Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la Península Ibérica . Nuevas dataciones
Javier Carrasco Rus
Francisco Martínez Sevilla
[page-n-57]
Archivo de Prehistoria Levantina
Vol. XXX, Valencia, 2014, p. 57-80
Javier CARRASCO RUS a y Francisco MARTÍNEZ-SEVILLA a
Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo
en el sur de la península ibérica. Nuevas dataciones
RESUMEN: Se presentan nuevas dataciones absolutas obtenidas por AMS sobre muestras de restos óseos
humanos procedentes de enclaves neolíticos en Andalucía. Su contrastación con el resto de dataciones
antiguas obtenidas en otros ámbitos neolíticos de esta geografía, principalmente del VI milenio a.C.,
nos aproximarán a la realidad cronológica de este período inicial de la Prehistoria reciente en el sur de
la península ibérica. Considerándose la posibilidad de una facies neolítica antigua, con o sin cardial, más
propiciada por estímulos quizás llegados desde el Norte de África que desde el Levante mediterráneo.
PALABRAS CLAVE: Neolítico Antiguo, Andalucía, cerámica cardial, AMS, C14.
The absolute chronology of the early Neolithic in southern Iberia. New dates
ABSTRACT: This paper presents new absolute dating results obtained through AMS, which belong to
human remains from different Neolithic sites in Andalucía. By contrasting the new results with previous
ones from other Neolithic sites from the same region, most of them belonging to the IV millennium B.C., we
obtain a better idea of the chronological reality of this initial period of recent prehistory of the South of the
Iberian Peninsula. We consider the possibility of the existence of an Early Neolithic phase, with or without
cardium pottery, which maybe was more incentivized by influences from the North of Africa than from the
Mediterranean Levant.
KEY WORDS: Early Neolithic, Andalusia, cardium pottery, AMS, C14.
a Departamento de Prehistoria y Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Granada.
jcrus@ugr.es | martinezsevilla@ugr.es
Recibido: 19/09/2013. Aceptado: 08/04/2014.
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J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
1. INTRODUCCIÓN
La revisión de registros neolíticos, que en los últimos años realizamos (Carrasco et al., 2009 a y b; 2010 a, b y
c; 2011 a, b y c; 2012), con el fin de contextualizar el Neolítico Antiguo en amplios ámbitos de Andalucía nos
ha conducido, al margen de los análisis tipológicos cerámicos y de otros tipos, a obtener muestras sobre restos
óseos humanos depositados en museos y otras instituciones, como único argumento en la actualidad, para poder
ser datados o en último caso, aproximarnos mínimamente a sus cronologías reales. En este trabajo, aportamos
nuevas dataciones por AMS, que serán objeto de comentario junto con las obtenidas en excavaciones antiguas,
olvidadas en algunos casos o, en nuestra opinión, no bien valoradas. Tanto las nuevas como las anteriores,
tendrían una mejor justificación si se hubiesen obtenido en conjuntos cerrados y aislados sin contaminar, propio
de una buena gestión arqueológica. Pero este no es el caso que nos ocupa, ni pretendemos hacer una crítica
severa de las actuaciones arqueológicas realizadas a partir de los años cincuenta, principalmente en cuevas,
pues una secuencia estratigráfica, en nuestra opinión, puede de igual forma ser invalidada de forma ortodoxa
que heterodoxa ya que en último término la verdadera problemática reside en conocer lo que se excava y a qué
fines científicos responde. Y en este caso, los problemas no han sido coyunturales ni propios en el fondo de una
buena o mala praxis arqueológica, sino de un desconocimiento global de lo que se investigaba. Esto se hace
evidente cuando comprobamos que en toda la geografía andaluza son múltiples, desde el siglo XIX hasta la
actualidad, las cuevas objeto de excavación y ninguna de ellas ha proporcionado una sola secuencia estratigráfica
en que contextualizarse fiablemente sus registros arqueológicos. Que con siglas aparentes y demás parafernalias,
están depositados en organismos y colecciones, habiendo sido en algunos casos objeto en los últimos años de
múltiples análisis, pero que siguen teniendo una difícil secuenciación cultural y cronológica. Consideramos que
el verdadero problema de esta cuestión se remonta a mediados del siglo pasado, con los modelos explicativos que
imperaban sobre el Neolítico en la península ibérica, caracterizados en Andalucía por asentamientos en cuevas
con cerámicas decoradas. Lo cual originó que, a partir de los años cincuenta y sesenta, la investigación sobre él se
centrase exclusivamente en el estudio de las cuevas y, en consecuencia, la adecuación de sus registros a la triple
división, caracterizada sin más y en último extremo por la consecuente y ficticia evolución de ciertas decoraciones
cerámicas. Solamente importaba documentar la existencia de un hábitat troglodita, con sus correspondientes y
“secuenciados” registros arqueológicos, bien adaptados al consabido modelo. En otro sentido, la aparición de
multitud de restos óseos humanos en estas secuencias, a veces, según su entidad, documentados y otras no,
eran asumidos como “enterramientos colectivos”, propio de los hábitats neolíticos en cuevas. No se cuestionó
nunca la falta de una tradición generalizada de estos en tiempos inmediatamente anteriores y que la mayoría de
las cuevas y simas andaluzas excavadas no reunían requisitos medianamente aceptables para ser ocupadas de
forma más o menos estable. Su situación a veces en sitios inhóspitos, sin luz natural y configuraciones interiores
angostas, no fue óbice para su consideración de hábitat y forzar sus registros en relación a ellos. Aunque fuesen
localizados a muchos metros de profundidad, en verdaderas simas, justificándose en último caso por los supuestos
conocimientos de escalada que debieron tener sus moradores.
