
(2) AdemAs del t.ra.I:IaJo de la nota anterior, VI'tiCS pn:6CDtó una comunicación al IV Congreso Internacional de Arqueologla celebrado en septiembre de
1929 en Bareelona.. Y Q. ViI\es. «Lf¡, CóVlVNegra.t, en Arohho de Prehistoria Le.
vantina., t. l, pago 11·14. VaJencla, 1928.
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2
P'RANC!SCO lORDA CSRDA
har y COnlraS lar, siempre que nos ha sido posible, piezas y referencias. ordenando metódicamente las múltiples y diversas notas de su
excavador. A pesar de nuestros esfuerzos, Queda, sin embargo, el
temor de Que nuestro trabajo aparezca lleno de vacilaciones o se
resienta por exceso de rigidez o esquematismo. cosas que hay que
:lIrinui r principalmente a la carencia -de datos e impresiones personales, que sólo se adquieren sobre el terreno, excavando directamente, r Que actuando después a través del trabajo lo vivifican.
Esperamos que todos estos inconvenientes y la provisionalidad
de nuestro estudio puedan ser subsanados después de una úhima
campaña de excavaciones en el yacimie nt o que nos OCUp:l , de cuyos
resultados esperamos 13 confirmación de nuestros modestos plintos
de vista.
•
EL YACIMIENTO, SU ESTRATIORAFIA Y fAuNA
Los aspectos geográfico3 y geol6gicos de la Cava-Negra so n demasiado conocidos para que nos ocupemos nuevamente de ellos.
Nuestro yacimiento se encuentra situado dentro de un área poco
explorada r menos estudiada, por lo que al Paleolítico medio se
refiere. Ninguna de las cst3ciones que se citan dentro de 13 región
oriental de la Península ha sido estudiad:! sistemáticamente; tan
só lo se poseen, acerca de ellas, simples notas dc prospección o de
ligeras catas, siendo, pOr tanto, de todo punto imposible un estudio detenido y eficiente del Paleolítico medio levantino y del problema de sus relaciones .
La circu nstancia de encontrarse Cava-Negra en el paso que da
acceso, a tr3vés del valle de Albaida, a las montañas de la zona
norte de la provincia de Alicante. desde los llanos y zo nas bajas vaIcncianas, influyó de un modo positivo en el carácter tipol ógico
dc sus materiales y en el empleo de técnicas vMiadas. En conju nto, todo el instrumental lítico pod emos cons iderarlo comprendido
dentro de los lipos musterienses, construídos con técn ica daclonieose -pla nos de percusión amplios y no preparados, ángulos de
rotura obtusos- con débiles influencias levalloisienses y achelcnses.
La presencia de lascas levallois, au nque en cantid:tdes insignificantes, justificaría para nuestra estación, el haber sido clasificada por
BreuiJ como de c:lendencio toyuc1ensc" (1). Interesa destacar Que
(1) Luis Perico~ Oarcfa: eOran Historia general de los pueblos hisp{!.nlcon
Barcelona. 1942.
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s
LA COVA.NEORA OE IliELW$
los instrumentos de Cava-Negra están construídos sobre lascas más
pequeñas Que las utilizadas para la fabricación en yacimientos de
características análogas.
Dentro de la Península cabría relacionar Cova-Negra con algunas estaciones del Valle del Manzanares (1) y la consideramos
estrechamente ligad:1 a las estaciones nordafrican:IS.
La estratigrafía de Cava-Negra ya ha sido expuesla en airo lugar (2) y con Iigcr.1s v:lriantes, y de :1bajo arrib:1 es como sigue:
1.0 SucIo de 1:1 cueva formado por margas tri:ísic:1s.
2.° Tierras arcilloso-calizas. Faun:1 escasa y de difícil identificación. InduSlrb pobre en instrumentos tipos. Nivel D', de Viíics,
denominado por nosotros E.
3.° Capa de tobas. Estéril.
4. ° Tierras arcillosas rosadas. Industria con innucncias bifaciales. fauna semejante al anterior. Nivel D.
S." Tierras areniscas rojizas con abundante material lítico bien
definido y rcstos de fauna importantes y c1asificablcs. Nivel C.
6." Tob:ls de color oscuro en dcscomposición. Estéril.
7." Limo compuesto por arcillas rojizas con abundantes restos
de fauna. Nivel B.
8.- ..... uera de la cuev~ y un poco más alto Que In superficie de
la misma, se encuentra un estrato de compoaición análoga al B
- limo arcilloso rojizo- del cual parece ser una continu1ci6n
tanto por la industri3 como por la f':Hlna. Nivel A.
Además de éstos se encuentran los niveles pertenecientes a 13.
llamada por Viíies, galería del :íngulo sudeste, cuyos estratos parecen coincidir con los n, e y D. y:l por sus características gcol6gicas,
ya por la conformidad tipológica del matcrial (fig. 1).
En CU:lOtO :1 la fauna de la estación, nos :Itenemos :1 la cuidadosa clasificación de Royo Gómcz (3). Según éste. es p:ltente la pre·
sencia del E(ll/IIS cahnllus L., Rhinoceros merckii KaIlP., SI/S ,~CTo(1)
Julio MarUnez Santa-OlaUa: d:s(:.uema paleblol6g1co de la Penlnsuln
HlspAnlcal. Corona de Elitudl06 S. E. A. P., t. l .. M.adrld, 1!Kl, pág. 141 Y SIp.
Interesantes 1\ pesar de sus vacilaCiones y constantes rectificaciones son los trnbajos de Pérez de Barradas. cuya. bibllOfl:ra!ia haata el 1936 puede encontrarse
en José Pérez de BafT9,óss. •Nuevos estudios sobre prehistoria mo.drllel\a. La
colecelón Bentol_ Anuario de Prehistoria Madrllel\a. t. IV-V-VI. 90 p(¡gs.. y
XXXIX lAm. MadrId, 1936. Sin entrar en discusión sobre las apreciaCiones del
autor acerca det Paleolitlco inferior madrilefto. creemOll que la 1ntl'oduccl611t de
Wl& nueva tenninoloila. más que aclarar problemas. loe complica excesivamente.
(21 O. ViAes. 01). cit. en la primera nota.
(31
José Royo 06mez .•Cbva-Negra de BellÚ8.
n . Relacl6n
detallada del ma·
J. P. Valencia
terlal f08ll». serie de t.nl.baJos varios, nüm. 6. paga. 14-18. S.
1942.
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•
PRA,NC1SCO JQRDA OBRI)A
Ja L., CCrtlllS claplws L., Elcphas iolcmis Pom., Feli:c pardus L.
y adcm:ís especies indeterminadas de Capra, /los. Ovis aries, LCPIIS,
Callis, Rllilloccrt)s y Elcplltls. La presencia del ElcpllOs io/cmis,
Rhi/loceros tIIerckii y Fdh: partlus aseguran un clima cálido de
•
. '-.
--- -.
tipo húmedo para la región en que se encuentra enclavada la CuvaNegro.
Poco interés reviste el hallazgo de un fragmento de b6vcd:J craneana perteneciente a un Iler humano. Sus reducirlas dimensiones
y el mal estado de conservación impiden formular la menor obscr\':lción antropológica. El hallazgo. scgtlO las notas de Viñes, p;¡rece
ser esporádico y sin relación posible con los materiales de 1:t estación.
En las presentes not:lS sólo vamos a Iratar de la industria lítica
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LA COV,A-NEGRA OE BELLUS
5
del yac1m1cnto, deja ndo para otra ocasión el estud io de los materi ales óseos, de los que poseemos una excelcnte colecci6 n, especialmente de huesos aguzados en forma de punzó n.
