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FRANCISCO
JaRDA
CERDA
¡O. ¡cdDJ
Nuevo!> hallazgo!> en Cava-Negra (Játiva)
Los publicaciones sobre el Poleolít ico in ferior son escasas en
nuestro país en estos últimos tiempos; por ello se hoce dificil y
comple jo el estudio de los ma te ria les que aparecen en las roros
excavaciones que se han llevado o cabo. Con esto dificu ltad hemos
tropezado al in ten tor el estudio de los importan t es hal la zgos procedentes de las últimos compa ñas que hemos e fectuado en CovoNegro de Jót iva . De ohí que an t es de lanzar o lo luz un trabajo
defini tivo sobre los mismos, hayamos preferido da r o conocer un
avance de lo situación generol de lo cueva, 01 mismo t iempo que
exponemos uno estratigrafía sintét ico de lo misma con los variaciones que las novedades encon t radas nos autori zon. Voriaciones
que yo preconizamos hoce a lgunos a ños cuando iniciamos el estu dio de los materiales que, proceden tes de los prime ros excavaciones de Cóvo- Negra, se guardan e n el Museo del Servicio de Invest igaCión Prehistórico de lo Excma. Dipu tación provi ncia l de Va le ncia. En aque llo ocasión di mos o conoce r a lgunos de los series lit icas
( 1) que nos fué pasible iden tificor apayóndonos en los escosas notos
que pud ieron recogerse de su malogrado excavador, Rvda. Don
Gonzalo Viñes Masip (2) . Hoy, tras dos compañas de excavociones
(11 F. JORDA CERDA: " la Cavo-Negra de Bellüs (Jó tivol y sus indusi,ia5
I;t icas", en Archivo de Prehlstaria levantina, 11, Valencia, 1946, págs. 11-29.
(2) Veose noto necrológico que encabeza la publicación " Estudias sable los
Cuevas Pa leolilicas yolencionas", nüm. 6 de la Serie de Trabajos Varios del S. 1. P.,
segunda edici6n, Valencia, 1947 . En la misma publicación, GONZALO J . VINES:
"COVO Negra de BeHüs, 1, Na tos sobre las e>< cayociones practicados" p6gs. 11-18.
GONZ ALO J . VINES: "lo Cova-Negro IJ6 tiYO)", en Archivo de Prehis toria levantina, 1, Valencia, \929, p6gs. 11_14.
GONZALO J . VIÑES: "E>
presentada 01 IV Congreso Internacional de Arqueologio, Barcelona, 1929.
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FRANCISCO JORDA CERDA
lIevodos o cobo por el S. 1. p" podemos ofrecer uno visión del yacimiento algo completa, aunque no definitivo, puesto que todavia
Quedo por excavar lo mayor parte de lo cueva y sucesivos campoños pueden proporcionarnos nuevos materiales que nos obliguen a
un análisis mós exacto de su con tenido estro tigrófico y aún recti·
ficar los conclusiones o que hemos llegado. Además, esperamos que
nuevos estaciones rnus teriensl'!s seon descubiertas, con 10 que el
estudio comparativo de los materiales nos perm itirá uno mayor
base de d iscusión y lo posibilidad de planteor mejor la ext ensión e
importancio de los culturas muste rienses en el á rea pen insu la r.
Hoy por hoy, creemos que Cavo- Negra es fundamental poro el
estudio del musteriense en Levante y quizós podríamos hacer extensivo es to afirmación a gran porte de lo Penínsu la, pues pocas
estaciones nos han dado hasta la fecha una sucesión ton grande
de niveles m usterienses, cuyas características se exponen mós adelante.
Los trabajos de campo nos permi tieron observar uno serie de
hechos que en porte vinieron a confirmar 10 que sabíamos por los
trabajos de V¡ñes y que, en parte, ampliaron el panorama cultural
del yacimiento. Durante lo compaña que llevamos a cabo o fines del
verano del año 1950 (31. pudimos observar claramente lo exist encia de dos grandes montos arqueológicos separados por uno amplio
copa estéril , de cuyo existencia yo sabíamos por su primer excavador. No nos fué ton fácil, s in em bargo, encon trar los restos del pri mitivo nivel superficial, del cual también nos hablo aquél en sus
notos, y que, a l parecer, sobresalía un metro aproximadamen te del
nivel actuol de lo cueva, encontrándose preferentemen te hacia lo
porte exterior y en la cuesta de acceso a la misma . Pero por falta
de ti empo no pudimos dedicarnos o la localización de sus posibles
res tos, yo que tuvimos que emplear gran parte del m ismo en efectuar una limpieza de l órea primitivo excavada, p\Jesto que por la
débil consistencia del terreno, los taludes habían desaparecido y
nos interesó mós dejar libre lo parte in tacta de posibles materiales
caídos en tos desprendim ientos, y que pudieron inducirnos o error
01 estudiarlos. En esa misma cam paña nos fué poSible observar que
en cado estrato fértil se ofrecían distintos niveles arqueológicos
perfec tamente definidos, aunque no se pudiera precisor lo exis-
(3) D. FLETCHER VAllS: "lo ocl;vidoc! arqueológico del Servicio de Inve"$ligación Prehistórico de Volencia, en Zephyrus, 11 , Solamonco, 1951, págs. 48 ·50.
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NUEVOS HALLAZGOS EN CaVA NEGRA (JATIVA)
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tencia de copos estériles entre los mismos, ofreciéndosenos los hallazgos en pequeños bolsadas, restos qu izós de pequeños talleres y
a lguno vez de hogares.
En 10 segunda campaña, llevada a cabo en colaboración con
don Enrique Pla, actual Subdirector del S. 1. P., a fines de Septiem bre de 1951 (4), pudimos observar mejor el nivel superior del que hoblóbamos antes. En la parte exte r ior, yo la derecha de la en t rada
de lo cueva, junto al reborde de la pared, pudimos observar restoi
intactos del misma, cuya metódica excavación dejamos poro una
próximo campaña, ya que al formar el terreno uno especie de bre o
cha nos era dificil su excavación can los medios o nuestro alcance .
En el in terior pudimos observar también su exi stencia, aunque con
grandes lagunas, yo que gran porte del mismo se encuentra destru ido, hallándose sus restos vertidas sobre el talud na tural que
forma lo superficie de lo cueva, cuyos estratos se encuentran dispuestas con una fuerte incl inación, buceando hacia la porte inferior y mós profunda de lo misma, situado hacio la izquierdo de lo
entrada. Según hemos podido comprobar, gran parte del estrato su perior fué barrido por los gitanos y demás ocupan t es temporales
de lo cueva, y sus restos fueron a parar o la pendien te del mencionada talud . Na obstan te, en a lgunas portes, pudimos recoge r ma teriales encontrados en pequeños bol sadas que, junto con elementos
encontradas en los tierras del talud, pueden dornas una idea basta nte amplia de lo que debió ser aquel n ive1.
Pera el hecha mós importante de esta compaña fué el clesC'J brimiento, en lo base del primer gran estrato fértil y dentro ya de
su tercer nivel, como luego veremos, de dos magnificas bifaces de
tipo tard ío, o uno profundidad de l' 10 m. o 1'30 m ., los cuales son
las primeros encon t rados con es tra t igrofío seguro e n el Levante español, y nos permiten identificor este nivel como per teneciente o
un Musteriense de tradición Achelense. Hecho esencial poro lo vo -
(4 ) D. FLETCHER VA LLS: "Activida des arqu eo lógicos d el Servi cio de InvestigaciÓn Preh ist órico de lo Excmo. Diput ación Provi ncia l de Va len cia en e l año
195 1" , Valencia , 1952 , póg. 5.
D. FLETCHER VALLS; "Los excavaciones del Servicio de Inves tigación Prehistór ico de lo Excmo. Diputoción Provinc ial d e Valencia du ronte el año 1951 " , en
Archivo Españo l de ArQueo logia, vo l. XXV , pr im er tr imes tre, Ma d rid , 19 52, póg inas 114 y 175.
D. FLETCHER VALLS: "lo la bor d el Servicio d e Investigació n Preh is tór ico V su
Museo en el posoda año 1951 " , ti,ada apo, te de la Memoria d e lo SeCretorio d e
la Di put a ción correspondient e o d icha año, Va lencia, 195 2, pógs. 39 -41.
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FRANCI SCO JQRDA CERDA
loroci6n culturol de lo cueva que, hasta el presente, había ofrecido
ínfimos elementos bifocioles que no pe rmitían ofianzar con seguridad uno opinión concreto sobre su estratigrafía .