De los trabajos de excavación realizados en los últimos cincuenta o sesenta años en cuevas andaluzas,
por no remontarnos a tiempos anteriores, sólo queda un abundante y sesgado registro arqueológico
descontextualizado, más que nada de tipo funerario. En cierta forma, diferenciado del procedente de los
escasos asentamientos al aire libre conocidos o que han sido más recientemente objeto de excavación. Entre
los que destaca, Abrigo del Nacimiento, Los Castillejos de Montefrío, Cabecicos Negros, Cerro Virtud, El
Cabezo de Lebrija, El Retamar, La Esperilla, etc., cuyos registros cerámicos son de los pocos conocidos, por
no decir los únicos, que pueden contrastarse con los de tipo funerario, mayoritariamente extraídos de cuevas.
En la actualidad, sabemos que la secuencia lineal: cerámicas impresas, de otros tipos y lisas, no tiene
sentido porque en mayor o menor porcentaje se constatan desde el Neolítico Antiguo. Aunque también es
asumible que existe, a lo largo del tiempo neolítico, una tendencia a la simplificación en las decoraciones
cerámicas, desde las más barrocas y complejas hasta las más simples o inexistentes. Pero que en último
caso, podríamos cuestionarnos cuándo aparecen unas y otras y cuándo se sustituyen y renuevan los tipos.
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
59
En relación al Neolítico Antiguo andaluz, solamente tenemos la seguridad de la existencia en él de un
horizonte antiguo, que no sabemos si es el más arcaico, el inmediato o el posterior, caracterizado por la
presencia de cerámica decorada con Cardium junto a otros conjuntos cerámicos impresos o no. Al margen
de ello, podemos intuir más que asegurar, por no estar correctamente señalado o cuantificado, sobre el otro
registro cerámico que las acompaña, precede o sucede, pero sin excesivos argumentos. En otro sentido, no
sabemos si constituye el horizonte cerámico más antiguo conocido o es uno más dentro de la secuencia
antigua neolítica. Dilema que, en el registro actual, tiene difícil solución.
Toda esta problemática se agudiza cuando abordamos la transición Epipaleolítico/Neolítico, sobre la
que no tenemos una sola secuencia en que sustentarnos y siempre recurrimos a modelos generales expuestos
con mayor o menor éxito en otras geografías próximas o lejanas, que podrían no ser válidos o, en todo caso,
no aplicables al caso andaluz. También se han ofrecido tablas de dataciones absolutas para la transición
Epipaleolítico/Neolítico y Neolítico Antiguo en la fachada occidental mediterránea (Manen y Sabatier,
2003; Manen et al., 2007; Marchand y Manen, 2010), en donde se han obviado o no se han considerado las
obtenidas en el sur de la península ibérica, quizás por considerarse que este reducto geográfico, sin mayor
trascendencia, fue el último en neolitizarse. Cuestión esta última de plena actualidad, pues una alternativa,
cada vez con mayor énfasis y quizás lógica, a la tradicional difusión neolítica Este/Oeste por las costas
septentrionales del Mediterráneo y sus islas, pudo ocurrir a partir del norte de África desde otros ámbitos
subsaharianos, en donde últimamente se han obtenido altas dataciones para manufacturas cerámicas
(Jórdeczka et al., 2011). Desde aquí, tras un proceso prolongado de progresiva desertización, pequeños
grupos humanos o por influencias suyas, llegarían al sur de Italia y de la península ibérica, como áreas
geográficas europeas más próximas al continente africano. Argumentos a tener en cuenta, para este factible
proceso, no faltan aunque siguen siendo escasos o deficientemente contrastados. Sería esta una opción muy
a tener en cuenta, si se confirmase que las escasas dataciones absolutas, obtenidas para el Neolítico Antiguo
en el sur de la península ibérica, a falta de mejores argumentos estratigráficos, fuesen más antiguas que las
obtenidas en áreas costeras más orientales del Levante y nordeste peninsular.
En último caso, solamente podemos aproximarnos de una forma insegura a la cronología del
Neolítico Antiguo andaluz, pues la mayoría de las dataciones absolutas en que se sustenta, son aleatorias
y no definitivas, ya que provienen de cuevas funerarias sin estratigrafías o muy alteradas. Una mayor
precisión cronológica requeriría la exhaustiva obtención de muestras, para datar la mayor cantidad de
restos orgánicos domésticos exhumados en ellas. Pues de no ser así, se podrían fechar otras factibles
ocupaciones funerarias prehistóricas o sucesos históricos acaecidos en las cuevas, como hemos
comprobado recientemente en Cueva de Nerja y Pileta. Dataciones absolutas, primordialmente, sobre
todos los restos óseos humanos posibles, únicas que pueden aportar en la actualidad argumentos fiables
sobre la cronología de las ocupaciones funerarias ocurridas en ellas. Muestreos sobre estos registros
pueden, con suerte, dar informaciones cronológicas aproximadas, pero no definitivas y concluyentes.
Teniéndose siempre en cuenta que sólo se indaga el dato cronológico y que las primeras inhumaciones
en estas cuevas, correspondientes en muchos de los casos a enterramientos del Neolítico Antiguo, son
lógicamente las más escasas y alteradas o incluso destruidas, por lo que la obtención de muestras para
datar sobre ellas ofrece mayores dificultades que para el resto de inhumaciones posteriores. De aquí
nuestra insistencia sobre la exhaustividad en el muestreo a realizar, pues de otra forma es difícil definir
con precisión la cronología ocupacional en estas cuevas.
En los siguientes apartados detallamos los enclaves arqueológicos que de una u otra forma han ofrecido
fechas absolutas del Neolítico Antiguo. Distinguiéndose entre las que presentan o no muestra cardial o
impresas antiguas, con el fin de ser contrastadas y poder establecer a partir de ellas una posible secuencia
cronológica. En general, la mayor parte de las datas antiguas han sido recogidas o comentadas en trabajos
anteriores ya citados, siendo de nuevo incluidas y ampliadas en este trabajo de síntesis, junto con las
inéditas que aportamos, computándolas entre sí, sobrevalorándose especialmente las relacionadas con el VI
e incluso de finales del VII milenio a.C., propias del Neolítico Antiguo o de la transición hacia él.
