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MANUEL GOMEZ MORENO
(Madrid)
El plomo
d~
Liria
En lo Memorio del Servicio de Investigoción Prehistórico de
Valencia, correspondien te a los años 1940 o 1948, su benemérito
direc tor, don Isidro Ballester, cuyo recuerdo ahora exaltamos, relató minuciosamente el hallazgo de es te plomo, con su descripción,
íocsím iles 'y fotogra fías ( 1), todo ello perfecto menos lo que o m i
tocobo, o sean los facsí mi les, pendien tes de t ranscripción, que yo
re!'lLl:o en tonto no exominase nuevamen te el original, de lo que no
hlJbo ('Cosión hasta fecho próxima. Pero el mol tuvo mayor tra nsccndenc io, porque en un libro mio, aparecido en 1949 (21, se inferté r.ot icio sumario del mismo, con muestra de su escritura y
ensayo dp t ranscripción, desdoblando su líneo reescrito. Visto ahora
de nuevo el p lomo, gracias a lo benevolencia de don Domingo
Fletcher, yo no puedo menos de acudir a la rectificación de todo
cito, aunque siempre desconfiando de alcanzar lo perfeccón deSC(Jdo.
Cuando por primera vez lo tuve en mis memos, en 1942, ya
estaba desenrollado, mas no ro to del todo, y se había perdido un
pt.oqueiiísi mo trozo de su borde inferior con alguna letra . Ahora
quedo a salvo de mós deterioros, me t ido en t re cris tales; pero su
cara exterior sufrió uno oxidación hacia lo porte media oh a, quizá
por mal extirpado el ácido que pri~itivomente se empleara para
(1) l . BALLESTER TORMO: "Lo labor del S. l. P. '1 su Museo en los años
1940 a 1948" , Volencia 19'19, p6g. 137 , figs. 1 y 2, IÓms. XXXIX o XLI .
(2) M. GOMEZ MORENO: "Miscelóneas. Historia, Ar te, Arqueologia. Pri.
mero serie: Lo An tig üedad", Instituto Diego Velózqup. z del Conseio Superior de
In,, ~ t ¡gociones Clen tificas , Madrid 19'19, pOg . 306.
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2
M. GOMgZ
~IO I{ENO
limpiarlo, dejando invisible porte de su escritura . Los fotografios
oblenidas a ntes perm iten salvar este defecto, que podrá remediorse con uno segunda limpieza .
Es to coro ex terior del plomo contiene un texto en cua tro líneas,
grabados muy débil mente y además confusos, yo por hendiduras,
que son trozos de lo otro ca ra transposando e l suti l grosor del
plomo, yo por sus dobleces, ya por erosiones de los bordes Así
resu ltan dudas en la primera línea, en el último tercio de lo segundo y mós en la última, que no alcanza si no O la m itad derecho
y cuyo final desaparece entre mellas, t razos informes, como tachaduras, y un taladro red ~mdo, ta l vez an te rior o lo escrito y qu izó
poro colgadero. He aqu í colcado lo que acier to a ver fatigosamen te
(Hg. I J.
Su tr anscripción da lo siguiente, y presen to un idas las le tras
que corresponden o cado s igno silóbico, dejando espaciadas entre
sí 10.3 demós, en es ta forma :
ta u r u be s ti gi n
j
ce
r ca
s ca r be u t i n e .. .
o bo n a r : e r e be u s i ti r te i e r e n e n a I
ca n s u r ce ca ta n : s a ca r ¡ s ce ~ be ¡ ba ta ; a ti
e ¡ te r ba e be s e r i e r e .. .
CJo:a mente sólo se aprecia n das grupos de a tres pun tos enfilado<; vert icalmente, según cos tumbre, separando palabras.
l .- línea. Los tres primeros signos son algo dudosos, y 01 gi pu di era segu ir algún otro signo, posando lo sigu iente a un n ivel
supe r ior y con royo sotopuesta a lo largo. Aquí lo oxidoci6n dejo
poco visibles a lgunos corocteres; entremedias aparecen trozos, co lados de la otra haz del ploma, que pueden (onfundirse con el
ba ibér ico y a l fin a l quedo incierto s i hubo más letras. Del bastigi
luego se di rá.
2 ,- línea . Perfec ta mente cloro hasta e l te; lo demós dudoso, de
menor tamaño y como escr ito por otro mono.