Lo serie de ha llazgos afor tunados no se lim i ló a este solo nivel ,
yo que, posada la gran copo estéril y dentro del nivel medio del
segundo gran estrato arqueológico, encon tramos una pieza, único
hasta el momento den tro del Pa leolíti co inferior levantino. Se trato
de uno gran hacha triongl:llar, de retoque 10:;co, con dos bordes retocados en caros alternos y sin caracterís ti cos blfoda les. El tama ño de lo mismo, el t ipo de retoque V, en generol , su a specto, hoce
que nos inclinemos a considerarla como produc to Toyociense, con
lo que el pa norama cultu ral de lo cueva aumento en vala r, puesto
que nos do poro lo es t ra tigrafía general del Musteriense levan tino
uno a m plitud que !iace años nas hu biera parecido insospechado .
O tro ha llazgo de gran inte rés por lo que a técni cas industriales
respecto es el punzón de hueso, sabre me ta ta rs iano de équ ido, que
encontramos duran te lo compaña de 1950. Es onólogo o otros encon trados anteriormente por el P. Viñes y que publicamos nosotros
(5) . El actua l, con estratigrafía seguro, puesto que se encon tró en
lo base de lo porte medio del primer gran n ivel, nos es un elemento
de primer orden paro fijar los com ienzos de lo utilizoci6n del hueso
como ma teria prima . A nuestro entender este punzón debe ser
considerado como un retocador, es decir, como uno herramienta de
trabajo mus ter iense destinado o lo producción de instrumentos.
Es tas son, o grandes rasgos, los notas más salientes qu e nos
han proporcionado los traba jos excavo torios. en C6vo Negro, de
cuyo es trotigrafio domos o con tinuación un esquema provisional
suje to, por lo tonto, a revis ión, como avance 01 estudio general que
sobre lo es tación estomas llevando o cabo. Ta l como se desprende
de los ma teria les que hemos estud iado hasta lo fecho, es como
sigue :
NIVEL A. - Está formado por ti e rras calizos muy mezclados
con t ierras negros de acarreo eólico, más recientes, entre los que
se inm iscuyen restos dejados por los ocupantes modernos de lo cueva. En general t ienen uno coloración rosado-pardusco, mós bien cla-
(5 )
F. JORDA CERDA: "COVO Negro de BeUús. ti, Nuevos ospec:los poleloo_
lógicos de <:ovo Negro jJólivo l", en "Estudios sobre 10$ cuevO$ Paleoliticos Volencianas",'núm. 6 de lo Serie de Trabajos Varios del S. l. P., 2.- edición, Va lenc;ia,
1947, pógs. 19-26.
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NUEVOS HALLAZGOS EN COVA NEGRA (JAT I VA)
S
ro, y con tienen abundante cascot e calizo. En algunos sitios no se
encuentro, por haber s ido barrido por los gitanos o gente sim ilar
que hicieron de lo cueva campa mento. Gran número de sus piezas
han sido hollados en el talud. El ma terial lítico, que poseemos en
lo actua lidad, de este nivel, y que fué encontrado in situ, nas presen ta un gran complejo industrial en el que predominan, esencia lmente, las piezas pertenecientes 01 Leva lloiso - musteriense f inal ,
muy evolucionado, con los que encon t ramos también elementos que
se encuadran dentro del Auriñociense típico, como raspadores aqui lladas y ho jas can retoques. J unto O estas piezas hollamos otras
Que necesariamen te hay que filiar dentro de un Pre-oteriense o
Ateriense, cama ocu rre, por e jemplo, con uno magnifi ca punto
triangula r isoscélico con pedúnculo rudimen tario producido por retaque .
Como lo pieza no es único, pues yo llamamos a nteriormen te
la atención sobre ti pos anólogos en otros t raba jos publicados, habrá
que traer nuevamente a consideración el problema del Ate riense
en sus relaciones con la Península. De lo expues to puede deducirse
lo importancia cu lturol de este nivel del que, por desgracio, posee mos ton pocos elemen tos, por lo que su estudio no alcanza los resultados que hubieron sido de esperar. No obs tante, lo que de él
nos res to, es más que suficien te para afirmar lo enorme vi talidad
del Levalloiso-musteriense Que, como vemos, perduro has ta los primeros tiempos del Paleolítico superior en lo zona levan tino, lo Que
yo habíamos indicado en otra ocasión (6) .
NIVEL B.-Formado por una copo de tierras separados d isconti nuamente del nivel an terior por lentejones de tobos en descomposición; ti ene aspecto ca lizo, aunque aparezca mós mezclado
con arcillas y seo de una coloración rosado-cloro. La industria
que en él se encuentro, pertenece o un Levolloiso-mus teri ense bien
definido con abundantes roederas de todos los tipos y tamaños,
buen número de pun tas sobre hoja levallois, algunas de ellas con
exce lente retoque y, además, numerosas hoja s 1/ lascas con reto ques de formo más o menos típica. Se tro ta de un nivel perfectamente definido y, proporcionalmen te, es el que mayor número de
(6) F. JORDA CERDA: " El problema d el Chat elpet roniertSe (Auri óadense in_
fer l«) el'! Espano" el'! Cr6nica del IV Cong reso N Queol6gico del Sudeste ESpañol
(Akoy 1950), Ca,tagel'lO, 195 1, pógs. 63·61.
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FRANCISCO JORDA CERDA
ins trumentos ha proporcionado. En él se encontró el punzón refocodor Que yo mencionamos antes.
N IVEL C.-Con idéntico composición de tierras y uno coloro,iOO onólogo 01 anterior, del que apenas puede distinguirse por
no tener uno copo doro de separación . No obstante, los piezas
surgen o uno profundidad mayor, hecho que establece de por si
uno diferencia apreciable, que se pone de relieve por el aspecto
del moteriol encontrado. Se t rata de un Musleriense de tradición
AcheJense, en el cual los elementos levolloisienses t ienen una repr~sen toc¡ón muy abundante. La presencio de tos dos bifocio les de
que hemos hablado an tes y cuyo descripción domos O continuoción, nos define perfectamente los característicos industriales de
es te niveL Con an terioridad o nuestros excavaciones y 0 1 estudiar
los materiales que hollara Viñes, habíamos visto un hacho de tipo
nuclear muy rudimentario que dimos o conocer, y entre los moteria les publicados por éste se encuentro también un instrumento
bifacial, considerado como hacho, pero que nosotros creemos que
se trota de uno raedera. Todo esto nos hizo sospechor una influencio Achelense, que en aquello época no nos atrevimos o precisor
dados los dificultades con que contóbamos poro atribuir dicho
pieza o un nivel determinado, yo que su identificación no era po _
sible por lo incompleto de los notos de Viñes. Con los nuevos hallazgos se han disipado los dudas.
De las dos hachos, lo primero (Ióm . 1) es un ejemplar lallado
sobre núcleo de cuarci ta aplanado y presento lo punlo rola en sentido oblicuo o su eje; el reloque se extiende sólo por los bardes y
de ellos el menor es recto y el otro algo sinuoso en su extremo su perior; posiblemente fuá esto piezo utilizada como raedera después de lo roturo de la punto. Sus dimensiones son : 123 mm . de
largo por 10' '5 de ancho y 26 de grueso.
Lo segundo hacha (Ióm. 11) estó taltada sobre núcleo de cuarcita y presento, como la anterior, la punta roto en sentido oblicuo;
es de forma amigdaloide con el filo mayor algo sinuoso y el menor
recto, con uno especie de muesco en su extremo superior; los ne gativos de lascado se observan perfec tamente en ambos caros.
Son sus dimensiones : 11 5 mm . de largo, 82'5 de ancho y 26 de
grosor móximo.
Estos dos piezas deben encuadrarse, a nuestro parecer, pora lelamente al Achelense final (VI -VII). tanto por su ti pologío como
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NUEVOS HALLAZGO S EN CaVA NEGRA (JATiVA)
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por el aspecto genera l de su ta llo. Se encontraron junto con numerosas raederas, algunos de ellos derivadas de ti pos achelenses,
m ientras que el resto del con junta se integro dentro de un Musteriense superior de tipos pequeños, definido principalmente por sus
puntos triangulares.
NIVEL D.-Tras es te nivel ton interesan te que acabamos de
describir, se encuentro una gran capa d~ espesor variable, entre
los 80 cm. y I m ., completamente estéril arqueológicamente . La
coloración de sus tierras es rosada, presentóndose veteada por ma llas de distintos coloraciones, siendo de composic ión arcillosa-calizo.
NIVEL E.- De tierras parda-achocolatadas, bas tante claras, presento anóloga composición que los anteriores. Contenío una industria lítica que debe encuadrarse en la etapa final del Musteriense
antiguo, destacóndose entre sus materia les numerosos raederas y
algunos puntas triangul a res. Todo el mate rial está tallado siguiendo normas clactonienses, siendo escasos los t ipos con planos preparados o afacetados. El número de piezas es no tablemente in fe rior 01 ob ten ido en los niveles precedentes.