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J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
2. DATACIONES ABSOLUTAS Y ENCLAVES ARQUEOLÓGICOS
No son excesivos los asentamientos al aire libre y cuevas con ocupaciones funerarias que han aportado
cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur peninsular. Más aún, cuando comprobamos el
número de unos y otras conocido, incrementado considerablemente en los últimos años, con ocupaciones
al aire libre, constatadas en prácticamente todos los ámbitos andaluces factibles, es decir, con entornos
favorables y propicios recursos naturales. De aquí sus difíciles localizaciones en profundidad y sus más
que posibles destrucciones por las continuadas acciones antrópicas a las que han sido sometidos en el
transcurso de los años. Fenómeno que no ha sucedido con las cuevas, localizadas en ámbitos calizos, apenas
antropizadas, pero sí manipulados sus registros por deficientes gestiones arqueológicas y actividades de
dudosa filiación. Quedando de ellas sólo su continente y su localización en los ámbitos serranos, ofreciendo
para la investigación tradicional una imagen distorsionada sobre sus verdaderas funcionalidades, más de
tipo funerario que de ocupaciones estables. Desde ese punto de vista, las dataciones que se han obtenido de
cuevas sólo indican un momento de su ocupación, no el de su fundación, el resto que se puede obtener o
deducir de ellas no deja de ser en la actualidad una mera especulación. Lo que no sucede con las obtenidas
en las estratigrafías de los escasos asentamientos al aire libre conocidos. En donde sí pueden constituir
parámetros cronológicos en donde sustentar fundaciones y desarrollos poblacionales ocurridos en ellos.
Desde este sintético punto de vista, tendríamos que considerar los yacimientos y dataciones absolutas, que
a continuación, sucintamente comentaremos (fig. 1 y tabla1).
Cueva del Nacimiento (Pontones, Jaén)
Gran abrigo, con amplia cornisa calcárea, sin inhumaciones. Ha proporcionado cinco fechas absolutas
por C14 convencional, con desviaciones tipo muy altas, que encuadrarían una secuencia estratigráfica
incompleta o mal definida, entre finales del Paleolítico Superior y un Cobre Pleno. Para el tema que nos
ocupa, importan dos de ellas, como son la obtenida en el Nivel B-Capa III del 7620±120 BP, considerada,
con excesivas dudas, como propia de un “Epipaleolítico muy tardío con geométricos” (s.p.). Y una
segunda, del 6780±130 BP, que puede corresponder a un horizonte del Neolítico Antiguo sin cardial, o
al menos, esta muestra aún no ha sido determinada. En la actualidad desconocemos la localización del
registro arqueológico obtenido en esta excavación, depositado en teoría en el Museo Provincial de Jaén,
que no es así, y que sería necesario de nuevo revisar. En nuestra opinión, su registro cerámico quizás no
sea de los tradicionalmente considerados antiguos, si es comparado con el de otros contextos andaluces,
especialmente sepulcrales. Aunque puede estar justificado, más por proceder de un ámbito doméstico que
de cueva funeraria. En realidad no conocemos el posible potencial de este enclave, pues la información
que existe de él es controvertida y sesgada, aunque consideramos que sigue guardando una información
importante para futuras investigaciones.
Cueva de la Pastora (Caniles, Granada)
Cueva o gran abrigo destruido, que ha proporcionado desde los años sesenta/setenta amplios registros
arqueológicos, parte de ellos depositados en instituciones oficiales y otro tipo de colecciones. De este
enclave no se conocen restos humanos aunque sí una abundante fauna animal. Se han obtenido cuatro
dataciones absolutas por AMS sobre muestras de restos animales.
El registro cerámico, que hemos revisado, apenas presenta decoraciones antiguas impresas y sí un alto
porcentaje de motivos plásticos, incisos y de prensión. Su secuencia cultural, a tenor de los materiales
estudiados, más propios de hábitat que de necrópolis, pudo trascurrir entre una facies del Neolítico Antiguo
Epicardial (CNA-554 y 1197) y un Neolítico Tardío (CNA-553: 5335±45 BP [Canis familiaris] y CNA1198: 5160±35 BP [ovicaprino]). No consideramos otro tipo de ocupaciones, ni más antiguas ni más tardías.
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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Fig. 1. Principales yacimientos citados en el texto: 1. Cueva del Nacimiento (Pontones, Jaén); 2. Cueva de la Pastora
(Caniles, Granada); 3. Cerro Virtud (Cuevas de Almanzora, Almería); 4. Cueva de la Carigüela (Píñar, Granada); 5.
Cueva del Agua o de la Mujer (Alhama de Granada, Granada); 6. Sima LJ-11 (Loja, Granada); 7. Cueva de Malalmuerzo
(Moclín, Granada); 8. Los Castillejos (Montefrío, Granada); 9. Cueva de los Murciélagos (Albuñol, Granada); 10. Cueva
de las Palomas (Teba, Málaga); 11. Cerro de Capellanía (Periana, Málaga); 12. Cueva de Nerja (Nerja, Málaga); 13. Roca
Chica (Torremolinos, Málaga); 14. Cueva del Hostal Guadalupe (Torremolinos, Málaga); 15. Cueva del Toro (Antequera,
Málaga); 16. Cueva del Hoyo de la Mina (Málaga); 17. Bajondillo (Torremolinos, Málaga); 18. Cueva Hundidero-Gato
(Benaoján/Montejaque, Málaga); 19. Cueva de los Murciélagos (Zuheros, Córdoba); 20. Cueva de los Mármoles (Priego
de Córdoba, Córdoba); 21. El Retamar (Puerto de Santa María, Cádiz); 22. Cueva Chica de Santiago (Cazalla de la Sierra,
Sevilla); 23. La Dehesilla (Arcos de la Frontera, Cádiz); 24. Cueva del Esqueleto (Cortes de la Frontera, Málaga).