3 .- línea, Una rayo, a todo lo largo del plomo, dejo bajo ella
los cinca primeros caracteres, pasando luego por enci ma el res to, y
es la linea que menos dudas ofrece; sin em bargo, resu lto confu~
el grupo rceca, viéndose, tras de la r, tres troci tos oblícuos, como
poro lochor una a levemen te morcada . Aquí se nos ofre ce conocido
lo palabra sacariscer, según veremos.
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~-
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4
M.
GO~IF.Z
l\ IORENO
4,· línea. Pa rece comenza r desde que lo anterior pasa por
encimo de lo royo : apenas visible su arranque; (> 1 final , borrado a
fuerzo de (oya jos y de mellas en el plomo.
De todo este escrito no resulta notorio sino el sQcoriscer, de
Que ya se morcó lo t rayectoria en el susodicho libro (3); pero cabe
a m pliarla con otro aparición reciente en E::J plomo de Mulo (41.
escr ito en carac teres griegos exactamente como los de Alcoy, donde
se lee sok a rbik, ocercóndose al sacarbisca del plomo tartesio de
Mogente. El boibotarati que sigue se aproximo o los isbatari s e
isbctorticc r de dos estelas saguntinos (5) . El erebousi de lo segunda
linea y e l boser de lo cuarto se asocion con o tro boser del plomo de
Alcoy, el orebosigon de un tiesto numantino y el baiscreban de
Fraga ; asi mismo, el bautinc de lo pri mero línea va con un bouti,, tibas en lo pa tera de T ivisso. Mós notable seria referi r el ba stigi
o lo reg ión bas tetano, cuyo capital pudo llamarse as í; pero sólo
constan los formas Mastio y Bosti en los geógrafos.
Pasando o lo hoz in terior del plomo, su escritura se ofr ece muy
desconcertado; m itad par mitad, a lo la rga, dispuesto en sen t ido
con trario entre grandes huecos y con desaliño, sobre todo en lo
que corresponde a lo parte inferior de Jo o tro hoz, pero revelándose ambos como obro de uno misma mono.
En lo parte superior se extiende uno royo o lo largo, que dejo
espacia encima paro uno línea de escritura, cuyo contexto parece
completarse en otro medio línea por boja de aquello . Hecho es to,
y por o tra mono, se sobrepuso un segundo texto al primera, pisándolo y provocando tal en redo de trozos, que el di sce rnir lo que
o cado uno corresponde ha sido o costa de reiterodísi mo es tudio,
como se aprecia rá por el calco adj unto. Su resultado, por lo que
toca al primer texto, arrojo lo siguient e. (Figs. 2-, 3.- y 4 .-) :
; u 1 s a du r a ~ te u ti to ca ca i te ba i s
In i 1 ti
r
biduco ~¡n
u s to l a i bi
(3)
(<1)
ebo
sceco tir
M. GOMEZ MORENO: Ibid, póg. 261 .
E. CUADRADO DIAZ: "El plomo con inscrlpco6n ibé rico det Cigorroteio,
fM .... lo, Murcio)", en
Cvod ..... nos de
l ibIo..... P,¡",Wvo, o....... V, 11... " . 1, Mod,id
1950, p6g. 20.
(SI M. GOMEZ MORENO: Ibid., p6gs. 301 y 302; HUEBNER, "M. l . l.",
p6gina 160, numo XXV II .
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EL PLOMO DE Li RIA
s
La división de palabras es casi arbitraria . La primera du queda
paco visible; la segunda u pa rece escrito dos veces, y lo to que
sigue qu izó sus tituye o uno s borroso, como cancelado; los dos m
tienen formo de
variante no toria de V, letra sobre' la que
! ~ di!cute mucho, aunque su nasalismo resulta acreditado (6); ello
excluye cbsolu tamen te lo otro formo iberofenicia de m, '1"' , en
todo el territorio sep tentrional, o partir de Li rio, donde ambos apa recen, aunque nunca e n una mi smo pieza, faltonda aque llo otro, la
V , en lo ibéri co meridiona l y tar tes ia. La segunda línea llevo su
j sobre una tachodura de bi, que es la letra siguien te, y quizó
después de ella haya un pun to.