NIVEL F.-Está formado por t ierras pardo-achocolatados algo
mós oscuras que los del nivel anterior, y con tinúan siendo orci l1osocalizas. La indus trio lítica de este nivel debe ser encuad rado den tro de un Mustero-toyaciense, cuyos tipos estón frecuentemente
tallados dentro de lo técn ico clactoniense . Nos intereso destacar
lo gran pieza triangular ya ci tado (Ióm. 111 ) tallado sobre un núcleo
de co riza compacto apenas desbastado, de la que sólo se han retocado dos bordes, en caras opuesta s, por lo que no podemos hablar propiamente de una bifacial. Pod ría tra ta rse, por la formo del
ins trumento, de un hacho - raedera . El a spec to tosco de 10 pieza
compa rado con e l resto del instrumental hollado junto con ell a, v
su ta maño, poco corrien te en un yacimiento como el que estudiamos, cuya conjun to general puede ser ca rac terizado como de un
Mus leriense de tipos pequeños, hizo que tuviésemos a lguno desorientación en su clasificación; no obstan te, no dudamos en a tri buirle una ascendencia Toyaciense .
NIVEL G.-En esto zona las ti erras adquieren una coloración
achocolatado oscuro, siendo calizo-arcillosas. Es és te el nivel mós
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FRANCISCO JORDA CERDA
pobremente representado, ya que el número de piezas obtenido
hosta "lo fecho es pequeño. Predominan las roederos; las puntos
son escosos Y, entre ellos, debemos destocor dos e jemplares con
doble punto que pudieron ser utilizados como perforadores. Se
obtuvieron también unos pequeños raspadores de bueno tollo. Todo
su moteriol puede ser considerado como Musteríense antiguo con
predominio de lo técnico clactoniense.
Con este nivel termino, al parecer, el estroto a rqueológico de
la cuevo, A él le sigue uno capo de gredas de color verde-cenizo
daro que se superpone a un manto de arcillas no plósticos de igual
color, pero más oscuro, ambos com pletamen t e estériles. Los dos se
encuentran sobre el suelo rocoso de la cueva . Los dificul tades de
excavación a esta profundidad - 5'15 metros- no nos hon per ~
mitido en nuestras cortos compañas comprobar si se t rota de l verdadero suelo o de uno capo estalagmitica, pero confiamos que en
futuros trabajos podremos esclarecer este problema.
Uno s imple ojeado o la es trotigrafía an teriormente expuesta nos
pone de relieve lo importancia de Cavo -Negra poro el estudio de los
d ive rsos fa cies del Musteriense dentro del 6rea del Levante español.
En ello podemos observar que en los niveles inferiores se encuen ~
Iro un neto predominio de la técnico de tallado dactoniense sobre
un débil fondo levallois. Hecho que parece tener uno repercusión
importante en el resto de lo cueva, yo que los piezas doctanienses
son siempre mós numerosas que las levalloisienses . Este hecho po ~
rece ser bastante corriente dentro del Musteriense de nuestro Levante y osi pudimos observarlo 01 estudiar los ma teriales de la
Cavo de lo Pechina {Bellúsl (7), estación vecina a Cava ~ Negro, de
lo que dis ta apenas un kilómetro. Quizá es te predominio doctoniense, tan característico de lo estación que estudiamos, tengo uno
repercu sión directa sobre el tamaño de los piezas, cuyos ti pos, por
reg lo general, son mós bien pequeños, posiblemente por haber sido
tallados sobre lascas procedentes de núdeos o nódu los de sílex de
tamaño pequeño.
La importancio y predominio de lo técnica doctoniense en
(71 F. JORDA CERDA: " El Muste,ienS(> de lo Covo de lo Pechino (Bellus)",
en "Comunicociones del S. 1. P. 01 Primer Congreso ArqueológIco del Levonte
(Noviembre 1946)", numo 10 de lo Serie de Trobojos Vor ios del S. 1. P., Voleneio, 1947, pOg$. 7-14 .
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NUEVOS H ALLAZGOS EN COVA NEGRA (JATI VA)
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nuest ros industrias musterienses fué nuevamente comprobodo
cuando estudiamos los materiales musterienses encontrados en va·
rios yacimientos de los alrededores de Alcoy (Alicante); estudio
que pudimos hacer gracias o lo amabil idad de uno de sus descu·
bridores, nuestro querido am igo el Dr. Don Javier Sánchez . Dichos
materia les nos mues tran un Muste riense superior con abundantes
lascas doctonienses junto con infi mos represen taciones levalloi·
sienses; aunque lo poco abundancia de piezas tipicas en los conjuntos hago dificil su comparación con los niveles de Covo- Negra .
Quizá uno excavación de la estación, a l parecer mós importan t e
de todas ellos, lo Cova deis Cona lons (Alcoy). pudie ra proporcionarnos a lgunos da tos de in terés.
En cuan to a l problema de las influencias tayocienses creemos
que se ve con bas tan te claridod dentro del Niyel F, lo que viene o
confirmar lo opinión del sabio prehistoriador fran cés H. 8reuil poro
quien lo cueva presentaba uno indudable "tendencia Toyociense"
(8) , opi nión que no compartia Mlle. Henri -Mar tin . Dicha señorito,
en ocasión de su visito a Valencia en 1950, vió los mate riales de
las primitivos excavaciones que se encuentran expuestos en el Museo del S. 1. P. Por ella, aunque hemos califi cado el Niyel F como
Mústero· tayaciense, hocemos ciertas reservas, yo que e l Toyacien.
se es uno industrio todavía poco conocido . Paro M1Ie . Henri -Martin
(9), que ha s ido quien mejor Jo ha estudiado hasta lo fe cho, se
tra to de uno industrio de lascas definido por lo mescdo de dos téc·
nicos en proporción desigua l. Ambas técnicos presentan un grado
análogo de primitivismo en su desarrollo con pocos piezas buenos
y muchos fru strados, siendo de un ta maño medio. Es característ ico
la escoseS' de retoque. Ademós hoy que estudiar el Tayaciense en
grandes series, puesto que no presento instrumento típico, de ahí
IBI
L. PERICOT GARC IA: "Historio de Espoño", Tomo 1, "Epc)(.o$ Primitiva
y Rornona", 2 ." cdl~;6n, Institut o Go lloch, Bor~elona 1942 .
(91 G. HENRI -MARTIN : "L'induslrie Toyoeienne de Fonté
niCQtlon fol te 6 I'Acodcmle des Inscriptions el Belles-I.ettrl!!> le' 22 ovrll 1949.
G. HENRI.MARTIN: " Nouvelll!!> ~on$ to to ,ion$ .wr le po leolithique ¡nférieur de
lo Grolle de Fonlé rendus dI!!> seonces de I'Acodémle des xiences, l. 230, séonce du 19 juin 1950, Porís, pDg$. 2.234-2.236,
G. HENR I_MARTIN: "L'ind.... strie Toyoe¡enne de Fontl!chevode" , Bull el¡n de lo
50ciclc Prehistorique Fronc;oise, núm. 9_10, septembre-oc tobre 1949, Le Mons,
ptlgs. 353-363.
G. HENRI . MARTlN : "Nole prelimina¡re sur un n¡vcou Toyoc¡en doos lo Sto _
lion prehistorique de fon llkhevode (Choren le l", Bulle tin de Jo 50ciéte Préhistorique
FrorMioise numo 5-6, moi-jui n, 1946, Le Mons, págs. 1-4.
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FRANCI SCO JOROA CERDA
lo dificul tad de establecer relaciones y comparaciones. Por su aspecto parece represen ta r uno herencia comple ja en lo que, como
en el Musteriense, se en trecruzan múltiples métodos de tollo. Por
lo general no presen ta bifoces, aunque en cl ima cá lido se suel en
encontrar y que, más bien, podrían ser con!>ideradas como intrusiones pobres del Achel ense. El á rea de di spersión de esta industrio
vo desde el Norte de Francia hasta Marruecos y desde Portugal
hasta Sirio. Dado que Covo-Neg ro se encuentra dentro del área
mencionada, no es posib le desechor sobre sus industrias una probab le influencia Toyaciense, puesto que nuestra estación se encuen tra sobre lo ruta de enlace e uroofr icano. Quizó los documen tos más poderosos en contra de esto posible influencia sean el pe ·
queño tamaño de los ins trumen tos, la exce lante calidad de la t a ll a
en lo mayoría y la presencio de tipos definidos. Como se ve, el problema es comp li cado y de dificil solucián por el escoso número de
estaciones con que contamos con excavaciones utilizables. Peor
es tudiado está el Tayaciense en nuestra Península, yo que s6lamente ha sido señalada su presencio en e l valle del Manzanares
(Madrid), pero no es tá estudiado metódicamente. De ahí que nuestras opiniones vayan envue ltos en cierta cau tela. Recien temente
plan tea Ripoll (10) lo posiCión estratigráfica y cronológica del Tayaciense; considero que es industria originariamen te de lascas, de
posible derivación dac ton iense, aunque se encuen t ran pron to piezas procedentes de otros técnicas de talla . En sus primeros e tapas,
que Peyrany calificó de Micoquiense, hay una fal to de elementos
tipos, como ya hemos dicho an tes y, sólo cuando avanza mos hacia
las últimas etapas, encon tramos conjuntos instrumenta les con cierto va lor para el est udio compara tivo. Del Tayaciense IV (Micoquien se 4 de Peyrony) surge una posible roma que deb ió actua r en la
formación del Musteriense. La primera gran etapa de esta última
cu lturo discurriría pues influido en parte por el Tayacience y, en
parte, para lela a ella. De tal modo que los últimos fases, del Ta yaciense V en adelante, los que pueden si tuarse entre los niveles
de Fon téchevade y La Fe rrasie, según Ripoll, serían coetóneas del
Musteriense antiguo. Por otra parte, el Nivel F de Cova- Negra,
cronolÓgicamen te, debe s ituarse en tre Fon téchevade y los niveles
{lO! E. RIPOLL: "Notos sobre el Tayodense", en Crónica del I1 Congreso Arqueológico Nocional (Modrid, 1951!, Cor togeno, 1952.
