La Coveta del Monte Picayo (Sagunto, Valencia)
Josep Vicent Lerma Alegria
Joan Bernabeu Aubán
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J. V. LERMA Y J . BERNABEU
(Valencia)
LA COVETA DEL MONTE PICAYO
(Sagunto, Valencia)
I
INTRODUCCION
La coveta del Monte Picayo se encuentra situada a 3° 22' 10" de
longitud y 39° 38' 3" de latitud en la hoja 696 correspondiente aBurjasot, del Instituto Geográfico y Catastral, escala 1:50.000. (fig. 1).
Se trata de una covacha de reducidas dimensiones (fig. 2) excavada en el rodeno de la montaña denominada Gausa 103, que se encuentra comprendida en el vértice geodésico de Monte Picayo. Orientada hacia el E., la entrada se encuentra sobre un pequeño escarpado
de no muy dificil ascensión, en el que se localizan varias cuevas de
parecidas características, cuya prospección no proporcionó materiales arqueológicos.
Cabe destacar que algo más lejos, en el término municipal de Gilet, se sitúan unas pinturas rupestres de tipo esquemático enmarcadas dentro del Eneolitico, cultura a la que pertenece el yacimiento (1).
n
LA EX CAVACION
Descubierta en 1972 por Matlas Calvo Gálvez y José V. Lerma
Alegría, asiduos colaboradores del S. 1. P., proporcionó en aquella
ocasión una cuenta tubular de -piedra rojiza y varios fragmentos de
cerámica lisa, entre ellos un borde. Posteriormente, la cueva fue visitada en dos ocasiones (en 1975 y 1977), proporcionando algunas
(11 D. FLETCHER VALLS: «La labor del s. I. P. y su m useo en el pasado año 197h. Valencia, 1973,
p. 85.
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cuentas de collar y varias lascas de silex, lo que nos hizo suponer que
nos encontrábamos ante una cueva de enterramiento eneolitica similar a otras muchas aparecidas en nuestra región, y decidir su excavación, que se llevó a cabo del2.0 al25 de septiembre de 1977, previa la
autorización de la Subdirección General, bajo la dirección -de la profesora Gil-Mascaren y los firmantes de la presente nota (Lám. I).
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Fig. 2.-Planta de la covacha y situación de las catas
La covacha presentaba dos zonas bien diferenciadas: una parte S.
(zona no excavada de la fig. 2), en la que la tierra se reducía a una fina película de arena mezclada con abundantes piedras de pequeño tamaño procedentes de la descomposición del suelo de la cueva, y una
parte N. (zona excavada de la fig. 2), en la que la potencia de la tierra
parecía ser mayor, por lo que decidimos comenzar abriendo una cata
transversal (E-W) en esta parte (cata A. de la fig. 2) pata comprobar
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su estado de erosión que nos parecía considerable. Dicha cata, de
2'22 m. (diámetro máximo en sentido E-W) por 1 m., confirmó nuestra suposición sobre el estado de erosión en que se encontraba el yacimeinto, cuya potencia estratigráfica se reducía a una capa superficial
de 32 cm. de profundidad máxima desde el plano de referencia (unos
20 cm. de potencia real), formada por Wla tierra grisácea, polvorienta,
con abundantes piedras de pequeño tamaño en su parte más baja de
contacto con la roca {fig. 3). A continuación, se excavaron las capas B
Fig. 3.-Sección por A-B, con indicación del plano de referencia y corte correspondiente aliado norte de la cata A.
y e, con idénticos resultados (fig. 2). El material recuperado es escaso: varias cuentas de collar (discoidales y tubulares, en piedra y en
hueso); algunas lascas de sílex sin trabajar y un fragmento de punzón
de cobre de sección cuadrada.
La ausencia total de huesos humanos no nos parece que pueda de~
rivarse de un posible carácter no funerario de la cueva, sino del esta~
do de erosión en que se encontraba, ya que el resto de los materiales
recuperados indican claramente la presencia de un ajuar de enterra~
miento.