JI
LOS NIVELES Y SUS INDUSTRIAS
N /T' EL E .-F ué denom ina do por su excavado r co n la notación D'; nosotros, para mayor co modidad y en evit ación de confu sio ne ~, hemos preferi do se ñalarlo como E. Est;í formado po r
tierras :1fci ll oso-calizas de color negruzco, poco co mpactas. Los
restos de fa un:l, excesivamente fr:lg mcntados, so n im posible de
clas ificar con exact itu d en la mayoría de los casos y pertenecen a
Equl/s, Ccnms, Ovis. Capra, cte., sin que se puedan precisar especies.
La industria lítica, pobre en formas típicas de l musterie nse.
ofrece Un:! gra n can tidad de lascaa irregulares, de .ama ño pequeño,
muchas de ell as con el plano de percusió n intacto y ángulo de frac(Ura obtuso, escasean las lascas con pla no de percus ión prepa rado
(5 por 100 del malerial del estrato); en cuan to a tipos y form as
pueden encuadrarse del siguiente modo (fig. 2):
Fi&lIr. 2."--Nivd
e
(Tam. all.)
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6
PRA/NC1SCO JORDA OfADA
PUf/tas: Aparecen dos variantes, unas de tipo pequeño, forma
triangular y base adclgaz:¡da, con pérdida del plano de percusión
In mayoría de las veces; s610 presentan retoques en uno de los
bordes (núm. 1); otras., labradas sobJ-c grandes lascas de contorno
triangular asimétrico, plano y bulbo de percusi6n adelgazados )'
retoques en uno de los bordes, raramente en los dos.
Raederos: Son abundantes las talladas sobre lascas gruesas de
pequeño 'tamaño, con borde de línea irregular debido :1 10 duro
del reloque (núm. 2), casi todas ellas presentan la parte basal ;tdel.l!3Z3da. Olro tipo. más escaliO, lo forman raedera s sobre lascas
grandes de Bcccibn triangular, con borde convexo de línea irregular e intenso retoque, uno de sus extremos por lo general esrá ligeramente apuntado, los planos de percusión tienden a des:'tparecer bajo el intenso retoque de rebajado (núm.. 3).
Raspadores: Bien se construyen en extremo de tasc:! o se Hprovedan lascas de desbasta miento (núm. 4). tendiendo a adoptar
formas redondeadas.
Bu'r iles: Son poco típicos y escasos; el Que reproducimos (m'lmero 5) pudo haber sido utilizado como raspador.
Entre las piezas consideradas como taladros O perforadores,
:!bundan las talladas sobre pequeñas lascas y caracterizadas por una
punta poliédrica Que se aguza en uno de sus extremos (núm. 6).
NIVEL D.~Descansando sobre una ligera cap:! de tobas cstériles se encuentra un cstr?to formado por tierras predominantemente arcillosas de color rosado. Los restos de fauna encontr:!dos
en él difieren en poco de los del nivel antcrior, :!tlOque el clima
puede ser meior definido graci:!s :! la presencia del Felix PQrd"s L.,
que indica una temperatura de tendencia cálida.
La industri:'!, :'!tlOque pudier:'! derivarse sin grandes dificultades
de la del estrato E, dadlls sus características técnicas y tipoló,!Iic3s,
presenta formas nuevas, que hacen pensar en la aparición de nuc_
vas influcncias. La mayor parte del matcri:ll está tallado dentro de
la técnica clactoniense, sobre pequeñas lascas, presentando un débil punto de contacto con la industria bifacial. El conjunto del cstrato podría ser considerlldo como un musteriense de tendencia
tayaciense y podríamos encontrarle ciertas semejanzas con el Tayacicnse n o superior del Valle del Manzanares (1). El material
(ng. 3) podemos agruparlo en los siguientes tipos:
Haellas: Exi¡;¡c un solo ejemplar (núm. 1), tallado toscanlente
por ambas caras, con amplio!; planos negativos de lascado; Id base
... .
(1)
JulIo Martlnez Santa-olalJa.: op. clL
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LA COVA-NEGRA DE 9ELl.US
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tTlm_ 4/ 5J
aparece deprimida y en el ápice, en vez de punta, aparece una
arista tra nsversal al plano de simetría de la pieza. No creemos que
derive direct!lmenlC de la induSlria achelense y solamente lo consi ~
dcr::Jmos como un recuerdo muy alejado de eIJa_
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B
Ptl1l1as: Por regla general son de pequeño tamaño (núm. 2),
siendo excepción las gr:mdcs (núm. 3). Todas ellas son de forma
triangular asimétrica}' presentan la h:lSc adelgazada. En gran nú·
mero de clla~ observamos una modalidad técnica, que se lepite
con frecuencia en 1:18 industrias de 10i es tra tos supe riores ele 1:1
cueva; t:d es la :lsimctría de I::i punta a consecuencia de la inclinación del plano basal, formándose :1sí una prominencia angular ,
!:ts m:ís de bs veces con una ligera depresión o muesca en la parte
inferior del horde exterior. Todo ello creemos que rcspondín :l
facilitar el cnmangamicnto de la pieza. Por nuestra parte, pensarnos
que tal mod:Jlidad técnic:1 es uno de los tanleos previos a la construcci6n de b punta pedunculada.
Raederas: Presenta dos tipos: las pequeñas, con retoqut.! fino
y base deprimida, y otrllS, fahricadas sobre I"sells grandes con borde irregubr y convexo (fig. 3~ nú ms. 4 y 5).
Uaspa(/ores: Son escaslls las pic-¿:1s que podrbmos consiller:lr
como tales dentro de este nive l, siendo los m!Ís corrien tes los t:lliados en extremo de bsC"a {núm. 6) y algunos tienden a adopt:lr la
forma discoidal (núm. 7).
J un to 11 buriles poco derlnidos y I¡('rjoradores poco típicos, aparece una gran cantidad de laSC:IS urandes, much:ls de ellas con rctoques, pero de uso poco definido; su única cosa común parece
ser b estrecha dependenci:1 con la raIJa clactoniense.
N / FEI . C . ~Form:ldo por arenas rojas con algunas grav:l.;, es
de más interés arque.oI6.gico que los anteriO res. Ru fauna se l'OIllpone prillcip:dmenlc de équidos. cérvidos y hóvidos, re\' istiendo
especial interés distintos restos de Rhilloccros fIlcrckii Kallfl. )'
F:lcpl/as ;o/('lIsis Pom.; de este último poseemOs un rnol:u en perfeclo estado de co nscrvaci{lO. El clima en razón de la faun;1 dehió
ser temperHdo y bastante húmedo.
Para 1:1 eronoiogí:l de nuestro yacimiento y especialmente del
estrato que nos ocupa, la ex.istencia del E. io/clIsis tiene gr:1\1 im~
porlancia. ESle, definido como una especie de. defante enann, es
considerado como el sucesor del E. lltlfwlicl/s en Afrita del Norte,
donde se ha señalado haSla ahora su área de expansión, cr... yéndose que proviene de Sicilia. El E. iolcIIsis parece ser que \'ivió
duranle la última parle del Mon:lstiriense (terrazas y playas de 1520 m.) o a últimos de la glaciación de Würm, según la cronología
:dpino-~Iaciar. Con ello, nuestro nivel e sería contem po r:íneo del
final del Illusteriense típico europeo. con el cu:d tipológicamcnte
p:Jrece corresponderse.