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NUEVOS HALLAZGOS EN CaVA NEGRA (JATlVA)
II
del Musteriense antiguo de Lo Ferrosie, lo que vendría o apoyar lo
posible tendencia Taya ciense de que hemos hablado y que preconizó Breuil poro nuestro cueva. Cronológicamente no habría dificultad alguno poro que tal influencio hubiera existido.
Otro problema que intereso des.tacar es lo gran unidad que
presento lo culturo Musteriense en nuestro levante. Yo antes hemos hecho mención de algunos estaciones de lo regi6n valenciano
cuyos industrias se encuentran en dependencia con los de COvaNegro. Hoce poco haciamos resaltar, o propósito de lo primero pieza Mus teriense de lo provincia de Costell6n, esto un idad cultural
(1 1). En lo actualidad hemos podido estudiar los materiales que,
procedentes de los excavaciones efectuados en lo regi6n as turiano
por el Conde de lo Vega del Sello, se encuentran en el Museo Provincial de aviedo. Uno de los cuevas excavados por dicho prócer,
lo del Conde o de Fornos (Tuñ6n), presento dos series de materia les musterienses tallados en cuarcita, con puntos típicos y abundantes roederas. También, por lo que hemos podido observar, hoy
un predominio de lo técnico Cloctoniense sobre lo levolloisiense .
Pero el interés principal de lo Cueva del Conde reside, a nuestro
entender, en que encimo de esto doble copo Musteriense se encuentro un nivel Auriñociense típico (medio de Breuil) con raspadores aquillados, hojas con retoques, raspadores abultados, puntos,
etcétera, y o tado este conjunto se une uno serie de elementos que
pueden ser considerados como de trad ición Musteriense, habiendo
uno cierto perduración de formas, especialmente en roederas y
puntos. Este hecho se asemejo 01 comprobado por nosotros en el
Nivel A, superficial, de Cóvo-Negro, en el que, junto con elementos de trodici6n Musteriense, encontramos ti pos perfectamente
Auriñacienses. Esto coincidencia de superposición de con juntos Au riñocienses o series Musterienses dentro de un mi smo nivel, no es,
o nuestro entender, uno si mple casualidad, sino un importante doto
que hobró que tener en cuento al valorar lo culturo Auriñociense
y trator de buscar su origen, el cual ha de tener uno fili ación in-
(111 F. JORDA CERDA: "A prOpÓsito de 10 primero piezo Musteriense encontrado en lo prov lnclo de Coslell6n H • Bolelín de lo Socleóod Coslellonen5t de CulII.Iro, l. XXVI I, c. IV, Oc tubre-Diciembre 1951 , Coslell6n de 10 Plono, p6ginos
393-396. Aprovechomos esto nolo poro subsanor un error desl izado en el o,titulo
qtle se cllo. Por uno fol50 trooscrlpclón se puso lo descripción del Nivel F e n el E
V lo de ~$Ie en aqué l. Cmo que puede observarse V corregi'$e ten iendo o lo vislo
el presen te ortrculo.
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12
FRANC I SCO JORDA CERDA
discu t ible en lo evolución de las viejos culturas Muste r ienses, cuyo
perduración en nuestro Península hemos puesto ya de manifies to.
Todavía nos quedo por comentor un aspecto interesan te del
nivel superf icia l. El hallazgo de uno punta triangular con pedúncu-
lo incipiente producido por hábi l retoque, nos vuelve a traer de
lleno el probl ema de las influencias norteofricanos. El proble ma del
Ate riense y su correlación con las industrias eu ropeas del Pa leolítico superior está todavía le jos de tener una solución aceptable.
La opin ión de Miss Ca ton-Thompson (12), Que pone en corre lac ión
la s distintos etapas del Solutrense europeo con los diversos niveles
ot er ienses, es un problema sobre el cua l no se ha cerrado lo d iscu sión . Exis te uno estación que podría es tablecer el nudo de un ión
de a mbos cul turas; se t rota de Mugharet el Aliya (Tónger ), excayodo por Howe y Moyi us (13). Sin em ba rgo, e'itas a rqueólogos no
c reen posible que los puntos de flecho con pedúnculo y aletos de
lo citado cueyo puedan ser referidos o uno cu lturo solutrense. Así,
pues, lo aparición de es to punto triangu la r y tosco en CCwo -Negra
viene o complicar a ún mós el problema. Yo en tre los ma t eria les de
Yiñes habíamos observado que existen elementos un poco audazmente ca lificados de o terienses, pero cQmo su poSición es trotigrófico carecía de seguridod, procuramos no insis tir demasiado en el
asunto. Pero hoy no tenemos mós remedio que buscar un nexo de
unión o esto pieza cloro y contunden te que, unido o los res tan tes,
demues tro bien o los cloros uno ligazón cultura l con el Norte dI'!
Africa . Cuidadosamente hemos dicho a l descri bir el Nivel A, que
habría que considerar lo exis tencia de elementos pre-at ericnses o
a te rie nscs. En nuestro opinión, estos elementos unidos a los auriñacienses, que se ,encuent ra n mezclados en un ambiente fevalloi samus teriense final , son los iniciales de dos grandes romos cultura les: el Auriñac iense europeo, cuyo decadencia inminente se produce con lo llegado de los oleados grave t ienses, y el Ate riense nordofricono que, nacido 01 mi smo tiempo, t iene uno vida más largo
y un desarrollo mós amplio y eyolucionado y que llego o influ ir en
1121 G. CATON-THOMPSON: "The Aledo" Industrie: lIs plote ond 1i
conee in lhe Poleolilhic WOO'ld" in HUl
don, 1941 .
113¡ B. HOWE ond H. L. MOVIUS Jr.: "A Slone Age Cave sife in Tongier,
Preltmino.y repo
T ongie''' , Popers 01 lhe Peobody Museun 01 Americo n Archoeology ond Elhnolo_
gy, Horvord Universi ly, vol. XXVIII , núm. 1, Cambridge, Moss. U. S. A., 1947.
_
18 _
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NUEVOS HA LLAZGOS EN COVA NEGRA ( JATIVA)
13
la creación de tipos de la fa cies mediterránea (parpallonense) del
Solut rense (14) .
Los recientes descubrimien tos de Vilaseco en Reus (Tarragono)
vienen o demostrarnos bueno parte de lo que deci mos y, a l mismo
tiempo. nos señalan cu6n fragm entariamente conocemos las etapas
de transición del Paleolítico inferior 01 superior, pues estos hallaz gos nos comprueban la existencia de uno tendencia Levolloisomu , tcriense, de otro Mustero-sol utroide y de un grupo Auriñociense. Todo ello nos ind ica la comple jidad cultura l de l Levante español en las e ta pas finales del Mus teriense. temo sobre el que insisti remos necesaria men te en lo publicación que prepa ramos sobre
Cova-Negra (1S) .
Toles son, o grandes rasgos, los problemas que nos presento lo
estratigrafía de Cóva-Negra. En su análisis es tomas tra ba jando y
t ro tamos de hacer un estudio lo más completo posible de los materiales encon t rados hasta la fecha . Esperamos que nuevos excavaciones en estaciones de tipo similar nos puedan ori en ta r en nuestro
trabajo. Mientras tanto agradeceríamos la asistencia, colaboración
o consejo de los colegas que se dediquen a esto apasionante etapa
de la Prehis toria.
(14) Sobre los distintos aspectos Que ofrece el Solutrense espoñol (facies relaciones. d ependencias. e le.) preparamos Un elOilensa trabaja. " El Salutrefl$~ en
España y sus probl~". en el cual pretendemos est udiar desde nuevos puntos de
vista lo probiem6lica generol de esta etapa.
