Los Villaricos (Bugarra)
José Vicente Martínez Perona
Francisco José Zanón Rodrigo
[page-n-167]
JOSE V. MARTINEZ PERONA
FRANCISCO ZANON RODRIGO
(Pedralba)
LOS VILLARICOS (Bugarra)
I
SITUACION Y DESCRIPCION
Bugarra se encuentra situada en la margen izquierda del rlo Turia a unos 45 Kms. de Valencia. Su término, de fonna alargada, se extiende de sur a norte, siendo más estrecho en la parte meridional que
en la septentrional. El Turia lo atraviesa de oeste a este, dividiéndolo
en dos mitades: la que--queda al sur, ocupada por montafias calcáreas
del Jurásico y Cretácico; la del norte, en donde, encima del núcleo de
· población, se levanta el Triásico seguido de valles miocénicos y elevaciones cretácicas. Las alturas no sobrepasan los 600 metros, siendo
frecuentes las comprendidas entre los 200 y 300m. La zona más septentriona1 está ocupada por el borde sur de la pequeña meseta llamada el Campillo que se extiende desde el Villar hasta Bugarra y desde
Losa a las alturas que delimitan el Campo de Liria.
El yacimiento objeto de estudio se encuentra justamente en esta
estribación sur de la meseta indicada, en término de Bugarra, (fig. 1)
junto al camino que va a CasinOs (antiguo camino de Valencia a Chalva y también vereda de ganaderos), a unos 500 metros hacia el NE de
la carretera de Bugarra a las Ventas del Villar, al pie de un pequeñ.o
torreón del que más adelante hablaremos. En otra ocasión ya fue descrito y localizado este yacimiento (1).
En la actualidad, los terrenos donde afloran los materiales están
dedicados al cultivo de almendros, algarz:obos, vid y melocotoneros.
(1) J. V. MARTINEZ PERONA: ~Carta Arqueológica de Pedralba y Bu gaiTa (Valencia)•. Archivo de
Prehistoria Levantina XIV. Valencia, 1975, p. 185.
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J, V. MARTÍNEZ P:ERONA y F.ZANÓN RODRIGO
Las tierras están divididas en terrazas mantenidas por muros de piedra seca y todavía se aprecian restos de la antigua fábrica (fig. 2),
muy deteriorada por las continuas faenas agrícolas que han destruido
gran parte de los muros, aprovechándose sus piedras en la construcción de los dichos muros de contención.
II
LOS MATERIALES
En superficie, aparecen dispersos gran cantidad de fragmentos de
tégulas, de revestimiento de muros pintados en rojo o blanco, rombos
de la pavimentación, etc. También encontramos fragmentos de dalia,
ánfora y de otros vasos comunes romanos (fig. 3, núms. 1 y 2).
La terra sigillata, tanto clara como oscura, es abundante (fig. 3,
núms. 3 a 8), muchas veces decorada con temas de espigas y cordones, destacando un fragmento en el cual aparece o bien la diosa Minerva o bien una m~er con lanza (Lám. II, 1 y 2) y que son fechadas
entre la 2." mitad del siglo 1 y la 1." del II. (2). Hay dos marcas de alfa~
rero completas (fig. 3, núms. 1Oy 11, y Lám. II, 1l una de ellas de lectura TERTIUS, y la otra más problemática pudiendo ser XOMO o XONO. Además hemos recogido otros tragmentos (Lám. U, 1l de los que
el más completo tiene OF. AN ... (fig. 3, núm. 9) y de los demás solamente una letra o parte de ella.
Destaca un fragmento de terra sigillata, del fondo de un vaso, en
el que se grabó un árbol o espiga {fig. 4, núm. 1 A y Lám. II, 1). En
otro fragmento encontramos un grafito incompleto que más adelante
comentaremos (fig. 4, núm. l, B y Lám. I, 2).
La cerámica de tradición ibérica es abundante, decorada con temas geométricos en rojo (fig. 4, núms. 2 a 4). No obstante, las pastas
son más bien de aspecto romano, no presentando la franja intermedia
oscura de la ibérica genuina sino que es uniforme. Uno de los fragmentos, de un posible sombrero de copa, presentaba unos cuantos caracteres ibéricos (fig. 5 y Lám. I, 3) que, junto con el grafito sobre sigillata, comentamos a continuación.