I"dl/stria lítica.- Pllut!lS (fig. 4): Son muy raras la de form:1
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LA COVA-NEGRA lOE 8EU.US
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romboidal (núm. 1) y más frecuentes bs triangulares, entre las que
distinguimos v:!rios tipos: punt::ls pequeñas con el plano basal
oblicuo al eje de simetría (núm. 2); con base ligeramente deprimida (núm 3) o redondeada (núm. 4); puntas alargadas, isoscéJicas,
con h:lse recIa}' deprimida (núms. S, 6 y 7) o redondead:'!, dejando
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salvo el plano y bulho de percusión (núm. 8). 1...3 número 9 reprOduce una punta gruesa con plano basal oblicuo, su bulbo ha sido
rebajado y su plano de percusión retocado con posterioridad (núti
mero
9).
J?aedcras: Es el tipo de instrumento más abundante y variado.
Entre 138 construídas sobre lasca gr:wde se encuentran unas con el
borde recto o ligeramente cóncavo; la parte basal ha sido deprimida; éSt3S. más Que racderas, se 3scmej:m ti grandes cuchillos. y
como a lal podemos considerarlas (lig. S. núm. 1): otras ofrecen el
borde convexl) (núm. 21 y en algunas se apunta uno de los exlremos
(núm. 3). I~cspcclo a hlS de t3m:lño pequeño sus form:IS son l .• n va-
•
riad:ls Que se resisten a uon sistcm:llizaci6n, siendo los tipos m!is
frecuentes los construídos sobre lasca gruesa, con el borde reCIO y
la parte basal deprimida.
Cuchillos: Dentro de esta rúbrica ineluímos una serie de piezas
construídas, casi exclusivamente. sobre hojas delg:ldas, tod:ls ellas
con un borde intensa y finamente relocado con tendencia a curvar l:l
parte de borde correspondiente a un extremo, formando un {¡pice
(fig. 6, JJÚms. J. 2, 3 y 4). En es tu tipo podríamos encontrar el antccedente de Abri-Audi y Chatelpcrron.
EscoplO!: Denominamos asi a un:lS piezas de forma trapezoidal
con rctOQucs en los lados no paralelos: la base menor aparece disminuída por intensos retoQuet y la mayor biselada. En la terminologiO! francesa se denomina corrientemente a este instrumento tranchet, término Que creemos haber traducido de un modo apropiado.
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PRN~rsco
JORDA OEJIDA
ya Que el instrumento, por su forma, se acerca mucho a los escoplos
actuales (fig. 6. núms. 6 y 7).
Buriles: So poco variados y. por lo general, reproducen siempre el típicO' buril lateral (fig. 6, núm. 8). El número 9 reproduce
un ouri' semi lunar.
Raspadores: Se construyen, por 10 general, en extremo de I:J.sca,
con formas y tipos variados, y corrientemente son de tamaño pequeño (fig. 6. núm. lO).
Taladros: Algún interés ofreccn los taladros o perforadores con
sa liente poliédrico, como Jos reproducidos en la figura 6, números
13 y 14, que repiten un tipo frecuen te en el yacimiento y Que posi.
blemente fueron utilizados como buriles.
Perjomdores: Reproducen un tipo corriente (figura 6. númcros]1 y 12).
Hojas: De gran interés es [a hoja reproducida (fig. 6. núm. 15)
sobre [asea alargada, que conserva e[ bulbo y plano de percusión,
que presenta e[ borde derecho intensamente retocado; parece rafa
intencionadamente en su parte supe rior. Su encuadramiento dentro
de pequeños cuchillos parece poco preciso.
Pm¡tas de tipo microfítico: Hemos dejado para lo último la
descripción de dos puntilas, verdaderos microlilOs, una de ellas
(fig 6, núm. 17) es un:1 punta triangular ;¡[;Irg:lda sin retoques y
con el ápice rOtO; su secdón es tri;lOgular; la otra (núm. 16) es de
forma cva l y presenta en 1;1 base numerosos retoques de rebajadQ.
NIVEL B.-Separado del anterior por una capa de tobas en
descomposición se halla un estrato formado exclusivamente por
limo rojo, en cuya superficie se encuentran algunas bo lsas lobáceas.
Su fauna se compone de Eqlllls cabal/liS J...., que aproximadamente
co nstituye [a mi tad de los restos animales, siguiéndo le en impo rtancia Cervus , Capra, Ovis, Bos, Sus, algunos restos de Rhinoccros
merckii Ka/lp. y o lros at ribuidos a Cáuidos. La industria lítica de
este nivel pertenece a un mustericnsc típico muy evolucionado. Son
notab les en él la aparición de tipos semejantes a los africanos y la.
apanción de ciertos tipos Que preludian piezas y técnicas del Paleolítico superior. El ma.terial puede ser distribuído del siguien te
modo:
Prmtas: Los instrumentos de forma triangular abundan en este
nivel con gran variedad de tipos. En c:lsi todos cllos las bates han
sido adelgazadas. Continúan apareciendo las puntas de b:1se horizontal (fig. 7, núm. 1), si bien es \'crd:ld que más rohustas en su
parte media, y los tipos de base rcdondc:lda y forma isoscélica (números 2, 3 y 3 a). De bella factu ra son las puntas grandcs y robustas,
-
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LA COVA·NOOIM DE BELLUS
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de bordes curvos y plano de percusi6n inclinado con respecto al eje
de simelrí:l (núm. 4). El ejemplar que reproducimos puede compararse con el publicado por Brcuil en la Serie 3 de Clacton-onSea (1). Las semejanzas con tipos africanos atericnses está plenamente demostrad:! con la ap:lrición de puntas pedunculadas; sin
emb;lrgo , los tipos de Cova-Negra no son tan típicos y logrados
como los de Afric:! de l Norte. Reproducimos un ejemplar (núm. ~"
en el que es c1:lra la iniciación del pedúnculo, y otro (núm. 6) m:ís
logrado, aunque de técnica más pobre. M:ís importancia revisten a
nuestro entender dos puntas pequeñas y alargadas co n pedúnculo
(núms. 7 y 8) por su parentesco con otros ejemplares de la estación
francesa de La Ferrasie (2).
PI/lilas de la"zu: Bajo esta denominación comp rendemos incluso las llamadas plmtas de mallO, pues creemos que tajes instrumentos debieron ser utilizados enmang:ldos. La creencia de que los
instrumentos líticos se utilizahan cogiéndolos directamente con la
mano, debe ser dcsterrada, pues salvo raras excepciones el mango
es consubstancial con el instrumento. La figura 7, número 10, reproduce un bello ejemplar de punta de malla musteriense, cuya
hase ha sido pacien temente adelgazada, conservando el bulbo de
percusión y restos del 'Plano, el rctoque es intenso y fino en amhos
hordes. De .e;r:1O ruclcz:l y con apenas retoque es la reproducida t..n
el número 11. Olro lipo. elegante y fino (nÍlm. 12), se construye
sohre lasca abrgada, con intenso retoque r base adelgazad:!.
Hacdcr(ls: Es siempre el instrumento que m:ís variedad de form:IS presenta y e l m:is numeroso. Son característicos los bordes eur·
\'os y convexos con relOque menudo y cui dado; en cuanto a los ¡¡pos continúan oscilando entre los construídos sob re lascas recias,
que se ¡¡semejan ti gr:lOdes cuchillos (fig. 8) y los tallados sob re lascas pequeñas y grueS:lS con borde retocado d e línea vuriab le.
r:/Ic1d/los: Se const ruyen sobre hoja :1largada y robusta, lle.
van(lo sólo retoque en uno de sus bordes. Los Que reproducimos
(Ctg. 9, núms. 2, 3, 4, S, 6 y 7) derivados de tipos idénticos del nivel
;In¡erior, podrían ser tenidos e n cuentn para la evolución tipol6gica
hacia las formas iniciales de l auriñaciense (Chatelperron).