(15) S. VILASECA ANGUERA: "Mustera_Levalloisiense en Reus.... Archiva de
Prehis toria levont ino. 11 1. Volencia. 1952. págs. 31-36.
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FRANCISCO
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CERDA
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Nuevo!> hallazgo!> en Cava-Negra (Játiva)
Los publicaciones sobre el Poleolít ico in ferior son escasas en
nuestro país en estos últimos tiempos; por ello se hoce dificil y
comple jo el estudio de los ma te ria les que aparecen en las roros
excavaciones que se han llevado o cabo. Con esto dificu ltad hemos
tropezado al in ten tor el estudio de los importan t es hal la zgos procedentes de las últimos compa ñas que hemos e fectuado en CovoNegro de Jót iva . De ohí que an t es de lanzar o lo luz un trabajo
defini tivo sobre los mismos, hayamos preferido da r o conocer un
avance de lo situación generol de lo cueva, 01 mismo t iempo que
exponemos uno estratigrafía sintét ico de lo misma con los variaciones que las novedades encon t radas nos autori zon. Voriaciones
que yo preconizamos hoce a lgunos a ños cuando iniciamos el estu dio de los materiales que, proceden tes de los prime ros excavaciones de Cóvo- Negra, se guardan e n el Museo del Servicio de Invest igaCión Prehistórico de lo Excma. Dipu tación provi ncia l de Va le ncia. En aque llo ocasión di mos o conoce r a lgunos de los series lit icas
( 1) que nos fué pasible iden tificor apayóndonos en los escosas notos
que pud ieron recogerse de su malogrado excavador, Rvda. Don
Gonzalo Viñes Masip (2) . Hoy, tras dos compañas de excavociones
(11 F. JORDA CERDA: " la Cavo-Negra de Bellüs (Jó tivol y sus indusi,ia5
I;t icas", en Archivo de Prehlstaria levantina, 11, Valencia, 1946, págs. 11-29.
(2) Veose noto necrológico que encabeza la publicación " Estudias sable los
Cuevas Pa leolilicas yolencionas", nüm. 6 de la Serie de Trabajos Varios del S. 1. P.,
segunda edici6n, Valencia, 1947 . En la misma publicación, GONZALO J . VINES:
"COVO Negra de BeHüs, 1, Na tos sobre las e>< cayociones practicados" p6gs. 11-18.
GONZ ALO J . VINES: "lo Cova-Negro IJ6 tiYO)", en Archivo de Prehis toria levantina, 1, Valencia, \929, p6gs. 11_14.
GONZALO J . VIÑES: "E>
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2
FRANCISCO JORDA CERDA
lIevodos o cobo por el S. 1. p" podemos ofrecer uno visión del yacimiento algo completa, aunque no definitivo, puesto que todavia
Quedo por excavar lo mayor parte de lo cueva y sucesivos campoños pueden proporcionarnos nuevos materiales que nos obliguen a
un análisis mós exacto de su con tenido estro tigrófico y aún recti·
ficar los conclusiones o que hemos llegado. Además, esperamos que
nuevos estaciones rnus teriensl'!s seon descubiertas, con 10 que el
estudio comparativo de los materiales nos perm itirá uno mayor
base de d iscusión y lo posibilidad de planteor mejor la ext ensión e
importancio de los culturas muste rienses en el á rea pen insu la r.
Hoy por hoy, creemos que Cavo- Negra es fundamental poro el
estudio del musteriense en Levante y quizós podríamos hacer extensivo es to afirmación a gran porte de lo Penínsu la, pues pocas
estaciones nos han dado hasta la fecha una sucesión ton grande
de niveles m usterienses, cuyas características se exponen mós adelante.
Los trabajos de campo nos permi tieron observar uno serie de
hechos que en porte vinieron a confirmar 10 que sabíamos por los
trabajos de V¡ñes y que, en parte, ampliaron el panorama cultural
del yacimiento. Durante lo compaña que llevamos a cabo o fines del
verano del año 1950 (31. pudimos observar claramente lo exist encia de dos grandes montos arqueológicos separados por uno amplio
copa estéril , de cuyo existencia yo sabíamos por su primer excavador. No nos fué ton fácil, s in em bargo, encon trar los restos del pri mitivo nivel superficial, del cual también nos hablo aquél en sus
notos, y que, a l parecer, sobresalía un metro aproximadamen te del
nivel actuol de lo cueva, encontrándose preferentemen te hacia lo
porte exterior y en la cuesta de acceso a la misma . Pero por falta
de ti empo no pudimos dedicarnos o la localización de sus posibles
res tos, yo que tuvimos que emplear gran parte del m ismo en efectuar una limpieza de l órea primitivo excavada, p\Jesto que por la
débil consistencia del terreno, los taludes habían desaparecido y
nos interesó mós dejar libre lo parte in tacta de posibles materiales
caídos en tos desprendim ientos, y que pudieron inducirnos o error
01 estudiarlos. En esa misma cam paña nos fué poSible observar que
en cado estrato fértil se ofrecían distintos niveles arqueológicos
perfec tamente definidos, aunque no se pudiera precisor lo exis-
(3) D. FLETCHER VAllS: "lo ocl;vidoc! arqueológico del Servicio de Inve"$ligación Prehistórico de Volencia, en Zephyrus, 11 , Solamonco, 1951, págs. 48 ·50.
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NUEVOS HALLAZGOS EN CaVA NEGRA (JATIVA)
3
tencia de copos estériles entre los mismos, ofreciéndosenos los hallazgos en pequeños bolsadas, restos qu izós de pequeños talleres y
a lguno vez de hogares.
En 10 segunda campaña, llevada a cabo en colaboración con
don Enrique Pla, actual Subdirector del S. 1. P., a fines de Septiem bre de 1951 (4), pudimos observar mejor el nivel superior del que hoblóbamos antes. En la parte exte r ior, yo la derecha de la en t rada
de lo cueva, junto al reborde de la pared, pudimos observar restoi
intactos del misma, cuya metódica excavación dejamos poro una
próximo campaña, ya que al formar el terreno uno especie de bre o
cha nos era dificil su excavación can los medios o nuestro alcance .
En el in terior pudimos observar también su exi stencia, aunque con
grandes lagunas, yo que gran porte del mismo se encuentra destru ido, hallándose sus restos vertidas sobre el talud na tural que
forma lo superficie de lo cueva, cuyos estratos se encuentran dispuestas con una fuerte incl inación, buceando hacia la porte inferior y mós profunda de lo misma, situado hacio la izquierdo de lo
entrada. Según hemos podido comprobar, gran parte del estrato su perior fué barrido por los gitanos y demás ocupan t es temporales
de lo cueva, y sus restos fueron a parar o la pendien te del mencionada talud . Na obstan te, en a lgunas portes, pudimos recoge r ma teriales encontrados en pequeños bol sadas que, junto con elementos
encontradas en los tierras del talud, pueden dornas una idea basta nte amplia de lo que debió ser aquel n ive1.
Pera el hecha mós importante de esta compaña fué el clesC'J brimiento, en lo base del primer gran estrato fértil y dentro ya de
su tercer nivel, como luego veremos, de dos magnificas bifaces de
tipo tard ío, o uno profundidad de l' 10 m. o 1'30 m ., los cuales son
las primeros encon t rados con es tra t igrofío seguro e n el Levante español, y nos permiten identificor este nivel como per teneciente o
un Musteriense de tradición Achelense. Hecho esencial poro lo vo -
(4 ) D. FLETCHER VA LLS: "Activida des arqu eo lógicos d el Servi cio de InvestigaciÓn Preh ist órico de lo Excmo. Diput ación Provi ncia l de Va len cia en e l año
195 1" , Valencia , 1952 , póg. 5.
D. FLETCHER VALLS; "Los excavaciones del Servicio de Inves tigación Prehistór ico de lo Excmo. Diputoción Provinc ial d e Valencia du ronte el año 1951 " , en
Archivo Españo l de ArQueo logia, vo l. XXV , pr im er tr imes tre, Ma d rid , 19 52, póg inas 114 y 175.
D. FLETCHER VALLS: "lo la bor d el Servicio d e Investigació n Preh is tór ico V su
Museo en el posoda año 1951 " , ti,ada apo, te de la Memoria d e lo SeCretorio d e
la Di put a ción correspondient e o d icha año, Va lencia, 195 2, pógs. 39 -41.
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4
FRANCI SCO JQRDA CERDA
loroci6n culturol de lo cueva que, hasta el presente, había ofrecido
ínfimos elementos bifocioles que no pe rmitían ofianzar con seguridad uno opinión concreto sobre su estratigrafía .