El segundo texto, que va sobre el a nterior, invalidóndolo en su
mayar parte, pero si n destruirlo, y que reve lo otra mano e instrumen to mós grueso, parece resolverse en lo siguiente formo (fi guro 4 .") :
r,
aba ~i en : soase: eati cet
O
o
e u ce o tí ta ca
Quedo pa ten t e lo divi sión de palabros can fi las de a cuatro
puntos. En lo segunda palabra su o, se grabó das veces, can
trazos muy finos una de ellas, como si en la escrituro anterior ésta
susti tuyese a la t e, e, con que coi ncide, o o lo inversa. En la
l.ltima pa labra, su segundo signo, ~ , va t ranscrita par e, como
recurso an te la aparición de un s igno que no apreciamos antes,
parecido o la e celtibéri ca y a un signo tar tesio; asimismo, dos
ties tos, ta mbién de Uria, lo llevan en estas pa labra s: ~guegior,
oidul~gute (7), y aun la mi sma hoz del plomo en cuestión permite
leer bo go ~ gu, según veremos. Resu lta en estos tres cosos que
el ta l s igno va seguido de gu, par ti cu la ridad notable, pero s in t rascendencia paro valorarlo, queda ndo sólo la persuasión de no ser
consonan te, ya que en le uceotitoco forma silaba e nt re I y u.
Bo ja el doble tex'to anterior y vuelto en se'1tido con t rario el
plomo, léense otros líneas de escrituro . A la izqu ie rda, junto al
barde, esto : o bo ~ to rice: i u, que parece de la misma mono
que el primer texto y comienzo con las mismos letras del segundo.
(61
(7 )
M. GOMEZ MORENO: Ibid, póg. 263.
M. GOMEZ MORENO: Ibid, p6g. 304, nú m. 56.
_ 227 _
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6
M. GOMEZ MO HENO
El abor es radicol , frecuen te y yo notorio /8L pud iéndose añadir
o e llo uno monedo de lo Narbonense, mol leida antes, que dice:
ba ; 90 n ti ni (9), y ot ro Jibio tartesio con fa r o ca (10).
Mós aba jo, en el borde izqu ie rdo, asoman dos o t res le t ras,
claramen te e la primera, y esto misma, en sen tido contrario y
aislada, se les aporta hacia el cen t ro.
Fina lmen te, a lo derecho, llegando al borde, hoy ot ro por de
letreros. El de encimo, cor tado por mellas del plomo, deja entrever
du 90 o r gu n, casi perdidas los prim eras letras. Lo segunda tineo,
que empiezo mós a lo izquierda, ofre ce, ma l trazado y con dudas
Q
de interpretación, lo siguien te : i ; o bo ; bo 90
e gu bi ~ o gi s',
El abor queda apenas visible, y la última ;, mol redondeado, tam ~
poco se garantizo.
Este plomo, de ton deslucido cuanto di fí cil estudi o, hubo de
tenerse e n cierto aprecio, puesto que se le guardaba cuidadosa mente en rollado dentro de otra chopo de plomo, grueso, con tal adro
redondo en medio y doblada por su mitad. En ella, por su cara
exter ior, un la ber into de rayos, parece destacar grandes letras
ibericos, que suenan i n e, cruzados por uno posible 90 ; además,
en el borde a lto, sobre rayo o lo largo, se enfilan uno ; , puntos y
has ta veintiún palotes, que de term inan coso de con tobil idod, segu ramente . En lo ot ro coro del plomo, más royas cruzados, y en el
borde tres le tras menudos, reconocible par ~ la de en medio, segu idas de t res puntos, enf ilados vert icalmente, según costumbre, y
o lo menos otros siete palotes.
T ras de todo lo di cho, uno con clusión desalentadora: est e plomo nodo nuevo enseño de iberismo, ni aclaro el con tenido y significado de éste y los· demás ejemplares análogos. Los cuen tos de su
cubierto pueden serie extraños, y el texto reescrito podría juzgarse,
muy a lo venturo, como solución al problema planteado en lo demás
del escrito, por vi rtud, ocaso, de a rtes mág icos. Pero es demasiado
poco lo que se nos alcanzo de aquello saci edad, empezando por el
lengua je, poro razonablemente sorprender sus intimidades.
(8 ) M. GOMEZ MORENO: Ibid, pág. 279.
(9 ) HILL : "On !he coins 01 Norbonensis wilh Iberion inscriplio ns", PI.