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INVENTARIO DE MATERIALES
En el presente apartado incluimos todos los materiales procedentes tanto de la excavación como de las distintas prospecciones. Dada
la ausencia de criterios estratigráficos, procederemos a agruparlos en
grupos convencionales.
A)
Cerdmica
l.
2.
B)
Sílex
l.
CJ
Tres fragmentos pertenecientes al borde de un mismo vaso.
Pasta, marrón. Desgrasante, calizo y abundante. Superficie,
marrón sin restos de bruñido o alisado; cerámica a mano, sin
decoración (fig. 4, 1 ).
Trece fragmentos de cerámica, pertenecientes al cuerpo de
distintos vasos. Pasta, desengrasante y superficie, variados;
sin restos de bruñido o alisado; cerámica a mano, sin decoración.
Once lascas y esquirlas de sílex sin retocar; color, melado,
gris o blanco (fig. 4, 11).
Metal
l.
Un fragmento de punzón de cobre de sección cuadrada; medidas: 4'9 cm. de largo por 0'4 cm. de ancho (fig. 4, 10; Lám.
II, C).
D)
Objetos de adorno
l.
2.
Seis cuentas discoidales planas de hueso (Lám. II, D).
Once cuentas discoidales planas en piedra negra (pizarra)
(Lám. II, E).
3.
4.
'
Dos cuentas discoidales planas en piedra verde (Lám. Il, B).
Todas las cuentas discoidal es planas miden entre 6' 4 mm. de
diámetro máximo y 4' 4 mm. de diámetro mínimo.
Ocho cuentas tubulares en piedra rojiza (rodonita). Medidas:
entre 19 y 13 mm. de longitud; y entre 5 y 6 mm. de diámetro
(fig. 4, núms. 6, 7, 8 y Lám. II, A).
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cobre; 11: Lasca de sílex.
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5.
7
Dos fragmentos de una cuenta tubular del mismo material
que las precedentes. En estos (fig. 4, 9), puede observarse una
doble perforación cónica en sentido longitudinal que fue realizada, probablemente, con instrumento metálico.
IV
ESTUDIO DE LOS MATERIALES
Entre los materiales recuperados cabe destacar, por su abundancia, las cuentas de collar tubulares en piedra. Este tipo de cuentas se
presenta en muy contadas ocasiones entre los yacimientos valencianos paralelizables con el nuestro. Hasta el momento, sólo seis de estos
yacimientos han proporcionado cuentas tubulares similares: Rocafort, Sima de la Pedrera y Recambra, en Valencia; Filomena, Cava de
l'Oret y Bechi, en Castellón.
De la Cava de l'Oret proceden 14 cuentas tubulares en piedra, dos
de las cuales son del mismo material que las del Picayo. También de
esta misma cueva proceden dos cuentas discoidales de rodonita en
proceso de fabricación. Junto a estos materiales se encontraron un
hacha plana y un cincel de cobre (2).
De la cava de Bechí, son siete cuentas tubulares en piedra, tres de
ellas de rodonita, junto con otras 2 5 discoidales del mismo material (3),
En los sepulcros de Filomena (Villarreal) se hallaron cinco cuentas
tubulares en piedra asociadas con cerámica campaniforme (4).
En la cueva sepulcral de Rocafort, existe una cuenta tubular en
piedra semejante a las nuestras, asocíada a un puñal de lengüeta (5).
En la Sima de la Pedrera (Benicull) aparece una cuenta tubular,
de idéntico material a las estudiadas, asociada, en este caso, a un
punzón de cobre de sección cuadrada (también similar al de Picayo);
(21 Material cedido amablemente para nuestro estudio por D. JesUs López.
(3) Material cedido por D. Jesús López.
(4) A. CASTILLO; ~La gran cultura hispánica del pleno Eneolltico». Historia de España dirigida por
Menéndez Pidal, torno l. Madrid, 1974, p. 639, tig. 518.
(51 I. BALLESTER TORMO: «Enterramiento en cueva de Rocaforlil. Trabajos varios del s. I. P.,
n.• 9. Valencia, 1944, Lám. II, C.