Haspadores: Son frecuentes los conslruídos en extremo de lasca
Breull. Henrl: «Les Industries ti. éclats du paléOlithlque anclen. l.e ClaC'
Préhlstoire, t. l. lasco n. Parls. 1932. págs. 125-190. Vid. :x\g. 147. flg. 7,
num.58.
(2) Peyrony, O.: «La Perrasle». Extr. de PréhlstoL.-e, t. ID, fase. uniquc.
Paris. 1934, 92 páp. Vid. pág. 12, flg. 9, niun.s. 1 yo 2.
(1)
toIlJcm~.
-
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H
f'RAr;.Grsco JORDA OEllDA
(Tlm . i
~l
(fig. 7). alguno de ellos tallado delicadamente (fig. 9. núms. 8, 9 y
10). Son tipos extraordinarios dentro de este nivel los raspadores de
tipo cónico (núms. 11 y 12), de los cuajes hay varios ejemplares. y
los de forma aquillada (núm. ]3) . Ello viene a confirmar Que nos
encontramos en un nivel de transición al paleolítico superior
-24.-
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LA COVA-NEGRA DE B.ELLUS
l~
Buriles: Son los más corrientes y abundantes los buriles latera.
les (fig. 9, núm. 14).
Lasca cop¡ muesca: Cierto interés preseRla una lasca grande
(lig. 9, núm. O, que presenta dos bordes opuestos retocados, uno
convexo y el otro cóncavo. La muesca producida por el retoque
PigUTA 8.&-Nivel ti
(Tlm. 2/ 3)
cóncavo no tiene una utilización bien definida; es posible que haya
servido como alisador de palos para enmangar puntas de lanza o ele
flecha.
NIVEL A.-Es un estrato anómalo y confuso .. Geológicamente
está en relación estrecha con el nivel anterior, ya que está formado
por los mismos limos arcillosos de carácter fluvial y de color rojizo
que hemos visto que integran el nivel B. Su fauna se compone de
équidos y pequeños cérvidos, casi exclusivamente. La única dife·
rencia notable estriba en la mayOr altura alcanzada por el actual
nivel sobre el B, encontrándose situado al exterior de la cueva en
la rampa de acceso. Los materiales líticos son derivados de la elapa
anterior.
PfUllas: Dentro de la de forma triangular asimétrica y de las
~
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FRANCISCO JORDA
CBR O~
~ ' aa
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IT.m. -1 ;!.l
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LA COVA-NOOIU DE 9ELLUS
17
pedunculadas (fig. lO, núms. 1, 2 )' 3} aparece otro tipo que deno-
F.".. •• 10."'--Nivel A
minamos de pedímculo laleral (núms. 4, S, 6 }' 7) caracterizadas por
un ensanchamiento de uno de los ángulos basales. Las números 8
y 9 puedcn bcr consideradas como puntas sobre hoja alargada.
Hacdcras: Constituyen aproximadamente la tercera parte del
matcrial del estrato, siendo todas ellas de tamaño reducido. Fabricadas sobrc lascas, su retoque cs fino y predominando los bordes
rccl.as y convcxos. Todas cllas prcsentan la base deprimid3 y un ex·
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18
FRANCISCO JOROA CERo..\
tremo apuntado (fig. l O. núm. 10). Un tipo interesante es el repro~
ducido en el número 11, pieza mixta, raedera-perforador, conseguida haciendo saltar una lasca late ral en uno de los ext remos.
Cuchillos: Son fác il mente diSlinguibles de las raedera s por estar
tallados sobre lascas delgadas, presentan siempre un borde iotensamente retocado . Reproducimos tres tipos (fig. 11. nÚfll6. 1,2 y 3).
Acur.
II ."-Nivel A
(T.m.
~/.sl
Hojas: Clasificamos así a una serie de piezas co nstr uíd as sobre
lasca alargada , con retoque cu idadoso . Que en a lgunos casos nos recuerda la tétnica esbaikiensc. como ocurre con la pieza número 5
(fig 11), que po dría ser tenida en cuenta como precedente de la iod ustria so lutrense. Con ello o;e fortalecería la tendencia actual de
señalar para e l 60 lulre nse un o rigen afri cano (1) .
Raspadores: Aparecen definido8 claramente cuatro tipos: en
e xtremo de lasca . discoida.les. cónicos y pir:lmid ales (fi g. 10, números 12, 13, 14 y 15).
(1) Luis Perioot: «La cueva del ParpaIló •. Consejo Superior de Investigac.ic
nl!S CienUflCBS. Ins' ltuto D iego de VelA.tqucz. Madrid. 1942. EnlestO Jlméncz
Navarro: cNuev,," Estación Parpallen..'
PaJeolltlco SUperiOD, S. E. A. P., t. 16. HKl. Madrid, pág. 80.
na. vm,
-28-
•
[page-n-29]
LA CQVA-NEGRA DE
,e.!1.u.us
19
Buriles: Aparte de los laterales hay otros tipos de pequeño tamoño (fig. lO, núms. 16 > lí) que pudieran también ser considera1
dos como pequeñas puntas pedunculadas. Otro tipo se acerca más
a 101 forma corriente de los perforadores (fig. lO, núm. 18)
111
CONCLUSIONES
A grandes rasgos hemos presen tado los princi pa les aspectos
de la industria lítica de 1:1 Cava-Negra. Como hemos dicho
al principio, todo este panorama tiene un car:ícler provisional; por
tanto, las conclusiones que podamos establecer han de encontrarse
sometidas a revisión tan pronto como una nueva excavaci6n del
yacimiento nos facilite mejores elementos de juicio y se llegue a
superar la actual estratigrafía.
Tal co mo conocemos los materiales y estudiados del modo ya
expuesto, podemos deeir :
1.0 Que los dos niveles inferiores provienen co n toda seguridad
del Tayaciense y su posición puede correspo nd erse co n la del Tayaciense n del valle del Manzanares.
2.° Que el nivel e representa un musteriense típico, Que eronol6gicamente es un poco más tardío Que el europeo.
3. 0 Que el nivel B representa un musteriense típico evolucionado, cuyos tipos nuevos le acercan pOr una parte a Europa (semejanzas con La Ferrasie) y por otra lo ligan estrec hamente a'
Afdea del Norte (puntas de pedúnculo) .
4.° Que en este r.lisOlO nivel observamos la aparici6n de nueV:lS
formas (raspadores y hojas) Que lo enlazan con los primeros tiempos del Paleolítico superior.
5,° Que lo Que hemos denominado nivel A podría constituir ,
dentro del área levantin:l, una etapa Que cronológicamente Be correspondería con el auriñaciense inferior, fase ésta Que no ha sido
seña lada con claridad e n Levante Di en el área sur de la Península, y
6.° Que este conjunto representa una cultura musteriforme con
inAucncias auriñacienses en la que probablemente se dibujan atisbos presolutrenses.
, éc nico ~
-
2'.)-
[page-n-30]
[page-n-31]
ISSN 1989-508
FRANCISCO JORDA CERDA
Trabajo. del Servicio de Investigación Prehistórica
La Cava-Negra de Bellú!> (Játiva)
y !>u!> indu!>lria!> IItic.a!>
Con e l presente trab:¡jo intentamos continuar la obra empezada
por el inlcli,l!cnlc col:!borador del S. r. P. e infatigahle invcsti,gtldor
sctahens(', R. D. Gonzalo Viñcs Masiv, cuya alevosa muerte todos
deploramos (1), dando ti conocer los importantes materiales que en
sucesivas campañas de excavaciones fueron puestos al descublCrto
bajo la competente dirección de aquél en la Cova.Negra de Bcllús
(Játiva) (2).