Lo serie de ha llazgos afor tunados no se lim i ló a este solo nivel ,
yo que, posada la gran copo estéril y dentro del nivel medio del
segundo gran estrato arqueológico, encon tramos una pieza, único
hasta el momento den tro del Pa leolíti co inferior levantino. Se trato
de uno gran hacha triongl:llar, de retoque 10:;co, con dos bordes retocados en caros alternos y sin caracterís ti cos blfoda les. El tama ño de lo mismo, el t ipo de retoque V, en generol , su a specto, hoce
que nos inclinemos a considerarla como produc to Toyociense, con
lo que el pa norama cultu ral de lo cueva aumento en vala r, puesto
que nos do poro lo es t ra tigrafía general del Musteriense levan tino
uno a m plitud que !iace años nas hu biera parecido insospechado .
O tro ha llazgo de gran inte rés por lo que a técni cas industriales
respecto es el punzón de hueso, sabre me ta ta rs iano de équ ido, que
encontramos duran te lo compaña de 1950. Es onólogo o otros encon trados anteriormente por el P. Viñes y que publicamos nosotros
(5) . El actua l, con estratigrafía seguro, puesto que se encon tró en
lo base de lo porte medio del primer gran n ivel, nos es un elemento
de primer orden paro fijar los com ienzos de lo utilizoci6n del hueso
como ma teria prima . A nuestro entender este punzón debe ser
considerado como un retocador, es decir, como uno herramienta de
trabajo mus ter iense destinado o lo producción de instrumentos.
Es tas son, o grandes rasgos, los notas más salientes qu e nos
han proporcionado los traba jos excavo torios. en C6vo Negro, de
cuyo es trotigrafio domos o con tinuación un esquema provisional
suje to, por lo tonto, a revis ión, como avance 01 estudio general que
sobre lo es tación estomas llevando o cabo. Ta l como se desprende
de los ma teria les que hemos estud iado hasta lo fecho, es como
sigue :
NIVEL A. - Está formado por ti e rras calizos muy mezclados
con t ierras negros de acarreo eólico, más recientes, entre los que
se inm iscuyen restos dejados por los ocupantes modernos de lo cueva. En general t ienen uno coloración rosado-pardusco, mós bien cla-
(5 )
F. JORDA CERDA: "COVO Negro de BeUús. ti, Nuevos ospec:los poleloo_
lógicos de <:ovo Negro jJólivo l", en "Estudios sobre 10$ cuevO$ Paleoliticos Volencianas",'núm. 6 de lo Serie de Trabajos Varios del S. l. P., 2.- edición, Va lenc;ia,
1947, pógs. 19-26.
_1 0 _
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NUEVOS HALLAZGOS EN COVA NEGRA (JAT I VA)
S
ro, y con tienen abundante cascot e calizo. En algunos sitios no se
encuentro, por haber s ido barrido por los gitanos o gente sim ilar
que hicieron de lo cueva campa mento. Gran número de sus piezas
han sido hollados en el talud. El ma terial lítico, que poseemos en
lo actua lidad, de este nivel, y que fué encontrado in situ, nas presen ta un gran complejo industrial en el que predominan, esencia lmente, las piezas pertenecientes 01 Leva lloiso - musteriense f inal ,
muy evolucionado, con los que encon t ramos también elementos que
se encuadran dentro del Auriñociense típico, como raspadores aqui lladas y ho jas can retoques. J unto O estas piezas hollamos otras
Que necesariamen te hay que filiar dentro de un Pre-oteriense o
Ateriense, cama ocu rre, por e jemplo, con uno magnifi ca punto
triangula r isoscélico con pedúnculo rudimen tario producido por retaque .
Como lo pieza no es único, pues yo llamamos a nteriormen te
la atención sobre ti pos anólogos en otros t raba jos publicados, habrá
que traer nuevamente a consideración el problema del Ate riense
en sus relaciones con la Península. De lo expues to puede deducirse
lo importancia cu lturol de este nivel del que, por desgracio, posee mos ton pocos elemen tos, por lo que su estudio no alcanza los resultados que hubieron sido de esperar. No obs tante, lo que de él
nos res to, es más que suficien te para afirmar lo enorme vi talidad
del Levalloiso-musteriense Que, como vemos, perduro has ta los primeros tiempos del Paleolítico superior en lo zona levan tino, lo Que
yo habíamos indicado en otra ocasión (6) .
NIVEL B.-Formado por una copo de tierras separados d isconti nuamente del nivel an terior por lentejones de tobos en descomposición; ti ene aspecto ca lizo, aunque aparezca mós mezclado
con arcillas y seo de una coloración rosado-cloro. La industria
que en él se encuentro, pertenece o un Levolloiso-mus teri ense bien
definido con abundantes roederas de todos los tipos y tamaños,
buen número de pun tas sobre hoja levallois, algunas de ellas con
exce lente retoque y, además, numerosas hoja s 1/ lascas con reto ques de formo más o menos típica. Se tro ta de un nivel perfectamente definido y, proporcionalmen te, es el que mayor número de
(6) F. JORDA CERDA: " El problema d el Chat elpet roniertSe (Auri óadense in_
fer l«) el'! Espano" el'! Cr6nica del IV Cong reso N Queol6gico del Sudeste ESpañol
(Akoy 1950), Ca,tagel'lO, 195 1, pógs. 63·61.
-11 -
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6
FRANCISCO JORDA CERDA
ins trumentos ha proporcionado. En él se encontró el punzón refocodor Que yo mencionamos antes.
N IVEL C.-Con idéntico composición de tierras y uno coloro,iOO onólogo 01 anterior, del que apenas puede distinguirse por
no tener uno copo doro de separación . No obstante, los piezas
surgen o uno profundidad mayor, hecho que establece de por si
uno diferencia apreciable, que se pone de relieve por el aspecto
del moteriol encontrado. Se t rata de un Musleriense de tradición
AcheJense, en el cual los elementos levolloisienses t ienen una repr~sen toc¡ón muy abundante. La presencio de tos dos bifocio les de
que hemos hablado an tes y cuyo descripción domos O continuoción, nos define perfectamente los característicos industriales de
es te niveL Con an terioridad o nuestros excavaciones y 0 1 estudiar
los materiales que hollara Viñes, habíamos visto un hacho de tipo
nuclear muy rudimentario que dimos o conocer, y entre los moteria les publicados por éste se encuentro también un instrumento
bifacial, considerado como hacho, pero que nosotros creemos que
se trota de uno raedera. Todo esto nos hizo sospechor una influencio Achelense, que en aquello época no nos atrevimos o precisor
dados los dificultades con que contóbamos poro atribuir dicho
pieza o un nivel determinado, yo que su identificación no era po _
sible por lo incompleto de los notos de Viñes. Con los nuevos hallazgos se han disipado los dudas.
De las dos hachos, lo primero (Ióm . 1) es un ejemplar lallado
sobre núcleo de cuarci ta aplanado y presento lo punlo rola en sentido oblicuo o su eje; el reloque se extiende sólo por los bardes y
de ellos el menor es recto y el otro algo sinuoso en su extremo su perior; posiblemente fuá esto piezo utilizada como raedera después de lo roturo de la punto. Sus dimensiones son : 123 mm . de
largo por 10' '5 de ancho y 26 de grueso.
Lo segundo hacha (Ióm. 11) estó taltada sobre núcleo de cuarcita y presento, como la anterior, la punta roto en sentido oblicuo;
es de forma amigdaloide con el filo mayor algo sinuoso y el menor
recto, con uno especie de muesco en su extremo superior; los ne gativos de lascado se observan perfec tamente en ambos caros.
Son sus dimensiones : 11 5 mm . de largo, 82'5 de ancho y 26 de
grosor móximo.
Estos dos piezas deben encuadrarse, a nuestro parecer, pora lelamente al Achelense final (VI -VII). tanto por su ti pologío como
_12_
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NUEVOS HALLAZGO S EN CaVA NEGRA (JATiVA)
7
por el aspecto genera l de su ta llo. Se encontraron junto con numerosas raederas, algunos de ellos derivadas de ti pos achelenses,
m ientras que el resto del con junta se integro dentro de un Musteriense superior de tipos pequeños, definido principalmente por sus
puntos triangulares.
NIVEL D.-Tras es te nivel ton interesan te que acabamos de
describir, se encuentro una gran capa d~ espesor variable, entre
los 80 cm. y I m ., completamente estéril arqueológicamente . La
coloración de sus tierras es rosada, presentóndose veteada por ma llas de distintos coloraciones, siendo de composic ión arcillosa-calizo.
NIVEL E.- De tierras parda-achocolatadas, bas tante claras, presento anóloga composición que los anteriores. Contenío una industria lítica que debe encuadrarse en la etapa final del Musteriense
antiguo, destacóndose entre sus materia les numerosos raederas y
algunos puntas triangul a res. Todo el mate rial está tallado siguiendo normas clactonienses, siendo escasos los t ipos con planos preparados o afacetados. El número de piezas es no tablemente in fe rior 01 ob ten ido en los niveles precedentes.