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a un puñal de lengüeta y una punta de Palmella de cobre; a cerámica
campanifonne, y a botones de hueso, cónicos, con la tipica perforación en V (6).
También en la cava de la Recambra (Gandía) aparece una cuenta
tubular del mismo material que las nuestras (7) asociada con metal
(punzón de sección cuadrada), cerámica campanifonne, botones en
hueso piramidales de perforación en V, y un posible fragmento de
brazalete de arquero (8),
Por otra parte, los punzones de cobre de sección cuadrada se encuentran presentes en yacimientos donde aparece el campaniforme:
Barranc del Castellet (Carrlcola, Valencia) (9), y la necrópolis de Algorfa (Orihuela, Alicante) (1O); o en yacimientos donde aparece el puñal de lengüeta: Cava de la Barsella (Torremanzanas, Alicante) (11) y
Cava de Xarta (Carcagente, Valencia) (12); o en yacimientos donde
aparecen ambos elementos: Sima de la Pedrera (13). Sólo en dos casos
aparece aislado del anterior contexto: en la Covacha de Ribera (Collera, Valencia) (14) y en la gruta de les Llometes (Alcoy, Alicante) (15).
En lo que respecta al resto de los materiales, tanto las cuentas discoidales como la cerámica lisa, aparecen en la casi totalidad de los
yacimientos de este perlado.
(6) D. FLETCHER VJ\LLS: •La labor del S. I. P. y su museo en el pasado año 1973>. Valencia, 1975,
p. 108-109.
Véase en este mismo volumen el trabajo do J. APARICIO: •La Sima de la Pedrera•.
(7) V. GORREA CRESPO:
Ja, 1954, p. 31, í¡g. 3.
(B) J. SAN VALERO, A. SANCHO y J. APARICIO: dnvestigaciones arqueológicas on la Cova de Re·
cambra (Gandía, Valencia)>. Saitabi XXVI. Valencia, 1976, p. 27 y 31.
(91 E. PLA BAILESTER: oLa ce veta del Barranc del Castellet (Carr!cola, Valencia)•. Archivo de Preltistoria Levantina, V. Valencie, 1954, Lám. V, A, By C; Lém. VI, A.
1!0)
J. FURGUS: oCol.laccló de treballs sobra prehistoria valencianlll!. Trabajos Varios del S. I. P.,
n.• 5. Valencia, 1937, p.32.
(11) J. :BELDA DOMINGUEZ: •Excavaciones en el monte de la Bersella (Torremanzanes, Alicante)•.
Mem. de la Junta Superior de Exc. y Antigüedades, n.• 100 ILám. VII A) y 102 ILI!im. XV A). Madrid,
1929y31.
(12)
FLETCHER VALL5: op. cit. nota 1, p. 104.
113)
FLETCHER, op cit. note 6 y APARICIO, op. cit. nota 6.
{14) E. PLA llALLESTER:
1966, Llim.. II, l.
~La
covaoha de RllieraJ. Archivo de Prehistoria Levantina, VIL Valencia,
115) V. PASCUAL PEREZ: dlallllllgos prehistóricos en Les Llometes>. Archivo de Prehistoria Levantina, X. Valencia, 1961, Lám. II, b.
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V
CONCLUSIONES
Si excluimos los yacimientos de la Cava de l'Oret y de Beclú, cuyos materiales proceden de meras prospecciones superficiales, el conjunto de los paralelos anteriormente expuestos nos muestra una considerable uniformidad en los ajuares estudiados.
Por una parte, las cuentas tubulares en piedra aparecen asociadas con el metal en todos los casos; con el campaniforme y los botones
en V aparecen en un 50 % de las ocasiones, proporción que podría ser
mayor si pensamos que la expoliación en unos casos (Rocafort) y la
erosión natural en otros (Picayo), pueden haber impedido que dicho
material llegue hasta nosotros.