(2) c. MENDEZ·REVUELTA: rMe.teriales para el estudio de la figura humana en el temario de la te·
rra 9igillata hlspáni~ao. BoleUn del Seminario do Arte y Arqueología. Vol. XL. Valladolid, 1975, p.
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Jig, 3.-l y 2: CerlLmioa común romaoa.
3 a 8: Peñilils de tert'11 •lgillata.
9 a ll; MIU'Cas d11 alfarero.
lT. n.l
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4
Fig. 4.-1: Grafito sobre turra sigillata.
2 a 4: Fragmentos de cerámica ibériea d$Corrula,
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iWrico.
(T. o,)
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LOS VILLARICOS
III
LAS INSCRIPCIONES IBERICAS
Sobre un fragmento de sombrero de copa, en el borde, aparecen muy borrosamente cuatro caracteres pintados en rojo (fig. 5,
1\m. !, 3). Podemos leer
'f' () }.5 es decir, BIURBE, admitiendo la
posibilidad de que a lo conservado le precedieran y siguieran otros caracteres.
El signo que peor se ve es el f' (bi). Presenta un trazo ligeramente
inclinado hacia el sentido de la escritura y parece que arranca del
borde interior del vaso como los demás. Se engrosa en la parte superior y se mantiene el trazo más o menos horizontal sin caer inmediatamente, dando lugar a un rizo que no llega a cerrarse y sin presentar
angulosidad.
El signo 1 (u) presenta el trazo central que arranca del borde interior del vaso y no llega a juntarse con el vértice interior del ángulo
formado por los trazos oblicuos que son muy largos. Esta forma no se
da en la cerámica de Liria.
El tercer signo es ()- (f); con esta forma no aparece en Liria ni en
el alfabeto monetal.
Finalmente, el signo "'l.J (be) no lo encontramos con esta forma en
las cerámicas de Liria ni en el alfabeto maneta! (3).
Se emplean, pues, unos signos de tradición incisa (sobre plomo y
cerámica campaniense A sobre todo) lo cual viene apoyado también
por la forma como han sido pintados tan distante de la de Liria que
presenta más soltura y libertad. Es curioso este hecho de que no se siga la tradición caligráfica de Liria que está cercana a este yacimiento.
La composición BIUR es bastante frecuente. Con la mism~orma
para la t lo encontramos en un peso de Azaila. Con la forma y también en un peso y ánfora de Azaila. Con la forma
en un vaso de ~i
gean. En composición con otros los encontramos en Ullastret (BIURbetin, vasija y BIU:Rbones, plomo), Azaila (BIUR BIUihetel; pesa de
barro), Castellón (balceBIUI\aies,. y sosinBIU:Ru, plomo) y otros muchos lugares (Orleyl, Enserune, Tarragona, Narbona, etc.).
En cuanto al grafito sobre sigillata solamente presenta dos caracteres incisos (fig. 4, 1, By Lám. 2). El primero puede ser una lambda
griega si consideramos el trazo que va hacia la izquierda con lo que la
lectura seria lA.... . Pero no creemos que se trate de una lambda griega
p
9
131 Para todo lo relacionado con la avoluc16n y cronologla de loa slgnos iMrlcos, coi!llilltese J. MA"
LUQUER DE MOTES: «Ep.igral'le Prelatlna de la Penlnsula lbtlrica». Barcelona, 1968.
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J. V. MART{NEZ PERONA y F.ZANÚN RODRIGO
pues el mencionado trazo está hecho encima del otro y presenta una
forma anárquica si lo comparamos con el signo siguiente. Mientras
que el trazo que consideramos verdadero está hecho con el mismo
sentido y estilo que el siguiente, Por lo tanto, creemos que el trazo que
va hacia la izquierda es casual y producido después de haberse realizado la primitiva inscripción. Desechada esta posibilidad tenemos
ahora el problema de saber de qué signo ibérico se trata. Caben dos
posibilidades: que sea el signo bao el signo ke. En la escritura sobre
cerámica del s. IV a. C. la ba aparece con un trazo vertical o bien con
dos trazos formando ángulo pero con el trazo superior más corto que
el inferior y ángulo obtuso, mirando el vértice hacia la izquierda. La
ke, por su parte, utiliza varias formas pero la más parecida consta de
dos trazos de igual longitud que forman un ángulo más cerrado, teniendo el vértice también hacia la izquierda. Por lo tanto, ninguna de
ambas corresponde exactamente a la que aparece en nuestro caso
pues aquí tenemos que si el ángulo es abierto como en el caso de la ba
vista, el trazo inferior es más corto que el superior, al contrario de lo
que sucedía con la ba descrita. En la escritura Sobre plomo tenemos
para la ba la forma vertical y para la ke la forma comentada y otra
que presenta ángulo abierto y trazo inferior más corto que el superior,
acercándose por lo tanto mucho a la forma de nuestro signo. Aparece
en el plomo de la necrópolis de Las ·corts. Por lo tanto, se trata de la
( (ke) y no de la (Iba).