NIVEL F.-Está formado por t ierras pardo-achocolatados algo
mós oscuras que los del nivel anterior, y con tinúan siendo orci l1osocalizas. La indus trio lítica de este nivel debe ser encuad rado den tro de un Mustero-toyaciense, cuyos tipos estón frecuentemente
tallados dentro de lo técn ico clactoniense . Nos intereso destacar
lo gran pieza triangular ya ci tado (Ióm. 111 ) tallado sobre un núcleo
de co riza compacto apenas desbastado, de la que sólo se han retocado dos bordes, en caras opuesta s, por lo que no podemos hablar propiamente de una bifacial. Pod ría tra ta rse, por la formo del
ins trumento, de un hacho - raedera . El a spec to tosco de 10 pieza
compa rado con e l resto del instrumental hollado junto con ell a, v
su ta maño, poco corrien te en un yacimiento como el que estudiamos, cuya conjun to general puede ser ca rac terizado como de un
Mus leriense de tipos pequeños, hizo que tuviésemos a lguno desorientación en su clasificación; no obstan te, no dudamos en a tri buirle una ascendencia Toyaciense .
NIVEL G.-En esto zona las ti erras adquieren una coloración
achocolatado oscuro, siendo calizo-arcillosas. Es és te el nivel mós
-1 3 -
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8
FRANCISCO JORDA CERDA
pobremente representado, ya que el número de piezas obtenido
hosta "lo fecho es pequeño. Predominan las roederos; las puntos
son escosos Y, entre ellos, debemos destocor dos e jemplares con
doble punto que pudieron ser utilizados como perforadores. Se
obtuvieron también unos pequeños raspadores de bueno tollo. Todo
su moteriol puede ser considerado como Musteríense antiguo con
predominio de lo técnico clactoniense.
Con este nivel termino, al parecer, el estroto a rqueológico de
la cuevo, A él le sigue uno capo de gredas de color verde-cenizo
daro que se superpone a un manto de arcillas no plósticos de igual
color, pero más oscuro, ambos com pletamen t e estériles. Los dos se
encuentran sobre el suelo rocoso de la cueva . Los dificul tades de
excavación a esta profundidad - 5'15 metros- no nos hon per ~
mitido en nuestras cortos compañas comprobar si se t rota de l verdadero suelo o de uno capo estalagmitica, pero confiamos que en
futuros trabajos podremos esclarecer este problema.
Uno s imple ojeado o la es trotigrafía an teriormente expuesta nos
pone de relieve lo importancia de Cavo -Negra poro el estudio de los
d ive rsos fa cies del Musteriense dentro del 6rea del Levante español.
En ello podemos observar que en los niveles inferiores se encuen ~
Iro un neto predominio de la técnico de tallado dactoniense sobre
un débil fondo levallois. Hecho que parece tener uno repercusión
importante en el resto de lo cueva, yo que los piezas doctanienses
son siempre mós numerosas que las levalloisienses . Este hecho po ~
rece ser bastante corriente dentro del Musteriense de nuestro Levante y osi pudimos observarlo 01 estudiar los ma teriales de la
Cavo de lo Pechina {Bellúsl (7), estación vecina a Cava ~ Negro, de
lo que dis ta apenas un kilómetro. Quizá es te predominio doctoniense, tan característico de lo estación que estudiamos, tengo uno
repercu sión directa sobre el tamaño de los piezas, cuyos ti pos, por
reg lo general, son mós bien pequeños, posiblemente por haber sido
tallados sobre lascas procedentes de núdeos o nódu los de sílex de
tamaño pequeño.
La importancio y predominio de lo técnica doctoniense en
(71 F. JORDA CERDA: " El Muste,ienS(> de lo Covo de lo Pechino (Bellus)",
en "Comunicociones del S. 1. P. 01 Primer Congreso ArqueológIco del Levonte
(Noviembre 1946)", numo 10 de lo Serie de Trobojos Vor ios del S. 1. P., Voleneio, 1947, pOg$. 7-14 .
_
14 _
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NUEVOS H ALLAZGOS EN COVA NEGRA (JATI VA)
9
nuest ros industrias musterienses fué nuevamente comprobodo
cuando estudiamos los materiales musterienses encontrados en va·
rios yacimientos de los alrededores de Alcoy (Alicante); estudio
que pudimos hacer gracias o lo amabil idad de uno de sus descu·
bridores, nuestro querido am igo el Dr. Don Javier Sánchez . Dichos
materia les nos mues tran un Muste riense superior con abundantes
lascas doctonienses junto con infi mos represen taciones levalloi·
sienses; aunque lo poco abundancia de piezas tipicas en los conjuntos hago dificil su comparación con los niveles de Covo- Negra .
Quizá uno excavación de la estación, a l parecer mós importan t e
de todas ellos, lo Cova deis Cona lons (Alcoy). pudie ra proporcionarnos a lgunos da tos de in terés.
En cuan to a l problema de las influencias tayocienses creemos
que se ve con bas tan te claridod dentro del Niyel F, lo que viene o
confirmar lo opinión del sabio prehistoriador fran cés H. 8reuil poro
quien lo cueva presentaba uno indudable "tendencia Toyociense"
(8) , opi nión que no compartia Mlle. Henri -Mar tin . Dicha señorito,
en ocasión de su visito a Valencia en 1950, vió los mate riales de
las primitivos excavaciones que se encuentran expuestos en el Museo del S. 1. P. Por ella, aunque hemos califi cado el Niyel F como
Mústero· tayaciense, hocemos ciertas reservas, yo que e l Toyacien.
se es uno industrio todavía poco conocido . Paro M1Ie . Henri -Martin
(9), que ha s ido quien mejor Jo ha estudiado hasta lo fe cho, se
tra to de uno industrio de lascas definido por lo mescdo de dos téc·
nicos en proporción desigua l. Ambas técnicos presentan un grado
análogo de primitivismo en su desarrollo con pocos piezas buenos
y muchos fru strados, siendo de un ta maño medio. Es característ ico
la escoseS' de retoque. Ademós hoy que estudiar el Tayaciense en
grandes series, puesto que no presento instrumento típico, de ahí
IBI
L. PERICOT GARC IA: "Historio de Espoño", Tomo 1, "Epc)(.o$ Primitiva
y Rornona", 2 ." cdl~;6n, Institut o Go lloch, Bor~elona 1942 .
(91 G. HENRI -MARTIN : "L'induslrie Toyoeienne de Fonté
G. HENRI.MARTIN: " Nouvelll!!> ~on$ to to ,ion$ .wr le po leolithique ¡nférieur de
lo Grolle de Fonlé
G. HENR I_MARTIN: "L'ind.... strie Toyoe¡enne de Fontl!chevode" , Bull el¡n de lo
50ciclc Prehistorique Fronc;oise, núm. 9_10, septembre-oc tobre 1949, Le Mons,
ptlgs. 353-363.
G. HENRI . MARTlN : "Nole prelimina¡re sur un n¡vcou Toyoc¡en doos lo Sto _
lion prehistorique de fon llkhevode (Choren le l", Bulle tin de Jo 50ciéte Préhistorique
FrorMioise numo 5-6, moi-jui n, 1946, Le Mons, págs. 1-4.
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10
FRANCI SCO JOROA CERDA
lo dificul tad de establecer relaciones y comparaciones. Por su aspecto parece represen ta r uno herencia comple ja en lo que, como
en el Musteriense, se en trecruzan múltiples métodos de tollo. Por
lo general no presen ta bifoces, aunque en cl ima cá lido se suel en
encontrar y que, más bien, podrían ser con!>ideradas como intrusiones pobres del Achel ense. El á rea de di spersión de esta industrio
vo desde el Norte de Francia hasta Marruecos y desde Portugal
hasta Sirio. Dado que Covo-Neg ro se encuentra dentro del área
mencionada, no es posib le desechor sobre sus industrias una probab le influencia Toyaciense, puesto que nuestra estación se encuen tra sobre lo ruta de enlace e uroofr icano. Quizó los documen tos más poderosos en contra de esto posible influencia sean el pe ·
queño tamaño de los ins trumen tos, la exce lante calidad de la t a ll a
en lo mayoría y la presencio de tipos definidos. Como se ve, el problema es comp li cado y de dificil solucián por el escoso número de
estaciones con que contamos con excavaciones utilizables. Peor
es tudiado está el Tayaciense en nuestra Península, yo que s6lamente ha sido señalada su presencio en e l valle del Manzanares
(Madrid), pero no es tá estudiado metódicamente. De ahí que nuestras opiniones vayan envue ltos en cierta cau tela. Recien temente
plan tea Ripoll (10) lo posiCión estratigráfica y cronológica del Tayaciense; considero que es industria originariamen te de lascas, de
posible derivación dac ton iense, aunque se encuen t ran pron to piezas procedentes de otros técnicas de talla . En sus primeros e tapas,
que Peyrany calificó de Micoquiense, hay una fal to de elementos
tipos, como ya hemos dicho an tes y, sólo cuando avanza mos hacia
las últimas etapas, encon tramos conjuntos instrumenta les con cierto va lor para el est udio compara tivo. Del Tayaciense IV (Micoquien se 4 de Peyrony) surge una posible roma que deb ió actua r en la
formación del Musteriense. La primera gran etapa de esta última
cu lturo discurriría pues influido en parte por el Tayacience y, en
parte, para lela a ella. De tal modo que los últimos fases, del Ta yaciense V en adelante, los que pueden si tuarse entre los niveles
de Fon téchevade y La Fe rrasie, según Ripoll, serían coetóneas del
Musteriense antiguo. Por otra parte, el Nivel F de Cova- Negra,
cronolÓgicamen te, debe s ituarse en tre Fon téchevade y los niveles
{lO! E. RIPOLL: "Notos sobre el Tayodense", en Crónica del I1 Congreso Arqueológico Nocional (Modrid, 1951!, Cor togeno, 1952.