Por otra parte, sólo en dos de los siete yacimientos estudiados el
punzón de cobre de sección cuadrada no aparece relacionado ni con
el campaniforme ni con los puñales de lengüeta {Covacha de Ribera y
gruta de Les Llometes).
Por tanto, podemos concluir:
l. Que, por el conjunto del material encontrado en el yacimiento, nos encontramos ante una cueva de enterramiento que por sus reducidas dimensiones no podrla contener a más de dos individuos, lo
que la alejaría de las grandes cuevas de enterramiento colectivo (Pastora, Llometes, etcétera).
2. Que nos encontramos ante los restos de un ajuar clasificable
dentro de una fase muy avanzada del Eneolítico, tal vez en trasición
hacia la Edad del Bronce Valenciano, que Llobregat, en su estudio
comparativo de la periodización realizada por los Leisner para el megalitismo del W. peninsular con las cuevas eneoliticas valencianas,
caracteriza por la presencia de puñales de lengüeta asociados con cerámica campaniforme, botones de hueso con perforación en V y brazaletes de arquero (16); fase que en recientes investigaciones ha sido
denominada como «Necrópolis de Transición» (17).
3. Que las cuentas de collar tubulares en piedra aparecen siempre en relación con este tipo de ajuares, por lo que creemos posible su
inclusión como material característico dentro de este estadio.
[16) E. LLOBR.EGAT CONESA: dos Leianer y el calcoUtico v~lend!Wo~. Archivo de Prehistoria Le·
vantina, XI. Valencia, 1966, p. 89.
[17) J. APAIUClO: «Estudio económica y social de la Edad del Bronce valenciano». Publicaciones
del Archivo Municipal de Valencia, serie tercera. Trab~oa monográficos n.• S. Valencia, 1976. p. 91·
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Con todo, no creemos que el problema de la posible periodización
del Eneolitico valenciano pueda ser resuelto con la información de
que actualmente disponemos. Tanto la escasez de buenos conjuntos
de materiales publicados, como la falta de un.a estratigrafia clara sobre la que apoyar y a la que remitir las posibles hipótesis derivadas de
las comparaciones tipológicas, nos hacen ser cautos en nuestras conclusiones, a las que consideramos como resultados puramente provision ales en espera de nuevas aportaciones.
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V ista general de la vertiente donde se localiza la cueva y entrada de la mism a
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I
INTRODUCCION
La coveta del Monte Picayo se encuentra situada a 3° 22' 10" de
longitud y 39° 38' 3" de latitud en la hoja 696 correspondiente aBurjasot, del Instituto Geográfico y Catastral, escala 1:50.000. (fig. 1).
Se trata de una covacha de reducidas dimensiones (fig. 2) excavada en el rodeno de la montaña denominada Gausa 103, que se encuentra comprendida en el vértice geodésico de Monte Picayo. Orientada hacia el E., la entrada se encuentra sobre un pequeño escarpado
de no muy dificil ascensión, en el que se localizan varias cuevas de
parecidas características, cuya prospección no proporcionó materiales arqueológicos.
Cabe destacar que algo más lejos, en el término municipal de Gilet, se sitúan unas pinturas rupestres de tipo esquemático enmarcadas dentro del Eneolitico, cultura a la que pertenece el yacimiento (1).
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LA EX CAVACION
Descubierta en 1972 por Matlas Calvo Gálvez y José V. Lerma
Alegría, asiduos colaboradores del S. 1. P., proporcionó en aquella
ocasión una cuenta tubular de -piedra rojiza y varios fragmentos de
cerámica lisa, entre ellos un borde. Posteriormente, la cueva fue visitada en dos ocasiones (en 1975 y 1977), proporcionando algunas
(11 D. FLETCHER VALLS: «La labor del s. I. P. y su m useo en el pasado año 197h. Valencia, 1973,
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cuentas de collar y varias lascas de silex, lo que nos hizo suponer que
nos encontrábamos ante una cueva de enterramiento eneolitica similar a otras muchas aparecidas en nuestra región, y decidir su excavación, que se llevó a cabo del2.0 al25 de septiembre de 1977, previa la
autorización de la Subdirección General, bajo la dirección -de la profesora Gil-Mascaren y los firmantes de la presente nota (Lám. I).