VI, numo 3.
(I D) A. VIVES: "Lo monedo h¡spanico" Modrid 1926, 10m. XCVII I, "Abro"
numero 4, eiemplor molo.
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(Madrid)
El plomo
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En lo Memorio del Servicio de Investigoción Prehistórico de
Valencia, correspondien te a los años 1940 o 1948, su benemérito
direc tor, don Isidro Ballester, cuyo recuerdo ahora exaltamos, relató minuciosamente el hallazgo de es te plomo, con su descripción,
íocsím iles 'y fotogra fías ( 1), todo ello perfecto menos lo que o m i
tocobo, o sean los facsí mi les, pendien tes de t ranscripción, que yo
re!'lLl:o en tonto no exominase nuevamen te el original, de lo que no
hlJbo ('Cosión hasta fecho próxima. Pero el mol tuvo mayor tra nsccndenc io, porque en un libro mio, aparecido en 1949 (21, se inferté r.ot icio sumario del mismo, con muestra de su escritura y
ensayo dp t ranscripción, desdoblando su líneo reescrito. Visto ahora
de nuevo el p lomo, gracias a lo benevolencia de don Domingo
Fletcher, yo no puedo menos de acudir a la rectificación de todo
cito, aunque siempre desconfiando de alcanzar lo perfeccón deSC(Jdo.
Cuando por primera vez lo tuve en mis memos, en 1942, ya
estaba desenrollado, mas no ro to del todo, y se había perdido un
pt.oqueiiísi mo trozo de su borde inferior con alguna letra . Ahora
quedo a salvo de mós deterioros, me t ido en t re cris tales; pero su
cara exterior sufrió uno oxidación hacia lo porte media oh a, quizá
por mal extirpado el ácido que pri~itivomente se empleara para
(1) l . BALLESTER TORMO: "Lo labor del S. l. P. '1 su Museo en los años
1940 a 1948" , Volencia 19'19, p6g. 137 , figs. 1 y 2, IÓms. XXXIX o XLI .
(2) M. GOMEZ MORENO: "Miscelóneas. Historia, Ar te, Arqueologia. Pri.
mero serie: Lo An tig üedad", Instituto Diego Velózqup. z del Conseio Superior de
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M. GOMgZ
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limpiarlo, dejando invisible porte de su escritura . Los fotografios
oblenidas a ntes perm iten salvar este defecto, que podrá remediorse con uno segunda limpieza .
Es to coro ex terior del plomo contiene un texto en cua tro líneas,
grabados muy débil mente y además confusos, yo por hendiduras,
que son trozos de lo otro ca ra transposando e l suti l grosor del
plomo, yo por sus dobleces, ya por erosiones de los bordes Así
resu ltan dudas en la primera línea, en el último tercio de lo segundo y mós en la última, que no alcanza si no O la m itad derecho
y cuyo final desaparece entre mellas, t razos informes, como tachaduras, y un taladro red ~mdo, ta l vez an te rior o lo escrito y qu izó
poro colgadero. He aqu í colcado lo que acier to a ver fatigosamen te
(Hg. I J.
Su tr anscripción da lo siguiente, y presen to un idas las le tras
que corresponden o cado s igno silóbico, dejando espaciadas entre
sí 10.3 demós, en es ta forma :
ta u r u be s ti gi n
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s ca r be u t i n e .. .
o bo n a r : e r e be u s i ti r te i e r e n e n a I
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CJo:a mente sólo se aprecia n das grupos de a tres pun tos enfilado<; vert icalmente, según cos tumbre, separando palabras.
l .- línea. Los tres primeros signos son algo dudosos, y 01 gi pu di era segu ir algún otro signo, posando lo sigu iente a un n ivel
supe r ior y con royo sotopuesta a lo largo. Aquí lo oxidoci6n dejo
poco visibles a lgunos corocteres; entremedias aparecen trozos, co lados de la otra haz del ploma, que pueden (onfundirse con el
ba ibér ico y a l fin a l quedo incierto s i hubo más letras. Del bastigi
luego se di rá.
2 ,- línea . Perfec ta mente cloro hasta e l te; lo demós dudoso, de
menor tamaño y como escr ito por otro mono.