Cerro Virtud (Cuevas de Almanzora, Almería)
Asentamiento al aire libre, en la cima del Cabezo de Herrerías, asociado desde su fundación a una necrópolis
en fosas en el interior del mismo poblado. Su mayor conocimiento y comprensión lo debemos a las
excavaciones de urgencia realizadas en 1994 por I. Montero y A. Ruiz Taboada, que pusieron al descubierto
fases inéditas de una ocupación neolítica al aire libre. Existen de este enclave diez dataciones absolutas por
C14 convencional, mostrando una secuencia ocupacional contrastada por el registro arqueológico estudiado,
que aproximadamente transcurriría entre un Neolítico Antiguo Epicardial muy evolucionado y un Neolítico
Medio con posibles pervivencias hasta el Neolítico Final/Cobre Antiguo. Una de las datas absolutas obtenida
del nivel 9 de la Fase I (Beta-1014249), la más antigua, a pesar de su amplia desviación tipo, marcaría una
fundación para este enclave de finales del VI milenio a.C. Algunas otras pueden hacer alusión a este momento,
pero en nuestra opinión corresponderían con mayor seguridad a un Neolítico Medio.
Cueva de la Carigüela (Píñar, Granada)
A pesar de las seudosecuencias estratigráficas obtenidas y la amplia bibliografía generada, seguimos
insistiendo, como en recientes trabajos hemos expresado (Carrasco et al., 2010a y 2010b), que esta
cueva responde más a patrones funerarios que de hábitat. No obviándose la posible existencia en ella de
algún episodio habitacional esporádico o coyuntural. Recientemente, se ha cuestionado esta posibilidad,
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J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
Tabla 1
Yacimiento
Ref. lab.
Muestra
Fecha BP
Cal. AC (1σ)
Cal. AC (2σ)
Media*
Bibliografía
C. Nacimiento
Gif-2368
carbón
6780±130
5806-5560
5914-5482
5704±118
Asquerino y López, 1981
C. Pastora
CNA-554
Canis lupus 6210±50
5225-5064
5304-5038
5170±84
Inédita
CNA-1197
Bos taurus
6080±40
5050-4939
5078-4847
4999±52
Inédita
Beta-101424
carbón
6160±180
5308-4900
5477-4694
5084±209
Ruiz y Montero, 1999
OxA-6714
Homo
6030±55
4992-4848
5063-4785
4930±71
Ruiz y Montero, 1999
OxA-1131
Equus ferus 7010±70
5985-5816
6008-5744
5892±78
Castro et al., 1996
Beta-141150
¿polen?
6910±70
5876-5725
5977-5666
5809±70
Fernández et al., 2007
Pta-9163
¿polen?
6260±20
5297-5219
5301-5215
5261±29
Fernández et al., 2007
CNA-1129
Homo
6220±35
5289-5076
5330-5061
5183±83
Inédita
CNA-1128
Homo
6080±35
5039-4944
5204-4849
4998±43
Inédita
CNA-1125
Homo
6120±35
5205-4989
5208-4957
5094±85
Inédita
Cerro Virtud
C. Carigüela
C. Agua/Mujer
LJ-11
CNA- 1124
Homo
6095±35
5053-4952
5207-4859
5023±51
Inédita
C. Malalmuerzo
CNA-1127
Homo
6295±45
5313-5224
5373-5079
5275±41
Inédita
Los Castillejos
Beta-135664
carbón
6470±150
5608-5306
5670-5063
5417±137
Martínez et al., 2010
Ua-36215
cereal
6310±45
5322-5224
5463-5209
5288±47
Martínez et al., 2010
Ua-36214
cereal
6260±45
5305-5213
5323-5068
5228±66
Martínez et al., 2010
Beta-145302
carbón
6250±80
5313-5075
5463-4995
5198±104
Cámara et al., 2005
Ua-36212
cereal
6240±45
5803-5080
5313-5061
5200±84
Martínez et al., 2010
Ua-37835
cereal
6155±45
52207-5050
5220-4963
5116±72
Martínez et al., 2010
Ua-37844
cereal
6140±45
5207-5005
5214-4961
5105±79
Martínez et al., 2010
Ua-37839
cereal
6130±50
5207-4997
5215-4997
5094±87
Martínez et al., 2010
Beta-135663
carbón
6120±40
5206-4986
5208-4953
5091±86
Cámara et al., 2005
Ua-36208
cereal
6120±40
5206-4986
5208-4953
5091±86
Martínez et al., 2010
Ua-36213
carbón
6120±40
5206-4986
5208-4953
5091±86
Martínez et al., 2010
Ua-36203
cereal
6115±40
5204-4963
5208-4945
5086±88
Martínez et al., 2010
Ua 36210
cereal
6100±45
5199-4944
5208-4859
5060±91
Martínez et al., 2010
Ua-37838
cereal
6095±45
5197-4942
5208-4856
5048±87
Martínez et al., 2010
Ua-36209
cereal
6090±40
5188-4942
5081-4853
5021±61
Martínez et al., 2010
Ua-37834
cereal
6085±45
5192-4935
5207-4849
5018±69
Martínez et al., 2010
Ua-37837
cereal
6065±50
5044-4856
5207-4809
4976±70
Martínez et al., 2010
Ua-37836
carbón
6050±50
5020-4851
5202-4799
4952±70
Martínez et al., 2010
CSIC-247
madera
7440±100
6415-6229
6459-6085
6301±98
Alonso et al., 1978
CSIC-1133
esparto
6086±45
5192-4935
5207-4849
5022±73
Cacho et al., 1996
CSIC-1134
esparto
5900±38
4823-4721
4848-4690
4776±42
Cacho et al., 1996
Ugra-204
carbón
5840±210
4944-4460
5226-4266
4741±242
Castro et al., 1996
carbón
5920±130
4982-4618
5207-4492
4796±163
Martín et al., 1995
C. Murciélagos
Albuñol
C. Palomas
Cerro Capellanía Ly-4420
APL XXX, 2014
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
Yacimiento
Ref. lab.