L:l Dirección del S. L P., a l confiarnos para su ordenación los
materiales. OOI:IS e inve ntarios cariñosamente recopilados y estudiados por el Sr. Viñes, nos advi rtió de lo enojoso de la tarca y de
las muchas dificultades con que tropezaríamos para lle"ar adc!:mtc
e l estudio de. la estación. el cual hoy ofrecemos sin pretensión :tJguna de que sea consider:tdo como definitivo_ Para llevar a l mejor
lérmino posible la lahor encomendada, hemos procurado compro(1) Véase la nota. bJogranca que encabeza, el trab:\Jo: Gonzalo Vi1ies Ma.sip,
.Cóva-Negra. de Bellu.s. r. Notas. sobre !..as cxcavaclones practicadas». Serlc de
Trabajos Varios. S. l. P., núm. 6. Valencia, 1942.
(2) AdemAs del t.ra.I:IaJo de la nota anterior, VI'tiCS pn:6CDtó una comunicación al IV Congreso Internacional de Arqueologla celebrado en septiembre de
1929 en Bareelona.. Y Q. ViI\es. «Lf¡, CóVlVNegra.t, en Arohho de Prehistoria Le.
vantina., t. l, pago 11·14. VaJencla, 1928.
-
11 -
I
[page-n-12]
2
P'RANC!SCO lORDA CSRDA
har y COnlraS lar, siempre que nos ha sido posible, piezas y referencias. ordenando metódicamente las múltiples y diversas notas de su
excavador. A pesar de nuestros esfuerzos, Queda, sin embargo, el
temor de Que nuestro trabajo aparezca lleno de vacilaciones o se
resienta por exceso de rigidez o esquematismo. cosas que hay que
:lIrinui r principalmente a la carencia -de datos e impresiones personales, que sólo se adquieren sobre el terreno, excavando directamente, r Que actuando después a través del trabajo lo vivifican.
Esperamos que todos estos inconvenientes y la provisionalidad
de nuestro estudio puedan ser subsanados después de una úhima
campaña de excavaciones en el yacimie nt o que nos OCUp:l , de cuyos
resultados esperamos 13 confirmación de nuestros modestos plintos
de vista.
•
EL YACIMIENTO, SU ESTRATIORAFIA Y fAuNA
Los aspectos geográfico3 y geol6gicos de la Cava-Negra so n demasiado conocidos para que nos ocupemos nuevamente de ellos.
Nuestro yacimiento se encuentra situado dentro de un área poco
explorada r menos estudiada, por lo que al Paleolítico medio se
refiere. Ninguna de las cst3ciones que se citan dentro de 13 región
oriental de la Península ha sido estudiad:! sistemáticamente; tan
só lo se poseen, acerca de ellas, simples notas dc prospección o de
ligeras catas, siendo, pOr tanto, de todo punto imposible un estudio detenido y eficiente del Paleolítico medio levantino y del problema de sus relaciones .
La circu nstancia de encontrarse Cava-Negra en el paso que da
acceso, a tr3vés del valle de Albaida, a las montañas de la zona
norte de la provincia de Alicante. desde los llanos y zo nas bajas vaIcncianas, influyó de un modo positivo en el carácter tipol ógico
dc sus materiales y en el empleo de técnicas vMiadas. En conju nto, todo el instrumental lítico pod emos cons iderarlo comprendido
dentro de los lipos musterienses, construídos con técn ica daclonieose -pla nos de percusión amplios y no preparados, ángulos de
rotura obtusos- con débiles influencias levalloisienses y achelcnses.
La presencia de lascas levallois, au nque en cantid:tdes insignificantes, justificaría para nuestra estación, el haber sido clasificada por
BreuiJ como de c:lendencio toyuc1ensc" (1). Interesa destacar Que
(1) Luis Perico~ Oarcfa: eOran Historia general de los pueblos hisp{!.nlcon
Barcelona. 1942.
-
12 -
[page-n-13]
s
LA COVA.NEORA OE IliELW$
los instrumentos de Cava-Negra están construídos sobre lascas más
pequeñas Que las utilizadas para la fabricación en yacimientos de
características análogas.
Dentro de la Península cabría relacionar Cova-Negra con algunas estaciones del Valle del Manzanares (1) y la consideramos
estrechamente ligad:1 a las estaciones nordafrican:IS.
La estratigrafía de Cava-Negra ya ha sido expuesla en airo lugar (2) y con Iigcr.1s v:lriantes, y de :1bajo arrib:1 es como sigue:
1.0 SucIo de 1:1 cueva formado por margas tri:ísic:1s.
2.° Tierras arcilloso-calizas. Faun:1 escasa y de difícil identificación. InduSlrb pobre en instrumentos tipos. Nivel D', de Viíics,
denominado por nosotros E.
3.° Capa de tobas. Estéril.
4. ° Tierras arcillosas rosadas. Industria con innucncias bifaciales. fauna semejante al anterior. Nivel D.
S." Tierras areniscas rojizas con abundante material lítico bien
definido y rcstos de fauna importantes y c1asificablcs. Nivel C.
6." Tob:ls de color oscuro en dcscomposición. Estéril.
7." Limo compuesto por arcillas rojizas con abundantes restos
de fauna. Nivel B.
8.- ..... uera de la cuev~ y un poco más alto Que In superficie de
la misma, se encuentra un estrato de compoaición análoga al B
- limo arcilloso rojizo- del cual parece ser una continu1ci6n
tanto por la industri3 como por la f':Hlna. Nivel A.
Además de éstos se encuentran los niveles pertenecientes a 13.
llamada por Viíies, galería del :íngulo sudeste, cuyos estratos parecen coincidir con los n, e y D. y:l por sus características gcol6gicas,
ya por la conformidad tipológica del matcrial (fig. 1).
En CU:lOtO :1 la fauna de la estación, nos :Itenemos :1 la cuidadosa clasificación de Royo Gómcz (3). Según éste. es p:ltente la pre·
sencia del E(ll/IIS cahnllus L., Rhinoceros merckii KaIlP., SI/S ,~CTo(1)
Julio MarUnez Santa-OlaUa: d:s(:.uema paleblol6g1co de la Penlnsuln
HlspAnlcal. Corona de Elitudl06 S. E. A. P., t. l .. M.adrld, 1!Kl, pág. 141 Y SIp.
Interesantes 1\ pesar de sus vacilaCiones y constantes rectificaciones son los trnbajos de Pérez de Barradas. cuya. bibllOfl:ra!ia haata el 1936 puede encontrarse
en José Pérez de BafT9,óss. •Nuevos estudios sobre prehistoria mo.drllel\a. La
colecelón Bentol_ Anuario de Prehistoria Madrllel\a. t. IV-V-VI. 90 p(¡gs.. y
XXXIX lAm. MadrId, 1936. Sin entrar en discusión sobre las apreciaCiones del
autor acerca det Paleolitlco inferior madrilefto. creemOll que la 1ntl'oduccl611t de
Wl& nueva tenninoloila. más que aclarar problemas. loe complica excesivamente.
(21 O. ViAes. 01). cit. en la primera nota.
(31
José Royo 06mez .•Cbva-Negra de BellÚ8.
n . Relacl6n
detallada del ma·
J. P. Valencia
terlal f08ll». serie de t.nl.baJos varios, nüm. 6. paga. 14-18. S.
1942.
-13 -
•
[page-n-14]
•
PRA,NC1SCO JQRDA OBRI)A
Ja L., CCrtlllS claplws L., Elcphas iolcmis Pom., Feli:c pardus L.
y adcm:ís especies indeterminadas de Capra, /los. Ovis aries, LCPIIS,
Callis, Rllilloccrt)s y Elcplltls. La presencia del ElcpllOs io/cmis,
Rhi/loceros tIIerckii y Fdh: partlus aseguran un clima cálido de
•
. '-.