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Fig. 2.-Planta de la covacha y situación de las catas
La covacha presentaba dos zonas bien diferenciadas: una parte S.
(zona no excavada de la fig. 2), en la que la tierra se reducía a una fina película de arena mezclada con abundantes piedras de pequeño tamaño procedentes de la descomposición del suelo de la cueva, y una
parte N. (zona excavada de la fig. 2), en la que la potencia de la tierra
parecía ser mayor, por lo que decidimos comenzar abriendo una cata
transversal (E-W) en esta parte (cata A. de la fig. 2) pata comprobar
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su estado de erosión que nos parecía considerable. Dicha cata, de
2'22 m. (diámetro máximo en sentido E-W) por 1 m., confirmó nuestra suposición sobre el estado de erosión en que se encontraba el yacimeinto, cuya potencia estratigráfica se reducía a una capa superficial
de 32 cm. de profundidad máxima desde el plano de referencia (unos
20 cm. de potencia real), formada por Wla tierra grisácea, polvorienta,
con abundantes piedras de pequeño tamaño en su parte más baja de
contacto con la roca {fig. 3). A continuación, se excavaron las capas B
Fig. 3.-Sección por A-B, con indicación del plano de referencia y corte correspondiente aliado norte de la cata A.
y e, con idénticos resultados (fig. 2). El material recuperado es escaso: varias cuentas de collar (discoidales y tubulares, en piedra y en
hueso); algunas lascas de sílex sin trabajar y un fragmento de punzón
de cobre de sección cuadrada.
La ausencia total de huesos humanos no nos parece que pueda de~
rivarse de un posible carácter no funerario de la cueva, sino del esta~
do de erosión en que se encontraba, ya que el resto de los materiales
recuperados indican claramente la presencia de un ajuar de enterra~
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INVENTARIO DE MATERIALES
En el presente apartado incluimos todos los materiales procedentes tanto de la excavación como de las distintas prospecciones. Dada
la ausencia de criterios estratigráficos, procederemos a agruparlos en
grupos convencionales.
A)
Cerdmica
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B)
Sílex
l.
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Tres fragmentos pertenecientes al borde de un mismo vaso.
Pasta, marrón. Desgrasante, calizo y abundante. Superficie,
marrón sin restos de bruñido o alisado; cerámica a mano, sin
decoración (fig. 4, 1 ).
Trece fragmentos de cerámica, pertenecientes al cuerpo de
distintos vasos. Pasta, desengrasante y superficie, variados;
sin restos de bruñido o alisado; cerámica a mano, sin decoración.
Once lascas y esquirlas de sílex sin retocar; color, melado,
gris o blanco (fig. 4, 11).
Metal
l.
Un fragmento de punzón de cobre de sección cuadrada; medidas: 4'9 cm. de largo por 0'4 cm. de ancho (fig. 4, 10; Lám.
II, C).
D)
Objetos de adorno
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2.
Seis cuentas discoidales planas de hueso (Lám. II, D).
Once cuentas discoidales planas en piedra negra (pizarra)
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Dos cuentas discoidales planas en piedra verde (Lám. Il, B).
Todas las cuentas discoidal es planas miden entre 6' 4 mm. de
diámetro máximo y 4' 4 mm. de diámetro mínimo.
Ocho cuentas tubulares en piedra rojiza (rodonita). Medidas:
entre 19 y 13 mm. de longitud; y entre 5 y 6 mm. de diámetro
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cobre; 11: Lasca de sílex.
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Dos fragmentos de una cuenta tubular del mismo material
que las precedentes. En estos (fig. 4, 9), puede observarse una
doble perforación cónica en sentido longitudinal que fue realizada, probablemente, con instrumento metálico.