Muestra
Fecha BP
Cal. AC (1σ)
Cal. AC (2σ)
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7240±80
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7170±150
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7160±150
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GAK-8975
carbón
7130±150
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Beta-131577
Ovis aries 6590±40
5603-5489
5616-5480
5550±43
Aura et al., 1998
GAK-8959
carbón
6480±180
5621-5233
5729-5020
5414±169
Pellicer y Acosta, 1995
Ly-5218
carbón
6420±60
5471-5360
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5401±56
Aura et al., 1998
Ugra-261
carbón
6200±100
5297-5042
5371-4851
5149±124
Pellicer y Acosta, 1995
Beta-193269
carbón
6180±40
5211-5066
5285-5002
5136±61
Sanchidrián y Márquez,
2005
Beta-193268
carbón
6000±40
4943-4838
4994-4793
4896±50
Sanchidrián y Márquez,
2005
Ua-34135
Hordeum
vulgare
6265±30
5298-5220
5319-5082
5262±32
Cortés et al., 2012
Wk-27462
Ovis aries 6234±30
5299-5091
5304-5072
5206±76
Cortés et al., 2012
Wk-25172
Hordeum
vulgare
6185-30
5211-5073
5221-5039
5137±54
Cortés et al., 2012
Wk-25169
Homo
6298±30
5313-5226
5324-5216
5274±35
Cortés et al., 2012
Wk-25167
Ovis aries 6249±30
5297-5231
5310-5079
5255±34
Cortés et al., 2012
Wk-25168
Hordeum
vulgare
6197±35
5215-5172
5292-5045
5148±61
Cortés et al., 2012
Ua-34136
Hordeum
vulgare
6190±50
5216-5059
5296-5007
5144±71
Cortés et al., 2012
Beta-174305
?
6540±110
5615-5379
5666-5304
5492±99
Martín et al., 2004
Ugra-194
?
6400±280
5620-5048
5848-4706
5292±286
Martín et al., 2004
GRN-15443
?
6320±70
5369-5218
5472-5078
5307±75
Martín et al.,2004
Beta-174308
?
6160±40
5207-5054
5216-4999
5122±66
Martín et al., 2004
GRN-15444
?
6030±70
5017-4810
5206-4728
4938±90
Martín et al., 2004
C. Hoyo Mina
Ua-19444
carbón
6140±65
5207-5004
5228-4907
5095±94
Baldomero et al., 2005
C. Bajondillo
Ua-21999
carbón
7325±65
6237-6088
6364-6058
6188±79
Cortés et al., 2007
Hundidero-Gato
CNA-1132
Homo
6270±50
5310-5214
5356-5069
5237±64
Inédita
CNA-1131
Homo
6055±35
5004-4858
5047-4848
4960±47
Inédita
Beta-
Homo
7560±40
6456-6408
6478-6366
6430±22
Com. pers. A. Morgado
Beta-
Homo
6560±40
5539-5480
5567-5473
5523±29
Com. pers. A. Morgado
Beta-
Homo
5960±35
4853-4791
4940-4766
4851±48
Com. pers. A. Morgado
I-17772
carbón
6430±130
5523-5231
5624-5072
5383±121
Gavilán et al., 1996
I-17776
carbón
6310±120
5467-5080
5506-4963
5259±149
Gavilán et al., 1996
GrN-6926
carbón
6295±45
5313-5224
5373-5079
5275±41
Pellicer y Acosta, 1997
I-17774
carbón
6279±120
5370-5063
5478-4951
5226±144
Gavilán et al., 1996
I-17773
carbón
6260±120
5356-5056
5476-4938
5206±143
Gavilán et al., 1996
GrN-6638
carbón
6250±35
5298-5214
5312-5076
5248±41
63
Pellicer y Acosta, 1997
Roca Chica
C. Hostal
Guadalupe
C. Toro
C. Esqueleto
C. Murciélagos
Zuheros
APL XXX, 2014
[page-n-64]
64
J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
Yacimiento
Ref. lab.
Muestra
Fecha BP
Cal. AC (1σ)
Cal. AC (2σ)
Media*
Bibliografía
C. Murciélagos
Zuheros (cont.)
OxA-15648
cereal
6199±36
5216-5071
5294-5017
5150±62
Carvalho et al., 2012
OxA-15647
cereal
6192±35
5214-5203
5228-5035
5144±60
Carvalho et al., 2012
CSIC-53
cereal
6190±130
5305-4994
5466-4805
5128±156
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-54
carbón
6190±100
5294-5020
5364-4850
5139±125
Pellicer y Acosta, 1997
I-17771
carbón
6190±120
5298-5004
5464-4809
5132±146
Gavilán et al., 1996
OxA-15646
cereal
6184±35
5211-5070
5225-5019
5138±58
Carvalho et al., 2012
CSIC-55
cereal
6170±130
5297-4963
5463-4789
5108±159
Pellicer y Acosta, 1997
GrN-6169
cereal
6150±45
5207-5042
5218-4963
5112±74
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-58
carbón
6100±130
5211-4851
5319-4718
5032±165
Pellicer y Acosta, 1997
OxA-15649
cereal
6056±35
5005-4909
5048-4848
4961±47
Carvalho et al., 2012
GrN-6639
cereal
6025±45
4983-4848
5032-4798
4922±61
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-57
cereal
5980±130
5039-4714
5214-4554
4893±162
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-56
carbón
5960±130
5011-4691
5208-4549
4866±160
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-59
cereal
5930±160
5006-4603
5217-4457
4829±200
Pellicer y Acosta, 1997
I-17775
carbón
5900±120
4935-4617
5194-4464
4782±151
Gavilán et al., 1996
C. Mármoles
Wk-25171
cereal
6198±31
5215-5074
5290-5267
5148±60
Carvalho et al., 2010
El Retamar
Sac-1676
concha
marina
7400±100
6009-5806
6116-5700
6261±113
Ramos, 2004
Sac-1525
concha
marina
7280±60
5858-5724
5931-5662
6148±61
Ramos, 2004
Beta-90122
concha
marina
6780±80
5444-5293
5498-5202
5689±59
Ramos, 2004
GAk-8957
carbón
7440±230
6497-6057
6821-5810
6311±222
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8949
carbón
6380±150
5511-5209
5618-5002
5312±160
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
Ugra-254
carbón
6160±100
5223-4979
5320-4842
5102±126
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8957
carbón
7420±200
6446-6077
6660-5881
6279±183
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8954
carbón
7120±200
6212-5809
6390-5657
6007±197
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8955
carbón
7040±170
6054-5742
6239-5623
5925±157
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
Ugra-259
carbón
6260±100
5325-5062
5395-4991
5207±123
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8956
carbón
5920±120
4976-4619
5525-4494
4807±151
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
C. Chica Santiago
C. Dehesilla
* La media se ha obtenido con el programa CalPal Online (Danzeglocke et al., 2012).