--- -.
tipo húmedo para la región en que se encuentra enclavada la CuvaNegro.
Poco interés reviste el hallazgo de un fragmento de b6vcd:J craneana perteneciente a un Iler humano. Sus reducirlas dimensiones
y el mal estado de conservación impiden formular la menor obscr\':lción antropológica. El hallazgo. scgtlO las notas de Viñes, p;¡rece
ser esporádico y sin relación posible con los materiales de 1:t estación.
En las presentes not:lS sólo vamos a Iratar de la industria lítica
-14-
[page-n-15]
LA COV,A-NEGRA OE BELLUS
5
del yac1m1cnto, deja ndo para otra ocasión el estud io de los materi ales óseos, de los que poseemos una excelcnte colecci6 n, especialmente de huesos aguzados en forma de punzó n.
JI
LOS NIVELES Y SUS INDUSTRIAS
N /T' EL E .-F ué denom ina do por su excavado r co n la notación D'; nosotros, para mayor co modidad y en evit ación de confu sio ne ~, hemos preferi do se ñalarlo como E. Est;í formado po r
tierras :1fci ll oso-calizas de color negruzco, poco co mpactas. Los
restos de fa un:l, excesivamente fr:lg mcntados, so n im posible de
clas ificar con exact itu d en la mayoría de los casos y pertenecen a
Equl/s, Ccnms, Ovis. Capra, cte., sin que se puedan precisar especies.
La industria lítica, pobre en formas típicas de l musterie nse.
ofrece Un:! gra n can tidad de lascaa irregulares, de .ama ño pequeño,
muchas de ell as con el plano de percusió n intacto y ángulo de frac(Ura obtuso, escasean las lascas con pla no de percus ión prepa rado
(5 por 100 del malerial del estrato); en cuan to a tipos y form as
pueden encuadrarse del siguiente modo (fig. 2):
Fi&lIr. 2."--Nivd
e
(Tam. all.)
-15-
[page-n-16]
6
PRA/NC1SCO JORDA OfADA
PUf/tas: Aparecen dos variantes, unas de tipo pequeño, forma
triangular y base adclgaz:¡da, con pérdida del plano de percusión
In mayoría de las veces; s610 presentan retoques en uno de los
bordes (núm. 1); otras., labradas sobJ-c grandes lascas de contorno
triangular asimétrico, plano y bulbo de percusi6n adelgazados )'
retoques en uno de los bordes, raramente en los dos.
Raederos: Son abundantes las talladas sobre lascas gruesas de
pequeño 'tamaño, con borde de línea irregular debido :1 10 duro
del reloque (núm. 2), casi todas ellas presentan la parte basal ;tdel.l!3Z3da. Olro tipo. más escaliO, lo forman raedera s sobre lascas
grandes de Bcccibn triangular, con borde convexo de línea irregular e intenso retoque, uno de sus extremos por lo general esrá ligeramente apuntado, los planos de percusión tienden a des:'tparecer bajo el intenso retoque de rebajado (núm.. 3).
Raspadores: Bien se construyen en extremo de tasc:! o se Hprovedan lascas de desbasta miento (núm. 4). tendiendo a adoptar
formas redondeadas.
Bu'r iles: Son poco típicos y escasos; el Que reproducimos (m'lmero 5) pudo haber sido utilizado como raspador.
Entre las piezas consideradas como taladros O perforadores,
:!bundan las talladas sobre pequeñas lascas y caracterizadas por una
punta poliédrica Que se aguza en uno de sus extremos (núm. 6).
NIVEL D.~Descansando sobre una ligera cap:! de tobas cstériles se encuentra un cstr?to formado por tierras predominantemente arcillosas de color rosado. Los restos de fauna encontr:!dos
en él difieren en poco de los del nivel antcrior, :!tlOque el clima
puede ser meior definido graci:!s :! la presencia del Felix PQrd"s L.,
que indica una temperatura de tendencia cálida.
La industri:'!, :'!tlOque pudier:'! derivarse sin grandes dificultades
de la del estrato E, dadlls sus características técnicas y tipoló,!Iic3s,
presenta formas nuevas, que hacen pensar en la aparición de nuc_
vas influcncias. La mayor parte del matcri:ll está tallado dentro de
la técnica clactoniense, sobre pequeñas lascas, presentando un débil punto de contacto con la industria bifacial. El conjunto del cstrato podría ser considerlldo como un musteriense de tendencia
tayaciense y podríamos encontrarle ciertas semejanzas con el Tayacicnse n o superior del Valle del Manzanares (1). El material
(ng. 3) podemos agruparlo en los siguientes tipos:
Haellas: Exi¡;¡c un solo ejemplar (núm. 1), tallado toscanlente
por ambas caras, con amplio!; planos negativos de lascado; Id base
... .
(1)
JulIo Martlnez Santa-olalJa.: op. clL
- 16-
[page-n-17]
LA COVA-NEGRA DE 9ELl.US
7
tTlm_ 4/ 5J
aparece deprimida y en el ápice, en vez de punta, aparece una
arista tra nsversal al plano de simetría de la pieza. No creemos que
derive direct!lmenlC de la induSlria achelense y solamente lo consi ~
dcr::Jmos como un recuerdo muy alejado de eIJa_
- 17 -
[page-n-18]
B
Ptl1l1as: Por regla general son de pequeño tamaño (núm. 2),
siendo excepción las gr:mdcs (núm. 3). Todas ellas son de forma
triangular asimétrica}' presentan la h:lSc adelgazada. En gran nú·
mero de clla~ observamos una modalidad técnica, que se lepite
con frecuencia en 1:18 industrias de 10i es tra tos supe riores ele 1:1
cueva; t:d es la :lsimctría de I::i punta a consecuencia de la inclinación del plano basal, formándose :1sí una prominencia angular ,
!:ts m:ís de bs veces con una ligera depresión o muesca en la parte
inferior del horde exterior. Todo ello creemos que rcspondín :l
facilitar el cnmangamicnto de la pieza. Por nuestra parte, pensarnos
que tal mod:Jlidad técnic:1 es uno de los tanleos previos a la construcci6n de b punta pedunculada.
Raederas: Presenta dos tipos: las pequeñas, con retoqut.! fino
y base deprimida, y otrllS, fahricadas sobre I"sells grandes con borde irregubr y convexo (fig. 3~ nú ms. 4 y 5).
Uaspa(/ores: Son escaslls las pic-¿:1s que podrbmos consiller:lr
como tales dentro de este nive l, siendo los m!Ís corrien tes los t:lliados en extremo de bsC"a {núm. 6) y algunos tienden a adopt:lr la
forma discoidal (núm. 7).
J un to 11 buriles poco derlnidos y I¡('rjoradores poco típicos, aparece una gran cantidad de laSC:IS urandes, much:ls de ellas con rctoques, pero de uso poco definido; su única cosa común parece
ser b estrecha dependenci:1 con la raIJa clactoniense.
N / FEI . C . ~Form:ldo por arenas rojas con algunas grav:l.;, es
de más interés arque.oI6.gico que los anteriO res. Ru fauna se l'OIllpone prillcip:dmenlc de équidos. cérvidos y hóvidos, re\' istiendo
especial interés distintos restos de Rhilloccros fIlcrckii Kallfl. )'
F:lcpl/as ;o/('lIsis Pom.; de este último poseemOs un rnol:u en perfeclo estado de co nscrvaci{lO. El clima en razón de la faun;1 dehió
ser temperHdo y bastante húmedo.