3 .- línea, Una rayo, a todo lo largo del plomo, dejo bajo ella
los cinca primeros caracteres, pasando luego por enci ma el res to, y
es la linea que menos dudas ofrece; sin em bargo, resu lto confu~
el grupo rceca, viéndose, tras de la r, tres troci tos oblícuos, como
poro lochor una a levemen te morcada . Aquí se nos ofre ce conocido
lo palabra sacariscer, según veremos.
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4
M.
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4,· línea. Pa rece comenza r desde que lo anterior pasa por
encimo de lo royo : apenas visible su arranque; (> 1 final , borrado a
fuerzo de (oya jos y de mellas en el plomo.
De todo este escrito no resulta notorio sino el sQcoriscer, de
Que ya se morcó lo t rayectoria en el susodicho libro (3); pero cabe
a m pliarla con otro aparición reciente en E::J plomo de Mulo (41.
escr ito en carac teres griegos exactamente como los de Alcoy, donde
se lee sok a rbik, ocercóndose al sacarbisca del plomo tartesio de
Mogente. El boibotarati que sigue se aproximo o los isbatari s e
isbctorticc r de dos estelas saguntinos (5) . El erebousi de lo segunda
linea y e l boser de lo cuarto se asocion con o tro boser del plomo de
Alcoy, el orebosigon de un tiesto numantino y el baiscreban de
Fraga ; asi mismo, el bautinc de lo pri mero línea va con un bouti,, tibas en lo pa tera de T ivisso. Mós notable seria referi r el ba stigi
o lo reg ión bas tetano, cuyo capital pudo llamarse as í; pero sólo
constan los formas Mastio y Bosti en los geógrafos.
Pasando o lo hoz in terior del plomo, su escritura se ofr ece muy
desconcertado; m itad par mitad, a lo la rga, dispuesto en sen t ido
con trario entre grandes huecos y con desaliño, sobre todo en lo
que corresponde a lo parte inferior de Jo o tro hoz, pero revelándose ambos como obro de uno misma mono.
En lo parte superior se extiende uno royo o lo largo, que dejo
espacia encima paro uno línea de escritura, cuyo contexto parece
completarse en otro medio línea por boja de aquello . Hecho es to,
y por o tra mono, se sobrepuso un segundo texto al primera, pisándolo y provocando tal en redo de trozos, que el di sce rnir lo que
o cado uno corresponde ha sido o costa de reiterodísi mo es tudio,
como se aprecia rá por el calco adj unto. Su resultado, por lo que
toca al primer texto, arrojo lo siguient e. (Figs. 2-, 3.- y 4 .-) :
; u 1 s a du r a ~ te u ti to ca ca i te ba i s
In i 1 ti
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biduco ~¡n
u s to l a i bi
(3)
(<1)
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sceco tir
M. GOMEZ MORENO: Ibid, póg. 261 .
E. CUADRADO DIAZ: "El plomo con inscrlpco6n ibé rico det Cigorroteio,
fM .... lo, Murcio)", en
Cvod ..... nos de
l ibIo..... P,¡",Wvo, o....... V, 11... " . 1, Mod,id
1950, p6g. 20.
(SI M. GOMEZ MORENO: Ibid., p6gs. 301 y 302; HUEBNER, "M. l . l.",
p6gina 160, numo XXV II .
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EL PLOMO DE Li RIA
s
La división de palabras es casi arbitraria . La primera du queda
paco visible; la segunda u pa rece escrito dos veces, y lo to que
sigue qu izó sus tituye o uno s borroso, como cancelado; los dos m
tienen formo de
variante no toria de V, letra sobre' la que
! ~ di!cute mucho, aunque su nasalismo resulta acreditado (6); ello
excluye cbsolu tamen te lo otro formo iberofenicia de m, '1"' , en
todo el territorio sep tentrional, o partir de Li rio, donde ambos apa recen, aunque nunca e n una mi smo pieza, faltonda aque llo otro, la
V , en lo ibéri co meridiona l y tar tes ia. La segunda línea llevo su
j sobre una tachodura de bi, que es la letra siguien te, y quizó
después de ella haya un pun to.