El signo siguiente es claramente
(a) y aparece en todas las escrituras excepto en la cerámica gris. La lectura es por lo dicho
P'
KEA .....
Tanto un ejemplo como el otro ponen de manifiesto que en Los Villaricos la escritura ibérica se mantuvo en momentos avanzados de
romanización.
IV
EL TORREON
Sobre el altozano que domina la villa ibero-romana, como ya hemos dicho, se levantan los restos de un torreón de planta cuadrada
que consideramos de época medieval por las razones que luego expondremos. Tiene de lado 3'50 m. (fig. 2) y se conserva sólo hasta la
altura de 1'50 m. en el exterior y de 1 m. en el interior lo que indica la
existencia aproximadamente de O' 50 m. de relleno de:ntro del recinto.
Los muros tienen un grosor de 0'65 m. y la puerta se abte en el centro
del flanco sureste, teniendo una amplitud de O' 65 m. y se encuentra
casi a ras del suelo (Lám. I, 1).
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Los muros están construidos con argamasa de cal y grava gruesa,
bloques de piedra, bien para relleno, bien para proteger los extremos
de cada muro en su inserción con el siguiente, de modo que así quedan protegidos los ángulos. Muchos de estos bloques o mampuestos
proceden de los muros de la villa ibero-romana y entre el material de
relleno se aprecian fragmentos de tegulae y dalia, lo que unido al hecho apuntado del empleo de grava gruesa en el mortero, nos indica
que se construyó en época medieval (fig. 6).
LADO: NW
Fig. 6.-Representación del lado NW del torreón medieval.
A ras del suelo y a una altura de unos 75 cms., se aprecia la existencia de unos agujeros de sección casi cuadrada que traspasan el
muro. En cada muro hay ocho, cuatro arriba y cuatro abajo, correspondiendo a los cajones utilizados para consolidar la argamasa, Inmediatamente por debajo de ellos, hay una fila de mampuestos rectangulares cosa que también se aprecia en la corona de lo que queda
de construcción, de modo que en cualquiera de los muros apreciamos
una disposición alternante de hileras de mampuestos y de mortero, y
en el lado izquierdo de cada úno, equivalente al grosor de él, mampostería para reforzar los ángulos.
A unos siete metros de distancia de la torre, hacia el SW, se ven
unos restos de forma circular, comprendiendo varios cantos y fragmentos de tegulae, algunos de los cuales presentan signos de calcinación. Creemos interpretar estos restos como un posible horno para la
obtención de la cal in situ para la construcción de la torre. Las gravas
de relleno pueden proceder del cauce de la Rambla Castellana que
discurre cerca del paraje. En definitiva, los materiales para su construcción proceden de los lugares más cercanos posible {ya que lama-
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J. V. MARTINEZ PERONA y F.ZANÓN RODRIGO
teria prima de la cal viva la tenían en el mismo cerro donde se construyó la torre) y su elaboración se hizo a pie de fábrica.
En cuanto a su función, dado su emplazamiento del cual se
divisa todo el Campillo y las rutas que por él circulan, creemos que es
la de vigilancia y puede estar en relación con la torre que existla en el
término de Villar, en la partida llamada la Torre (4).
Al faltar la cerámica, su filiación a un momento más concreto dentro· de la Edad Media, se hace dificil; pero dado el tipo de construcción, creemos corresponde a un momento avanzado de la dominación
musulmana. Una excavación de las tierras acumuladas dentro del recinto no cabe duda que nos proporcionarla datos valiosos sobre el momento en que se construyó, técnica de construcción y época en que se
abandonó o se destruyó.
(4) V. LLATAS BURGOS; cCarta Arqueológica da V111ar del Arzobispo y su comarco, Archivo de
Prehiatoria Levantina, VI. Veleocle, 1957, p. 174 a 183.
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MARTINEZ
PERONA-ZANON
RODRIGO. -
Los Villaricos
1.- Torreón medieval.