IV
ESTUDIO DE LOS MATERIALES
Entre los materiales recuperados cabe destacar, por su abundancia, las cuentas de collar tubulares en piedra. Este tipo de cuentas se
presenta en muy contadas ocasiones entre los yacimientos valencianos paralelizables con el nuestro. Hasta el momento, sólo seis de estos
yacimientos han proporcionado cuentas tubulares similares: Rocafort, Sima de la Pedrera y Recambra, en Valencia; Filomena, Cava de
l'Oret y Bechi, en Castellón.
De la Cava de l'Oret proceden 14 cuentas tubulares en piedra, dos
de las cuales son del mismo material que las del Picayo. También de
esta misma cueva proceden dos cuentas discoidales de rodonita en
proceso de fabricación. Junto a estos materiales se encontraron un
hacha plana y un cincel de cobre (2).
De la cava de Bechí, son siete cuentas tubulares en piedra, tres de
ellas de rodonita, junto con otras 2 5 discoidales del mismo material (3),
En los sepulcros de Filomena (Villarreal) se hallaron cinco cuentas
tubulares en piedra asociadas con cerámica campaniforme (4).
En la cueva sepulcral de Rocafort, existe una cuenta tubular en
piedra semejante a las nuestras, asocíada a un puñal de lengüeta (5).
En la Sima de la Pedrera (Benicull) aparece una cuenta tubular,
de idéntico material a las estudiadas, asociada, en este caso, a un
punzón de cobre de sección cuadrada (también similar al de Picayo);
(21 Material cedido amablemente para nuestro estudio por D. JesUs López.
(3) Material cedido por D. Jesús López.
(4) A. CASTILLO; ~La gran cultura hispánica del pleno Eneolltico». Historia de España dirigida por
Menéndez Pidal, torno l. Madrid, 1974, p. 639, tig. 518.
(51 I. BALLESTER TORMO: «Enterramiento en cueva de Rocaforlil. Trabajos varios del s. I. P.,
n.• 9. Valencia, 1944, Lám. II, C.
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a un puñal de lengüeta y una punta de Palmella de cobre; a cerámica
campanifonne, y a botones de hueso, cónicos, con la tipica perforación en V (6).
También en la cava de la Recambra (Gandía) aparece una cuenta
tubular del mismo material que las nuestras (7) asociada con metal
(punzón de sección cuadrada), cerámica campanifonne, botones en
hueso piramidales de perforación en V, y un posible fragmento de
brazalete de arquero (8),
Por otra parte, los punzones de cobre de sección cuadrada se encuentran presentes en yacimientos donde aparece el campaniforme:
Barranc del Castellet (Carrlcola, Valencia) (9), y la necrópolis de Algorfa (Orihuela, Alicante) (1O); o en yacimientos donde aparece el puñal de lengüeta: Cava de la Barsella (Torremanzanas, Alicante) (11) y
Cava de Xarta (Carcagente, Valencia) (12); o en yacimientos donde
aparecen ambos elementos: Sima de la Pedrera (13). Sólo en dos casos
aparece aislado del anterior contexto: en la Covacha de Ribera (Collera, Valencia) (14) y en la gruta de les Llometes (Alcoy, Alicante) (15).
En lo que respecta al resto de los materiales, tanto las cuentas discoidales como la cerámica lisa, aparecen en la casi totalidad de los
yacimientos de este perlado.
(6) D. FLETCHER VJ\LLS: •La labor del S. I. P. y su museo en el pasado año 1973>. Valencia, 1975,
p. 108-109.
Véase en este mismo volumen el trabajo do J. APARICIO: •La Sima de la Pedrera•.
(7) V. GORREA CRESPO:
(B) J. SAN VALERO, A. SANCHO y J. APARICIO: dnvestigaciones arqueológicas on la Cova de Re·
cambra (Gandía, Valencia)>. Saitabi XXVI. Valencia, 1976, p. 27 y 31.
(91 E. PLA BAILESTER: oLa ce veta del Barranc del Castellet (Carr!cola, Valencia)•. Archivo de Preltistoria Levantina, V. Valencie, 1954, Lám. V, A, By C; Lém. VI, A.