Para 1:1 eronoiogí:l de nuestro yacimiento y especialmente del
estrato que nos ocupa, la ex.istencia del E. io/clIsis tiene gr:1\1 im~
porlancia. ESle, definido como una especie de. defante enann, es
considerado como el sucesor del E. lltlfwlicl/s en Afrita del Norte,
donde se ha señalado haSla ahora su área de expansión, cr... yéndose que proviene de Sicilia. El E. iolcIIsis parece ser que \'ivió
duranle la última parle del Mon:lstiriense (terrazas y playas de 1520 m.) o a últimos de la glaciación de Würm, según la cronología
:dpino-~Iaciar. Con ello, nuestro nivel e sería contem po r:íneo del
final del Illusteriense típico europeo. con el cu:d tipológicamcnte
p:Jrece corresponderse.
I"dl/stria lítica.- Pllut!lS (fig. 4): Son muy raras la de form:1
-18 -
[page-n-19]
LA COVA-NEGRA lOE 8EU.US
9
romboidal (núm. 1) y más frecuentes bs triangulares, entre las que
distinguimos v:!rios tipos: punt::ls pequeñas con el plano basal
oblicuo al eje de simetría (núm. 2); con base ligeramente deprimida (núm 3) o redondeada (núm. 4); puntas alargadas, isoscéJicas,
con h:lse recIa}' deprimida (núms. S, 6 y 7) o redondead:'!, dejando
-
19 -
[page-n-20]
10
salvo el plano y bulho de percusión (núm. 8). 1...3 número 9 reprOduce una punta gruesa con plano basal oblicuo, su bulbo ha sido
rebajado y su plano de percusión retocado con posterioridad (núti
mero
9).
J?aedcras: Es el tipo de instrumento más abundante y variado.
Entre 138 construídas sobre lasca gr:wde se encuentran unas con el
borde recto o ligeramente cóncavo; la parte basal ha sido deprimida; éSt3S. más Que racderas, se 3scmej:m ti grandes cuchillos. y
como a lal podemos considerarlas (lig. S. núm. 1): otras ofrecen el
borde convexl) (núm. 21 y en algunas se apunta uno de los exlremos
(núm. 3). I~cspcclo a hlS de t3m:lño pequeño sus form:IS son l .• n va-
•
riad:ls Que se resisten a uon sistcm:llizaci6n, siendo los tipos m!is
frecuentes los construídos sobre lasca gruesa, con el borde reCIO y
la parte basal deprimida.
Cuchillos: Dentro de esta rúbrica ineluímos una serie de piezas
construídas, casi exclusivamente. sobre hojas delg:ldas, tod:ls ellas
con un borde intensa y finamente relocado con tendencia a curvar l:l
parte de borde correspondiente a un extremo, formando un {¡pice
(fig. 6, JJÚms. J. 2, 3 y 4). En es tu tipo podríamos encontrar el antccedente de Abri-Audi y Chatelpcrron.
EscoplO!: Denominamos asi a un:lS piezas de forma trapezoidal
con rctOQucs en los lados no paralelos: la base menor aparece disminuída por intensos retoQuet y la mayor biselada. En la terminologiO! francesa se denomina corrientemente a este instrumento tranchet, término Que creemos haber traducido de un modo apropiado.
-20-
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LA COVA-NEGRA DE BlEu..uS
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11
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12
PRN~rsco
JORDA OEJIDA
ya Que el instrumento, por su forma, se acerca mucho a los escoplos
actuales (fig. 6. núms. 6 y 7).
Buriles: So poco variados y. por lo general, reproducen siempre el típicO' buril lateral (fig. 6, núm. 8). El número 9 reproduce
un ouri' semi lunar.
Raspadores: Se construyen, por 10 general, en extremo de I:J.sca,
con formas y tipos variados, y corrientemente son de tamaño pequeño (fig. 6. núm. lO).
Taladros: Algún interés ofreccn los taladros o perforadores con
sa liente poliédrico, como Jos reproducidos en la figura 6, números
13 y 14, que repiten un tipo frecuen te en el yacimiento y Que posi.
blemente fueron utilizados como buriles.
Perjomdores: Reproducen un tipo corriente (figura 6. númcros]1 y 12).
Hojas: De gran interés es [a hoja reproducida (fig. 6. núm. 15)
sobre [asea alargada, que conserva e[ bulbo y plano de percusión,
que presenta e[ borde derecho intensamente retocado; parece rafa
intencionadamente en su parte supe rior. Su encuadramiento dentro
de pequeños cuchillos parece poco preciso.
Pm¡tas de tipo microfítico: Hemos dejado para lo último la
descripción de dos puntilas, verdaderos microlilOs, una de ellas
(fig 6, núm. 17) es un:1 punta triangular ;¡[;Irg:lda sin retoques y
con el ápice rOtO; su secdón es tri;lOgular; la otra (núm. 16) es de
forma cva l y presenta en 1;1 base numerosos retoques de rebajadQ.
NIVEL B.-Separado del anterior por una capa de tobas en
descomposición se halla un estrato formado exclusivamente por
limo rojo, en cuya superficie se encuentran algunas bo lsas lobáceas.
Su fauna se compone de Eqlllls cabal/liS J...., que aproximadamente
co nstituye [a mi tad de los restos animales, siguiéndo le en impo rtancia Cervus , Capra, Ovis, Bos, Sus, algunos restos de Rhinoccros
merckii Ka/lp. y o lros at ribuidos a Cáuidos. La industria lítica de
este nivel pertenece a un mustericnsc típico muy evolucionado. Son
notab les en él la aparición de tipos semejantes a los africanos y la.
apanción de ciertos tipos Que preludian piezas y técnicas del Paleolítico superior. El ma.terial puede ser distribuído del siguien te
modo:
Prmtas: Los instrumentos de forma triangular abundan en este
nivel con gran variedad de tipos. En c:lsi todos cllos las bates han
sido adelgazadas. Continúan apareciendo las puntas de b:1se horizontal (fig. 7, núm. 1), si bien es \'crd:ld que más rohustas en su
parte media, y los tipos de base rcdondc:lda y forma isoscélica (números 2, 3 y 3 a). De bella factu ra son las puntas grandcs y robustas,
-
22-
[page-n-23]
LA COVA·NOOIM DE BELLUS
\3
de bordes curvos y plano de percusi6n inclinado con respecto al eje
de simelrí:l (núm. 4). El ejemplar que reproducimos puede compararse con el publicado por Brcuil en la Serie 3 de Clacton-onSea (1). Las semejanzas con tipos africanos atericnses está plenamente demostrad:! con la ap:lrición de puntas pedunculadas; sin
emb;lrgo , los tipos de Cova-Negra no son tan típicos y logrados
como los de Afric:! de l Norte. Reproducimos un ejemplar (núm. ~"
en el que es c1:lra la iniciación del pedúnculo, y otro (núm. 6) m:ís
logrado, aunque de técnica más pobre. M:ís importancia revisten a
nuestro entender dos puntas pequeñas y alargadas co n pedúnculo
(núms. 7 y 8) por su parentesco con otros ejemplares de la estación
francesa de La Ferrasie (2).
PI/lilas de la"zu: Bajo esta denominación comp rendemos incluso las llamadas plmtas de mallO, pues creemos que tajes instrumentos debieron ser utilizados enmang:ldos. La creencia de que los
instrumentos líticos se utilizahan cogiéndolos directamente con la
mano, debe ser dcsterrada, pues salvo raras excepciones el mango
es consubstancial con el instrumento. La figura 7, número 10, reproduce un bello ejemplar de punta de malla musteriense, cuya
hase ha sido pacien temente adelgazada, conservando el bulbo de
percusión y restos del 'Plano, el rctoque es intenso y fino en amhos
hordes. De .e;r:1O ruclcz:l y con apenas retoque es la reproducida t..n
el número 11. Olro lipo. elegante y fino (nÍlm. 12), se construye
sohre lasca abrgada, con intenso retoque r base adelgazad:!.