aludiéndose a la presencia en ella de unidades estratigráficas quemadas, instrumentos líticos y la propia
articulación de la cueva, que al parecer, no responde a nuestro modelo funerario de ocupación. Al
respecto, siempre desde nuestra perspectiva, consideramos que con mayor seguridad el instrumental
lítico tallado y pulimentado es más propio de un ambiente funerario. De igual forma, la calidad de los
tipos cerámicos y sus motivos decorativos son más comunes de ajuares funerarios que de actividades
domésticas. Asimismo, la propia configuración de la cueva, formada a partir de una dolina de colapso,
constituyendo un pozo profundo, rellenado a lo largo del tiempo por multitud de derrubios e innumerables
inhumaciones difíciles de cuantificar, no presenta ningún tipo de adecuación para asentamiento estable.
Aunque a lo largo de su pervivencia, relacionada con actividades antrópicas, pudo ser visitada, ocupada
temporalmente o ser objeto de rituales de difícil filiación. Los estratos quemados sin estructuras visibles,
de igual forma, pudieran relacionarse con estas inconcretas actividades. En relación a los enterramientos
APL XXX, 2014
[page-n-65]
Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
65
colectivos descritos en este lugar, hemos expresado en diversas ocasiones nuestra opinión en trabajos ya
citados. Constituyen numerosísimas inhumaciones individuales en un lugar común, que a lo largo del
tiempo conformarían una intensa necrópolis.
Aunque muy sugerentes para el tema que nos ocupa, las dataciones absolutas procedentes de esta
cueva hay que considerarlas con cierto cuidado, pues las muestras orgánicas, como pólenes, fauna salvaje,
etc., sobre las que se obtuvieron, no pueden con seguridad ser consideradas como propias de una acción
antrópica (Carrasco et al., 2010). De todas formas, el registro cerámico conocido de esta cueva relacionado
con un Neolítico Antiguo con cardial lo justifica suficientemente, aunque desconocemos su verdadera
secuenciación crono-cultural. Para una mejor visualización cronológica de ella, serían necesarias dataciones
absolutas sobre muestras de todos los restos óseos humanos obtenidos en sus variopintas intervenciones.
Cuestión que, por diversos motivos, es harto difícil de realizar.
La Loma (Illora, Granada)
De este erosionado asentamiento al aire libre en el borde de La Vega, del que solamente se conservaron
algunas fosas con restos de variados registros arqueológicos, se obtuvieron una serie de dataciones absolutas
por AMS sobre muestras de conchas marinas, que aludían a un Neolítico Reciente. Sin embargo, el análisis
de una de ellas, procedente de la Estructura E03 (Beta-296955) dio un 6750±40 (1σ: 5400/5300; 2σ:
5450/5260), lo que requiere un mínimo comentario. En un reciente trabajo, tras un conocimiento directo de
los registros arqueológicos de este enclave y previo a la publicación de su monografía (Aranda et al., 2012),
señalábamos que “la cronología del conjunto podría estar comprendida entre finales del V y IV milenio
a.C.” (Carrasco et al., 2012: 44). Grosso modo, las datas absolutas obtenidas han confirmado nuestro primer
análisis. Sin embargo, la que alude a la referenciada del VI milenio, solamente indicaría la muerte biológica
del bivalvo datado y no puede ser justificada, según alguno de los autores de la monografía, por la presencia
en algunas fosas del propio yacimiento de ciertos registros cerámicos, no bien catalogados. Nos referimos a
la presencia de dos fragmentos de toberas o, en todo caso, boquillas de tobera, que jamás por tipología, pasta
cerámica, grosor de paredes, tamaño, etc., pueden corresponder a “asas pitorros”. Tipos que, en todo caso,
aparecen con mayor frecuencia en ambientes funerarios del Neolítico Antiguo/Medio y este no es el caso
de La Loma. Tampoco la presencia de algunas cerámicas lisas con restos de pintura, no de las consideradas
antiguas (Carrasco et al., 2012), puede justificar una alta cronología del VI milenio a.C. Este enclave no
ofrece mayores argumentos cronológicos que los ofertados por las propias datas absolutas obtenidas en él,
obviando sin lugar a dudas la que citamos a modo de información.
Cueva del Agua/Mujer (Alhama de Granada, Granada)
En un reciente trabajo, hemos tratado la problemática de este complejo cavernícola, excavado entre
otros por McPherson (1870) y M. Pellicer (1964), comprobándose que corresponden a una misma cueva
con al menos dos entradas, Agua y Mujer (Carrasco et al., 2010b). Indicábamos para este enclave un
uso exclusivamente funerario y una cronología de fundación del Neolítico Antiguo Epicardial. Las datas
absolutas obtenidas por AMS, sobre muestras óseas humanas procedentes de las inhumaciones excavadas
por Pellicer en el sector Cueva del Agua, así lo han confirmado. El registro cerámico de este enclave está
exento de decoraciones impresas antiguas, por lo que sería necesaria una revisión del material arqueológico
obtenido por McPherson en el sector de La Mujer, depositado en diversos museos italianos (Catania y
Brescia), para poder contrastarlo con la escasa documentación expresada en su publicación original.