1!0)
J. FURGUS: oCol.laccló de treballs sobra prehistoria valencianlll!. Trabajos Varios del S. I. P.,
n.• 5. Valencia, 1937, p.32.
(11) J. :BELDA DOMINGUEZ: •Excavaciones en el monte de la Bersella (Torremanzanes, Alicante)•.
Mem. de la Junta Superior de Exc. y Antigüedades, n.• 100 ILám. VII A) y 102 ILI!im. XV A). Madrid,
1929y31.
(12)
FLETCHER VALL5: op. cit. nota 1, p. 104.
113)
FLETCHER, op cit. note 6 y APARICIO, op. cit. nota 6.
{14) E. PLA llALLESTER:
1966, Llim.. II, l.
~La
covaoha de RllieraJ. Archivo de Prehistoria Levantina, VIL Valencia,
115) V. PASCUAL PEREZ: dlallllllgos prehistóricos en Les Llometes>. Archivo de Prehistoria Levantina, X. Valencia, 1961, Lám. II, b.
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CONCLUSIONES
Si excluimos los yacimientos de la Cava de l'Oret y de Beclú, cuyos materiales proceden de meras prospecciones superficiales, el conjunto de los paralelos anteriormente expuestos nos muestra una considerable uniformidad en los ajuares estudiados.
Por una parte, las cuentas tubulares en piedra aparecen asociadas con el metal en todos los casos; con el campaniforme y los botones
en V aparecen en un 50 % de las ocasiones, proporción que podría ser
mayor si pensamos que la expoliación en unos casos (Rocafort) y la
erosión natural en otros (Picayo), pueden haber impedido que dicho
material llegue hasta nosotros.
Por otra parte, sólo en dos de los siete yacimientos estudiados el
punzón de cobre de sección cuadrada no aparece relacionado ni con
el campaniforme ni con los puñales de lengüeta {Covacha de Ribera y
gruta de Les Llometes).
Por tanto, podemos concluir:
l. Que, por el conjunto del material encontrado en el yacimiento, nos encontramos ante una cueva de enterramiento que por sus reducidas dimensiones no podrla contener a más de dos individuos, lo
que la alejaría de las grandes cuevas de enterramiento colectivo (Pastora, Llometes, etcétera).
2. Que nos encontramos ante los restos de un ajuar clasificable
dentro de una fase muy avanzada del Eneolítico, tal vez en trasición
hacia la Edad del Bronce Valenciano, que Llobregat, en su estudio
comparativo de la periodización realizada por los Leisner para el megalitismo del W. peninsular con las cuevas eneoliticas valencianas,
caracteriza por la presencia de puñales de lengüeta asociados con cerámica campaniforme, botones de hueso con perforación en V y brazaletes de arquero (16); fase que en recientes investigaciones ha sido
denominada como «Necrópolis de Transición» (17).
3. Que las cuentas de collar tubulares en piedra aparecen siempre en relación con este tipo de ajuares, por lo que creemos posible su
inclusión como material característico dentro de este estadio.
[16) E. LLOBR.EGAT CONESA: dos Leianer y el calcoUtico v~lend!Wo~. Archivo de Prehistoria Le·
vantina, XI. Valencia, 1966, p. 89.
[17) J. APAIUClO: «Estudio económica y social de la Edad del Bronce valenciano». Publicaciones
del Archivo Municipal de Valencia, serie tercera. Trab~oa monográficos n.• S. Valencia, 1976. p. 91·
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J . V. LERMA Y J. BERNABEU
Con todo, no creemos que el problema de la posible periodización
del Eneolitico valenciano pueda ser resuelto con la información de
que actualmente disponemos. Tanto la escasez de buenos conjuntos
de materiales publicados, como la falta de un.a estratigrafia clara sobre la que apoyar y a la que remitir las posibles hipótesis derivadas de
las comparaciones tipológicas, nos hacen ser cautos en nuestras conclusiones, a las que consideramos como resultados puramente provision ales en espera de nuevas aportaciones.
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V ista general de la vertiente donde se localiza la cueva y entrada de la mism a
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