Hacdcr(ls: Es siempre el instrumento que m:ís variedad de form:IS presenta y e l m:is numeroso. Son característicos los bordes eur·
\'os y convexos con relOque menudo y cui dado; en cuanto a los ¡¡pos continúan oscilando entre los construídos sob re lascas recias,
que se ¡¡semejan ti gr:lOdes cuchillos (fig. 8) y los tallados sob re lascas pequeñas y grueS:lS con borde retocado d e línea vuriab le.
r:/Ic1d/los: Se const ruyen sobre hoja :1largada y robusta, lle.
van(lo sólo retoque en uno de sus bordes. Los Que reproducimos
(Ctg. 9, núms. 2, 3, 4, S, 6 y 7) derivados de tipos idénticos del nivel
;In¡erior, podrían ser tenidos e n cuentn para la evolución tipol6gica
hacia las formas iniciales de l auriñaciense (Chatelperron).
Haspadores: Son frecuentes los conslruídos en extremo de lasca
Breull. Henrl: «Les Industries ti. éclats du paléOlithlque anclen. l.e ClaC'
Préhlstoire, t. l. lasco n. Parls. 1932. págs. 125-190. Vid. :x\g. 147. flg. 7,
num.58.
(2) Peyrony, O.: «La Perrasle». Extr. de PréhlstoL.-e, t. ID, fase. uniquc.
Paris. 1934, 92 páp. Vid. pág. 12, flg. 9, niun.s. 1 yo 2.
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(fig. 7). alguno de ellos tallado delicadamente (fig. 9. núms. 8, 9 y
10). Son tipos extraordinarios dentro de este nivel los raspadores de
tipo cónico (núms. 11 y 12), de los cuajes hay varios ejemplares. y
los de forma aquillada (núm. ]3) . Ello viene a confirmar Que nos
encontramos en un nivel de transición al paleolítico superior
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LA COVA-NEGRA DE B.ELLUS
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Buriles: Son los más corrientes y abundantes los buriles latera.
les (fig. 9, núm. 14).
Lasca cop¡ muesca: Cierto interés preseRla una lasca grande
(lig. 9, núm. O, que presenta dos bordes opuestos retocados, uno
convexo y el otro cóncavo. La muesca producida por el retoque
PigUTA 8.&-Nivel ti
(Tlm. 2/ 3)
cóncavo no tiene una utilización bien definida; es posible que haya
servido como alisador de palos para enmangar puntas de lanza o ele
flecha.
NIVEL A.-Es un estrato anómalo y confuso .. Geológicamente
está en relación estrecha con el nivel anterior, ya que está formado
por los mismos limos arcillosos de carácter fluvial y de color rojizo
que hemos visto que integran el nivel B. Su fauna se compone de
équidos y pequeños cérvidos, casi exclusivamente. La única dife·
rencia notable estriba en la mayOr altura alcanzada por el actual
nivel sobre el B, encontrándose situado al exterior de la cueva en
la rampa de acceso. Los materiales líticos son derivados de la elapa
anterior.
PfUllas: Dentro de la de forma triangular asimétrica y de las
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FRANCISCO JORDA
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LA COVA-NOOIU DE 9ELLUS
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pedunculadas (fig. lO, núms. 1, 2 )' 3} aparece otro tipo que deno-
F.".. •• 10."'--Nivel A
minamos de pedímculo laleral (núms. 4, S, 6 }' 7) caracterizadas por
un ensanchamiento de uno de los ángulos basales. Las números 8
y 9 puedcn bcr consideradas como puntas sobre hoja alargada.
Hacdcras: Constituyen aproximadamente la tercera parte del
matcrial del estrato, siendo todas ellas de tamaño reducido. Fabricadas sobrc lascas, su retoque cs fino y predominando los bordes
rccl.as y convcxos. Todas cllas prcsentan la base deprimid3 y un ex·
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FRANCISCO JOROA CERo..\
tremo apuntado (fig. l O. núm. 10). Un tipo interesante es el repro~
ducido en el número 11, pieza mixta, raedera-perforador, conseguida haciendo saltar una lasca late ral en uno de los ext remos.
Cuchillos: Son fác il mente diSlinguibles de las raedera s por estar
tallados sobre lascas delgadas, presentan siempre un borde iotensamente retocado . Reproducimos tres tipos (fig. 11. nÚfll6. 1,2 y 3).
Acur.
II ."-Nivel A
(T.m.
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Hojas: Clasificamos así a una serie de piezas co nstr uíd as sobre
lasca alargada , con retoque cu idadoso . Que en a lgunos casos nos recuerda la tétnica esbaikiensc. como ocurre con la pieza número 5
(fig 11), que po dría ser tenida en cuenta como precedente de la iod ustria so lutrense. Con ello o;e fortalecería la tendencia actual de
señalar para e l 60 lulre nse un o rigen afri cano (1) .
Raspadores: Aparecen definido8 claramente cuatro tipos: en
e xtremo de lasca . discoida.les. cónicos y pir:lmid ales (fi g. 10, números 12, 13, 14 y 15).
(1) Luis Perioot: «La cueva del ParpaIló •. Consejo Superior de Investigac.ic
nl!S CienUflCBS. Ins' ltuto D iego de VelA.tqucz. Madrid. 1942. EnlestO Jlméncz
Navarro: cNuev,," Estación Parpallen..'
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LA CQVA-NEGRA DE
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Buriles: Aparte de los laterales hay otros tipos de pequeño tamoño (fig. lO, núms. 16 > lí) que pudieran también ser considera1
dos como pequeñas puntas pedunculadas. Otro tipo se acerca más
a 101 forma corriente de los perforadores (fig. lO, núm. 18)
111
CONCLUSIONES
A grandes rasgos hemos presen tado los princi pa les aspectos
de la industria lítica de 1:1 Cava-Negra. Como hemos dicho
al principio, todo este panorama tiene un car:ícler provisional; por
tanto, las conclusiones que podamos establecer han de encontrarse
sometidas a revisión tan pronto como una nueva excavaci6n del
yacimiento nos facilite mejores elementos de juicio y se llegue a
superar la actual estratigrafía.
Tal co mo conocemos los materiales y estudiados del modo ya
expuesto, podemos deeir :
1.0 Que los dos niveles inferiores provienen co n toda seguridad
del Tayaciense y su posición puede correspo nd erse co n la del Tayaciense n del valle del Manzanares.
2.° Que el nivel e representa un musteriense típico, Que eronol6gicamente es un poco más tardío Que el europeo.
3. 0 Que el nivel B representa un musteriense típico evolucionado, cuyos tipos nuevos le acercan pOr una parte a Europa (semejanzas con La Ferrasie) y por otra lo ligan estrec hamente a'
Afdea del Norte (puntas de pedúnculo) .
4.° Que en este r.lisOlO nivel observamos la aparici6n de nueV:lS
formas (raspadores y hojas) Que lo enlazan con los primeros tiempos del Paleolítico superior.
5,° Que lo Que hemos denominado nivel A podría constituir ,
dentro del área levantin:l, una etapa Que cronológicamente Be correspondería con el auriñaciense inferior, fase ésta Que no ha sido
seña lada con claridad e n Levante Di en el área sur de la Península, y
6.° Que este conjunto representa una cultura musteriforme con
inAucncias auriñacienses en la que probablemente se dibujan atisbos presolutrenses.
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