2.- Fragmento de terra sigillata con dos caracteres ibéricos incisos.
J .-Fragmento de Kalathos con parte de inscripción ibérica.
LAM. 1
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MARTINEZ
PERONA-ZANON
RODRIGO. -
Los Villaricos
1.-Fragmentos de terra sigillata con marcas de alfarero y dibujo
inciso (primero de la izquierda) .
2.-Fragmentos de terra sigillata decorad..t y de cerám ica de
barniz negro.
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LOS VILLARICOS (Bugarra)
I
SITUACION Y DESCRIPCION
Bugarra se encuentra situada en la margen izquierda del rlo Turia a unos 45 Kms. de Valencia. Su término, de fonna alargada, se extiende de sur a norte, siendo más estrecho en la parte meridional que
en la septentrional. El Turia lo atraviesa de oeste a este, dividiéndolo
en dos mitades: la que--queda al sur, ocupada por montafias calcáreas
del Jurásico y Cretácico; la del norte, en donde, encima del núcleo de
· población, se levanta el Triásico seguido de valles miocénicos y elevaciones cretácicas. Las alturas no sobrepasan los 600 metros, siendo
frecuentes las comprendidas entre los 200 y 300m. La zona más septentriona1 está ocupada por el borde sur de la pequeña meseta llamada el Campillo que se extiende desde el Villar hasta Bugarra y desde
Losa a las alturas que delimitan el Campo de Liria.
El yacimiento objeto de estudio se encuentra justamente en esta
estribación sur de la meseta indicada, en término de Bugarra, (fig. 1)
junto al camino que va a CasinOs (antiguo camino de Valencia a Chalva y también vereda de ganaderos), a unos 500 metros hacia el NE de
la carretera de Bugarra a las Ventas del Villar, al pie de un pequeñ.o
torreón del que más adelante hablaremos. En otra ocasión ya fue descrito y localizado este yacimiento (1).
En la actualidad, los terrenos donde afloran los materiales están
dedicados al cultivo de almendros, algarz:obos, vid y melocotoneros.
(1) J. V. MARTINEZ PERONA: ~Carta Arqueológica de Pedralba y Bu gaiTa (Valencia)•. Archivo de
Prehistoria Levantina XIV. Valencia, 1975, p. 185.
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Las tierras están divididas en terrazas mantenidas por muros de piedra seca y todavía se aprecian restos de la antigua fábrica (fig. 2),
muy deteriorada por las continuas faenas agrícolas que han destruido
gran parte de los muros, aprovechándose sus piedras en la construcción de los dichos muros de contención.
II
LOS MATERIALES
En superficie, aparecen dispersos gran cantidad de fragmentos de
tégulas, de revestimiento de muros pintados en rojo o blanco, rombos
de la pavimentación, etc. También encontramos fragmentos de dalia,
ánfora y de otros vasos comunes romanos (fig. 3, núms. 1 y 2).
La terra sigillata, tanto clara como oscura, es abundante (fig. 3,
núms. 3 a 8), muchas veces decorada con temas de espigas y cordones, destacando un fragmento en el cual aparece o bien la diosa Minerva o bien una m~er con lanza (Lám. II, 1 y 2) y que son fechadas
entre la 2." mitad del siglo 1 y la 1." del II. (2). Hay dos marcas de alfa~
rero completas (fig. 3, núms. 1Oy 11, y Lám. II, 1l una de ellas de lectura TERTIUS, y la otra más problemática pudiendo ser XOMO o XONO. Además hemos recogido otros tragmentos (Lám. U, 1l de los que
el más completo tiene OF. AN ... (fig. 3, núm. 9) y de los demás solamente una letra o parte de ella.
Destaca un fragmento de terra sigillata, del fondo de un vaso, en
el que se grabó un árbol o espiga {fig. 4, núm. 1 A y Lám. II, 1). En
otro fragmento encontramos un grafito incompleto que más adelante
comentaremos (fig. 4, núm. l, B y Lám. I, 2).
La cerámica de tradición ibérica es abundante, decorada con temas geométricos en rojo (fig. 4, núms. 2 a 4). No obstante, las pastas
son más bien de aspecto romano, no presentando la franja intermedia
oscura de la ibérica genuina sino que es uniforme. Uno de los fragmentos, de un posible sombrero de copa, presentaba unos cuantos caracteres ibéricos (fig. 5 y Lám. I, 3) que, junto con el grafito sobre sigillata, comentamos a continuación.