Sima LJ-11 (Loja, Granada)
Profunda sima, de uso exclusivamente funerario, revisada recientemente (Carrasco et al., 2010b). Del
estudio de sus registros cerámicos, con mínimas decoraciones impresas y abundantes motivos incisos,
plásticos y de prensión, concluíamos para ella una cronología de fundación del Neolítico Antiguo Epicardial,
APL XXX, 2014
[page-n-66]
66
J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
como así ha sido confirmado. Las muestras analizadas por AMS se han realizado a partir de restos óseos
humanos depositados en el Laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada, correspondientes a
un individuo adulto y otro infantil, en proceso de publicación.
Cueva de Malalmuerzo (Moclín, Granada)
Cueva de uso exclusivamente funerario, al menos durante la Prehistoria Reciente. No olvidemos que
este enclave ha proporcionado una secuencia funeraria, con episodios de ocupación desde el Paleolítico
Superior hasta la Edad del Cobre. Habiéndose documentado de ellos múltiples inhumaciones
correspondientes, posiblemente entre otros periodos, a toda la secuencia neolítica. Las cerámicas
impresas con o sin cardial están bien representadas, pero se haría necesario, como único argumento,
un análisis más exhaustivo del total de restos óseos humanos exhumados, para obtener datos más
precisos sobre su verdadera ocupación funeraria. Se han obtenido dataciones absolutas por AMS sobre
dos muestras extraídas al azar de restos óseos humanos pertenecientes a un individuo infantil y otro
adulto, exhumados en las excavaciones realizadas por F. Carrión y F. Contreras (1979, 1981, 1983),
que aluden a una fase antigua del Neolítico Antiguo Epicardial (CNA-1127) y del Neolítico Reciente/
Final (CNA-1126: 5220±30 BP)
Los Castillejos (Montefrío, Granada)
Asentamiento al aire libre con gran tradición arqueológica. Su secuencia estratigráfica, en la actualidad,
quizás sea la más completa conocida en el sur de la península y muy posiblemente en territorio nacional
(Afonso et al., 1996; Cámara et al., 2005 y 2010). De este yacimiento se han obtenido gran número de
muestras, principalmente sobre cereal doméstico y carbón, con datas absolutas que irían desde el Neolítico
Antiguo Epicardial hasta un Cobre Final. En la tabla1, exclusivamente incluimos las datas absolutas
referentes a sus niveles antiguos.
Cueva de las Campanas (Gualchos, Granada)
Responde al status de cueva/sima profunda, de difícil acceso, con escasas posibilidades para desarrollar
en su área de influencia inmediata una mínima eco omía doméstica de sustento. Con estas dificultades,
n
ofrece en su interior una sur encia de agua, que justificaría visitas continuadas durante el Neolítico
g
Antiguo, al margen de las propias para inhumar. La datación absoluta por AMS obtenida sobre muestra de
resto óseo humano, perteneciente al Neolítico Reciente/Final (CNA-1130: 5390±35BP), ha sido incluida
en este apartado, exclusivamente por constituir un referente novedoso. Por el conocimiento del registro
arqueológico de esta cueva (Mengíbar et al., 1983), su cronología tendría que elevarse mínimamente a un
Neolítico Antiguo Epicardial.
Sima de los Intentos (Gualchos, Granada)
De esta profunda sima, próxima a la costa granadina, procede un amplio registro neolítico (Navarrete et
al., 1986), habiendo sido parte de él objeto de revisión en trabajos recientes (Carrasco et al., 2009b, 2010c,
2011c y 2012). Ofreciéndose para ella, cronologías al menos desde el Neolítico Antiguo, especialmente por
sus registros cerámicos. La datación absoluta obtenida por AMS sobre uno de los múltiples restos humanos
de este contexto sepulcral (CNA-1133: 5165±45BP), solamente se refiere a una inhumación secundaria,
propia de un Neolítico Tardío/Final.
Cueva de los Murciélagos (Albuñol, Granada)
Cueva con funcionalidad de necrópolis, conocida desde mediados del siglo XIX (Góngora, 1868), habiendo
generado una amplia bibliografía. Últimamente, ha sido objeto de una revisión parcial (Carrasco y Pachón,
2009b). El conjunto de las datas absolutas por C14 convencional, obtenidas sobre madera y esparto,
APL XXX, 2014
[page-n-67]
Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
67
aluden a una cronología comprendida entre un Neolítico Antiguo y Medio/Reciente. De ellas entresacamos
dos, la primera de ellas y más antigua sobre madera, no muy tenida en cuenta, puede corresponder a un
instrumento de largo uso, que desconocemos cuándo y de qué forma se introdujo en la cueva pero que
puede perfectamente corresponder a un Neolítico Antiguo sensu stricto. La segunda data, sobre esparto,
corresponde a un Neolítico Antiguo Epicardial.
Cueva de las Palomas (Teba, Málaga)
De esta amplia cueva, asociada al asentamiento al aire libre del Llano Espada (Morgado y Martínez, 2005),
con estratigrafía confusa y funcionalidad básicamente funeraria, procede una datación absoluta de amplia
desviación tipo. Obtenida por C14 convencional sobre muestra de carbón, sólo es indicativa de un momento
de su amplia ocupación (Ugra-204). Pues del registro arqueológico conocido, tanto de la cueva como del
asentamiento, podríamos concluir para estos enclaves una cronología del Neolítico Antiguo sensu stricto,
al margen de otras ocupaciones anteriores y posteriores que desconocemos.
Cerro de Capellanía (Periana, Málaga)
Amplio asentamiento al aire libre, conformado por una serie de aldeas monofásicas con débiles estructuras
de ocupación. De su denominada Fase I, más antigua, procede una datación absoluta por C14 convencional
sobre muestra de carbón, que puede indicar una cronología de fundación para este asentamiento del
Neolítico Epicardial reciente/Neolítico Medio.