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NUEVOS HALLAZGOS EN CaVA NEGRA (JATlVA)
II
del Musteriense antiguo de Lo Ferrosie, lo que vendría o apoyar lo
posible tendencia Taya ciense de que hemos hablado y que preconizó Breuil poro nuestro cueva. Cronológicamente no habría dificultad alguno poro que tal influencio hubiera existido.
Otro problema que intereso des.tacar es lo gran unidad que
presento lo culturo Musteriense en nuestro levante. Yo antes hemos hecho mención de algunos estaciones de lo regi6n valenciano
cuyos industrias se encuentran en dependencia con los de COvaNegro. Hoce poco haciamos resaltar, o propósito de lo primero pieza Mus teriense de lo provincia de Costell6n, esto un idad cultural
(1 1). En lo actualidad hemos podido estudiar los materiales que,
procedentes de los excavaciones efectuados en lo regi6n as turiano
por el Conde de lo Vega del Sello, se encuentran en el Museo Provincial de aviedo. Uno de los cuevas excavados por dicho prócer,
lo del Conde o de Fornos (Tuñ6n), presento dos series de materia les musterienses tallados en cuarcita, con puntos típicos y abundantes roederas. También, por lo que hemos podido observar, hoy
un predominio de lo técnico Cloctoniense sobre lo levolloisiense .
Pero el interés principal de lo Cueva del Conde reside, a nuestro
entender, en que encimo de esto doble copo Musteriense se encuentro un nivel Auriñociense típico (medio de Breuil) con raspadores aquillados, hojas con retoques, raspadores abultados, puntos,
etcétera, y o tado este conjunto se une uno serie de elementos que
pueden ser considerados como de trad ición Musteriense, habiendo
uno cierto perduración de formas, especialmente en roederas y
puntos. Este hecho se asemejo 01 comprobado por nosotros en el
Nivel A, superficial, de Cóvo-Negro, en el que, junto con elementos de trodici6n Musteriense, encontramos ti pos perfectamente
Auriñacienses. Esto coincidencia de superposición de con juntos Au riñocienses o series Musterienses dentro de un mi smo nivel, no es,
o nuestro entender, uno si mple casualidad, sino un importante doto
que hobró que tener en cuento al valorar lo culturo Auriñociense
y trator de buscar su origen, el cual ha de tener uno fili ación in-
(111 F. JORDA CERDA: "A prOpÓsito de 10 primero piezo Musteriense encontrado en lo prov lnclo de Coslell6n H • Bolelín de lo Socleóod Coslellonen5t de CulII.Iro, l. XXVI I, c. IV, Oc tubre-Diciembre 1951 , Coslell6n de 10 Plono, p6ginos
393-396. Aprovechomos esto nolo poro subsanor un error desl izado en el o,titulo
qtle se cllo. Por uno fol50 trooscrlpclón se puso lo descripción del Nivel F e n el E
V lo de ~$Ie en aqué l. Cmo que puede observarse V corregi'$e ten iendo o lo vislo
el presen te ortrculo.
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12
FRANC I SCO JORDA CERDA
discu t ible en lo evolución de las viejos culturas Muste r ienses, cuyo
perduración en nuestro Península hemos puesto ya de manifies to.
Todavía nos quedo por comentor un aspecto interesan te del
nivel superf icia l. El hallazgo de uno punta triangular con pedúncu-
lo incipiente producido por hábi l retoque, nos vuelve a traer de
lleno el probl ema de las influencias norteofricanos. El proble ma del
Ate riense y su correlación con las industrias eu ropeas del Pa leolítico superior está todavía le jos de tener una solución aceptable.
La opin ión de Miss Ca ton-Thompson (12), Que pone en corre lac ión
la s distintos etapas del Solutrense europeo con los diversos niveles
ot er ienses, es un problema sobre el cua l no se ha cerrado lo d iscu sión . Exis te uno estación que podría es tablecer el nudo de un ión
de a mbos cul turas; se t rota de Mugharet el Aliya (Tónger ), excayodo por Howe y Moyi us (13). Sin em ba rgo, e'itas a rqueólogos no
c reen posible que los puntos de flecho con pedúnculo y aletos de
lo citado cueyo puedan ser referidos o uno cu lturo solutrense. Así,
pues, lo aparición de es to punto triangu la r y tosco en CCwo -Negra
viene o complicar a ún mós el problema. Yo en tre los ma t eria les de
Yiñes habíamos observado que existen elementos un poco audazmente ca lificados de o terienses, pero cQmo su poSición es trotigrófico carecía de seguridod, procuramos no insis tir demasiado en el
asunto. Pero hoy no tenemos mós remedio que buscar un nexo de
unión o esto pieza cloro y contunden te que, unido o los res tan tes,
demues tro bien o los cloros uno ligazón cultura l con el Norte dI'!
Africa . Cuidadosamente hemos dicho a l descri bir el Nivel A, que
habría que considerar lo exis tencia de elementos pre-at ericnses o
a te rie nscs. En nuestro opinión, estos elementos unidos a los auriñacienses, que se ,encuent ra n mezclados en un ambiente fevalloi samus teriense final , son los iniciales de dos grandes romos cultura les: el Auriñac iense europeo, cuyo decadencia inminente se produce con lo llegado de los oleados grave t ienses, y el Ate riense nordofricono que, nacido 01 mi smo tiempo, t iene uno vida más largo
y un desarrollo mós amplio y eyolucionado y que llego o influ ir en
1121 G. CATON-THOMPSON: "The Aledo" Industrie: lIs plote ond 1i
113¡ B. HOWE ond H. L. MOVIUS Jr.: "A Slone Age Cave sife in Tongier,
Preltmino.y repo
gy, Horvord Universi ly, vol. XXVIII , núm. 1, Cambridge, Moss. U. S. A., 1947.
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NUEVOS HA LLAZGOS EN COVA NEGRA ( JATIVA)
13
la creación de tipos de la fa cies mediterránea (parpallonense) del
Solut rense (14) .
Los recientes descubrimien tos de Vilaseco en Reus (Tarragono)
vienen o demostrarnos bueno parte de lo que deci mos y, a l mismo
tiempo. nos señalan cu6n fragm entariamente conocemos las etapas
de transición del Paleolítico inferior 01 superior, pues estos hallaz gos nos comprueban la existencia de uno tendencia Levolloisomu , tcriense, de otro Mustero-sol utroide y de un grupo Auriñociense. Todo ello nos ind ica la comple jidad cultura l de l Levante español en las e ta pas finales del Mus teriense. temo sobre el que insisti remos necesaria men te en lo publicación que prepa ramos sobre
Cova-Negra (1S) .
Toles son, o grandes rasgos, los problemas que nos presento lo
estratigrafía de Cóva-Negra. En su análisis es tomas tra ba jando y
t ro tamos de hacer un estudio lo más completo posible de los materiales encon t rados hasta la fecha . Esperamos que nuevos excavaciones en estaciones de tipo similar nos puedan ori en ta r en nuestro
trabajo. Mientras tanto agradeceríamos la asistencia, colaboración
o consejo de los colegas que se dediquen a esto apasionante etapa
de la Prehis toria.
(14) Sobre los distintos aspectos Que ofrece el Solutrense espoñol (facies relaciones. d ependencias. e le.) preparamos Un elOilensa trabaja. " El Salutrefl$~ en
España y sus probl~". en el cual pretendemos est udiar desde nuevos puntos de
vista lo probiem6lica generol de esta etapa.
(15) S. VILASECA ANGUERA: "Mustera_Levalloisiense en Reus.... Archiva de
Prehis toria levont ino. 11 1. Volencia. 1952. págs. 31-36.
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