(2) c. MENDEZ·REVUELTA: rMe.teriales para el estudio de la figura humana en el temario de la te·
rra 9igillata hlspáni~ao. BoleUn del Seminario do Arte y Arqueología. Vol. XL. Valladolid, 1975, p.
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Fig. 4.-1: Grafito sobre turra sigillata.
2 a 4: Fragmentos de cerámica ibériea d$Corrula,
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iWrico.
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LOS VILLARICOS
III
LAS INSCRIPCIONES IBERICAS
Sobre un fragmento de sombrero de copa, en el borde, aparecen muy borrosamente cuatro caracteres pintados en rojo (fig. 5,
1\m. !, 3). Podemos leer
'f' () }.5 es decir, BIURBE, admitiendo la
posibilidad de que a lo conservado le precedieran y siguieran otros caracteres.
El signo que peor se ve es el f' (bi). Presenta un trazo ligeramente
inclinado hacia el sentido de la escritura y parece que arranca del
borde interior del vaso como los demás. Se engrosa en la parte superior y se mantiene el trazo más o menos horizontal sin caer inmediatamente, dando lugar a un rizo que no llega a cerrarse y sin presentar
angulosidad.
El signo 1 (u) presenta el trazo central que arranca del borde interior del vaso y no llega a juntarse con el vértice interior del ángulo
formado por los trazos oblicuos que son muy largos. Esta forma no se
da en la cerámica de Liria.
El tercer signo es ()- (f); con esta forma no aparece en Liria ni en
el alfabeto monetal.
Finalmente, el signo "'l.J (be) no lo encontramos con esta forma en
las cerámicas de Liria ni en el alfabeto maneta! (3).
Se emplean, pues, unos signos de tradición incisa (sobre plomo y
cerámica campaniense A sobre todo) lo cual viene apoyado también
por la forma como han sido pintados tan distante de la de Liria que
presenta más soltura y libertad. Es curioso este hecho de que no se siga la tradición caligráfica de Liria que está cercana a este yacimiento.
La composición BIUR es bastante frecuente. Con la mism~orma
para la t lo encontramos en un peso de Azaila. Con la forma y también en un peso y ánfora de Azaila. Con la forma
en un vaso de ~i
gean. En composición con otros los encontramos en Ullastret (BIURbetin, vasija y BIU:Rbones, plomo), Azaila (BIUR BIUihetel; pesa de
barro), Castellón (balceBIUI\aies,. y sosinBIU:Ru, plomo) y otros muchos lugares (Orleyl, Enserune, Tarragona, Narbona, etc.).
En cuanto al grafito sobre sigillata solamente presenta dos caracteres incisos (fig. 4, 1, By Lám. 2). El primero puede ser una lambda
griega si consideramos el trazo que va hacia la izquierda con lo que la
lectura seria lA.... . Pero no creemos que se trate de una lambda griega
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131 Para todo lo relacionado con la avoluc16n y cronologla de loa slgnos iMrlcos, coi!llilltese J. MA"
LUQUER DE MOTES: «Ep.igral'le Prelatlna de la Penlnsula lbtlrica». Barcelona, 1968.
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pues el mencionado trazo está hecho encima del otro y presenta una
forma anárquica si lo comparamos con el signo siguiente. Mientras
que el trazo que consideramos verdadero está hecho con el mismo
sentido y estilo que el siguiente, Por lo tanto, creemos que el trazo que
va hacia la izquierda es casual y producido después de haberse realizado la primitiva inscripción. Desechada esta posibilidad tenemos
ahora el problema de saber de qué signo ibérico se trata. Caben dos
posibilidades: que sea el signo bao el signo ke. En la escritura sobre
cerámica del s. IV a. C. la ba aparece con un trazo vertical o bien con
dos trazos formando ángulo pero con el trazo superior más corto que
el inferior y ángulo obtuso, mirando el vértice hacia la izquierda. La
ke, por su parte, utiliza varias formas pero la más parecida consta de
dos trazos de igual longitud que forman un ángulo más cerrado, teniendo el vértice también hacia la izquierda. Por lo tanto, ninguna de
ambas corresponde exactamente a la que aparece en nuestro caso
pues aquí tenemos que si el ángulo es abierto como en el caso de la ba
vista, el trazo inferior es más corto que el superior, al contrario de lo
que sucedía con la ba descrita. En la escritura Sobre plomo tenemos
para la ba la forma vertical y para la ke la forma comentada y otra
que presenta ángulo abierto y trazo inferior más corto que el superior,
acercándose por lo tanto mucho a la forma de nuestro signo. Aparece
en el plomo de la necrópolis de Las ·corts. Por lo tanto, se trata de la
( (ke) y no de la (Iba).