El segundo texto, que va sobre el a nterior, invalidóndolo en su
mayar parte, pero si n destruirlo, y que reve lo otra mano e instrumen to mós grueso, parece resolverse en lo siguiente formo (fi guro 4 .") :
r,
aba ~i en : soase: eati cet
O
o
e u ce o tí ta ca
Quedo pa ten t e lo divi sión de palabros can fi las de a cuatro
puntos. En lo segunda palabra su o, se grabó das veces, can
trazos muy finos una de ellas, como si en la escrituro anterior ésta
susti tuyese a la t e, e, con que coi ncide, o o lo inversa. En la
l.ltima pa labra, su segundo signo, ~ , va t ranscrita par e, como
recurso an te la aparición de un s igno que no apreciamos antes,
parecido o la e celtibéri ca y a un signo tar tesio; asimismo, dos
ties tos, ta mbién de Uria, lo llevan en estas pa labra s: ~guegior,
oidul~gute (7), y aun la mi sma hoz del plomo en cuestión permite
leer bo go ~ gu, según veremos. Resu lta en estos tres cosos que
el ta l s igno va seguido de gu, par ti cu la ridad notable, pero s in t rascendencia paro valorarlo, queda ndo sólo la persuasión de no ser
consonan te, ya que en le uceotitoco forma silaba e nt re I y u.
Bo ja el doble tex'to anterior y vuelto en se'1tido con t rario el
plomo, léense otros líneas de escrituro . A la izqu ie rda, junto al
barde, esto : o bo ~ to rice: i u, que parece de la misma mono
que el primer texto y comienzo con las mismos letras del segundo.
(61
(7 )
M. GOMEZ MORENO: Ibid, póg. 263.
M. GOMEZ MORENO: Ibid, p6g. 304, nú m. 56.
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M. GOMEZ MO HENO
El abor es radicol , frecuen te y yo notorio /8L pud iéndose añadir
o e llo uno monedo de lo Narbonense, mol leida antes, que dice:
ba ; 90 n ti ni (9), y ot ro Jibio tartesio con fa r o ca (10).
Mós aba jo, en el borde izqu ie rdo, asoman dos o t res le t ras,
claramen te e la primera, y esto misma, en sen tido contrario y
aislada, se les aporta hacia el cen t ro.
Fina lmen te, a lo derecho, llegando al borde, hoy ot ro por de
letreros. El de encimo, cor tado por mellas del plomo, deja entrever
du 90 o r gu n, casi perdidas los prim eras letras. Lo segunda tineo,
que empiezo mós a lo izquierda, ofre ce, ma l trazado y con dudas
Q
de interpretación, lo siguien te : i ; o bo ; bo 90
e gu bi ~ o gi s',
El abor queda apenas visible, y la última ;, mol redondeado, tam ~
poco se garantizo.
Este plomo, de ton deslucido cuanto di fí cil estudi o, hubo de
tenerse e n cierto aprecio, puesto que se le guardaba cuidadosa mente en rollado dentro de otra chopo de plomo, grueso, con tal adro
redondo en medio y doblada por su mitad. En ella, por su cara
exter ior, un la ber into de rayos, parece destacar grandes letras
ibericos, que suenan i n e, cruzados por uno posible 90 ; además,
en el borde a lto, sobre rayo o lo largo, se enfilan uno ; , puntos y
has ta veintiún palotes, que de term inan coso de con tobil idod, segu ramente . En lo ot ro coro del plomo, más royas cruzados, y en el
borde tres le tras menudos, reconocible par ~ la de en medio, segu idas de t res puntos, enf ilados vert icalmente, según costumbre, y
o lo menos otros siete palotes.
T ras de todo lo di cho, uno con clusión desalentadora: est e plomo nodo nuevo enseño de iberismo, ni aclaro el con tenido y significado de éste y los· demás ejemplares análogos. Los cuen tos de su
cubierto pueden serie extraños, y el texto reescrito podría juzgarse,
muy a lo venturo, como solución al problema planteado en lo demás
del escrito, por vi rtud, ocaso, de a rtes mág icos. Pero es demasiado
poco lo que se nos alcanzo de aquello saci edad, empezando por el
lengua je, poro razonablemente sorprender sus intimidades.
(8 ) M. GOMEZ MORENO: Ibid, pág. 279.
(9 ) HILL : "On !he coins 01 Norbonensis wilh Iberion inscriplio ns", PI.
VI, numo 3.
(I D) A. VIVES: "Lo monedo h¡spanico" Modrid 1926, 10m. XCVII I, "Abro"
numero 4, eiemplor molo.
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