El signo siguiente es claramente
(a) y aparece en todas las escrituras excepto en la cerámica gris. La lectura es por lo dicho
P'
KEA .....
Tanto un ejemplo como el otro ponen de manifiesto que en Los Villaricos la escritura ibérica se mantuvo en momentos avanzados de
romanización.
IV
EL TORREON
Sobre el altozano que domina la villa ibero-romana, como ya hemos dicho, se levantan los restos de un torreón de planta cuadrada
que consideramos de época medieval por las razones que luego expondremos. Tiene de lado 3'50 m. (fig. 2) y se conserva sólo hasta la
altura de 1'50 m. en el exterior y de 1 m. en el interior lo que indica la
existencia aproximadamente de O' 50 m. de relleno de:ntro del recinto.
Los muros tienen un grosor de 0'65 m. y la puerta se abte en el centro
del flanco sureste, teniendo una amplitud de O' 65 m. y se encuentra
casi a ras del suelo (Lám. I, 1).
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Los muros están construidos con argamasa de cal y grava gruesa,
bloques de piedra, bien para relleno, bien para proteger los extremos
de cada muro en su inserción con el siguiente, de modo que así quedan protegidos los ángulos. Muchos de estos bloques o mampuestos
proceden de los muros de la villa ibero-romana y entre el material de
relleno se aprecian fragmentos de tegulae y dalia, lo que unido al hecho apuntado del empleo de grava gruesa en el mortero, nos indica
que se construyó en época medieval (fig. 6).
LADO: NW
Fig. 6.-Representación del lado NW del torreón medieval.
A ras del suelo y a una altura de unos 75 cms., se aprecia la existencia de unos agujeros de sección casi cuadrada que traspasan el
muro. En cada muro hay ocho, cuatro arriba y cuatro abajo, correspondiendo a los cajones utilizados para consolidar la argamasa, Inmediatamente por debajo de ellos, hay una fila de mampuestos rectangulares cosa que también se aprecia en la corona de lo que queda
de construcción, de modo que en cualquiera de los muros apreciamos
una disposición alternante de hileras de mampuestos y de mortero, y
en el lado izquierdo de cada úno, equivalente al grosor de él, mampostería para reforzar los ángulos.
A unos siete metros de distancia de la torre, hacia el SW, se ven
unos restos de forma circular, comprendiendo varios cantos y fragmentos de tegulae, algunos de los cuales presentan signos de calcinación. Creemos interpretar estos restos como un posible horno para la
obtención de la cal in situ para la construcción de la torre. Las gravas
de relleno pueden proceder del cauce de la Rambla Castellana que
discurre cerca del paraje. En definitiva, los materiales para su construcción proceden de los lugares más cercanos posible {ya que lama-
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teria prima de la cal viva la tenían en el mismo cerro donde se construyó la torre) y su elaboración se hizo a pie de fábrica.
En cuanto a su función, dado su emplazamiento del cual se
divisa todo el Campillo y las rutas que por él circulan, creemos que es
la de vigilancia y puede estar en relación con la torre que existla en el
término de Villar, en la partida llamada la Torre (4).
Al faltar la cerámica, su filiación a un momento más concreto dentro· de la Edad Media, se hace dificil; pero dado el tipo de construcción, creemos corresponde a un momento avanzado de la dominación
musulmana. Una excavación de las tierras acumuladas dentro del recinto no cabe duda que nos proporcionarla datos valiosos sobre el momento en que se construyó, técnica de construcción y época en que se
abandonó o se destruyó.
(4) V. LLATAS BURGOS; cCarta Arqueológica da V111ar del Arzobispo y su comarco, Archivo de
Prehiatoria Levantina, VI. Veleocle, 1957, p. 174 a 183.
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Los Villaricos
1.- Torreón medieval.
2.- Fragmento de terra sigillata con dos caracteres ibéricos incisos.
J .-Fragmento de Kalathos con parte de inscripción ibérica.
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Los Villaricos
1.-Fragmentos de terra sigillata con marcas de alfarero y dibujo
inciso (primero de la izquierda) .
2.-Fragmentos de terra sigillata decorad..t y de cerám ica de
barniz negro.
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