Cueva de Nerja (Nerja, Málaga)
Posiblemente, junto al poblado de Los Castillejos de Montefrío, constituya el enclave arqueológico andaluz
que mayor número de dataciones absolutas haya proporcionado. La única diferencia es que las obtenidas en
este último datan niveles y contextos culturales precisos y las procedentes de Nerja, tienen valor solamente
en sí mismas. En trabajos recientes ya hemos expuesto nuestra valoración sobre la Prehistoria Reciente
de esta cueva y de algunos de sus registros materiales, así como de su funcionalidad funeraria (Carrasco
y Pachón, 2009b). En este apartado, sólo hemos seleccionado algunas de las datas obtenidas, que pueden
estar relacionadas cronológicamente con los inicios del Neolítico en la costa, aunque se podrían haber
incluido otras muchas más. Recientemente, hemos obtenido por AMS sobre muestras óseas de perros
procedentes de niveles de excavación, considerados del Neolítico Antiguo, dataciones históricas (CNA556: 230±35 BP y CNA-557: 335±30 BP). Desde este punto de vista, al margen de otras consideraciones,
en esta cueva solamente sería importante la datación absoluta sobre restos óseos humanos y especies
domésticas. De las que sólo se ha realizado una (Ua-12467), el resto de ellas sobre carbones y cereales
para datar niveles estratigráficos, fosas y otras entelequias, etc., hay que considerarlas con sumo cuidado
en relación a lo que se ha intentado fechar. De gran interés es la data por AMS obtenida sobre restos de
Ovis aries (Beta-131577).
Cueva del Toro (Antequera, Málaga)
De esta cueva, referenciada en nuestros trabajos en múltiples ocasiones, con funcionalidad, desde nuestro
punto de vista, básicamente funeraria, proceden una serie de dataciones absolutas sobre carbones, conchas,
etc., que aluden a una cronología discontinua desde el Neolítico Antiguo con cardial, Neolítico Medio
según sus investigadores (Martín et al., 2004), hasta un Cobre/Bronce.
Cueva del Hoyo de la Mina (Málaga)
Localizada en la bahía de Málaga, próxima a la línea de farallones, que delimita la costa del mar, hoy día
desaparecida por la extracción de piedra de una cantera de áridos. Excavada a principios del siglo XX por
M. Such (1920) y objeto en años posteriores de múltiples referencias y comentarios científicos. Tras su total
APL XXX, 2014
[page-n-68]
68
J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
destrucción, fue objeto entre 1999/2001 de nuevas excavaciones por el Departamento de Prehistoria de la
Universidad de Málaga (Baldomero et al., 2005). De los registros obtenidos por M. Such, configuración de la
cavidad y los procedentes de las últimas limpiezas realizadas, así como por la gran cantidad de restos óseos
humanos exhumados, al margen de otras precisiones, consideramos para ella al menos, durante la Prehistoria
Reciente, una funcionalidad básicamente funeraria, aunque también es factible, algún tipo de ocupación
coyuntural doméstica. Se ha obtenido una datación absoluta por AMS sobre muestra de carbón referida a
un Neolítico Antiguo Epicardial evolucionado. Por comparación con los registros cerámicos obtenidos en
algunas grietas próximas, en los acantilados del Complejo del Humo, consideramos que la datación absoluta
obtenida no expresa la mayor antigüedad de este enclave, aunque no se atestigua muestra cardial.
Bajondillo (Torremolinos, Málaga)
Cueva o abrigo destruido, del que sólo subsisten restos de una posible secuencia estratigráfica colgada. El
escaso material rodado que se conserva de este enclave, hace difícil una precisión sobre su funcionalidad.
Se constata algún fragmento cerámico con decoración impresa antigua y un diente hoz que de igual forma
puede ser adscrito al Epipaleolítico que al Neolítico, diferenciado sólo por el uso o no en él del tratamiento
térmico, que desconocemos. De las dos datas absolutas obtenidas por AMS sobre muestras de carbón solo
hemos incluido en la tabla1 la más reciente (Cortés, 2007).
Cueva del Hostal Guadalupe (Torremolinos, Málaga)
La cavidad, probablemente sepulcral, se localiza a unos 600 m hacia el este de la anterior, en el mismo
complejo travertínico de Torremolinos, habiendo sido parcialmente destruida durante unos trabajos de
edificación. El material carpológico depositado en el Museo Provincial de Málaga se asocia a registros
arqueológicos que pueden corresponder, sin excesiva precisión, a un Neolítico Antiguo posiblemente
Epicardial corroborado por sus dataciones absolutas (Cortés et al., 2012).
Roca Chica (Torremolinos, Málaga)
Abrigo abierto en el complejo travertínico de Torremolinos (Málaga), localizado a escasas decenas de
metros de la costa, en una cota inferior a 10 m s.n.m. Durante los trabajos de construcción de un complejo
de apartamentos se seccionó un silo con cereal doméstico, asociado a registros arqueológicos neolíticos,
que desconocemos. Existe un análisis preliminar de los restos carpológicos recuperados en el yacimiento,
bajo la denominación Cueva del Bajoncillo, sustituida, a partir de una revisión de la toponimia de los
yacimientos de Torremolinos (Cortés, 2007), por la que encabeza este epígrafe. Los datos disponibles,
especialmente por las dataciones absolutas obtenidas (Cortés et al., 2012), apuntan a un Neolítico Antiguo
Epicardial. No se han encontrado restos humanos asociados. La propia morfología del abrigo y la posible
existencia en él de una secuencia más amplia, parece indicarnos, sin seguridad, un enclave con factibles e
intermitentes ocupaciones humanas durante la Prehistoria Reciente.
Cueva Hundidero-Gato (Benaoján/Montejaque, Málaga)
De las excavaciones realizadas en los años setenta por Mora Figueroa (1976) en la galería del Caballo,
situada en la entrada del gran complejo cavernícola Hundidero-Gato, se documentaron restos óseos al menos
de tres individuos adultos, asociados a un rico registro funerario, destacando entre otros tipos cerámicos,
asas pitorro y decoraciones cardiales. Sin embargo, la que se documenta como tal en la publicación original,
no la consideramos así, aunque se trata de una impresa de las consideradas antiguas. Las datas absolutas
por AMS, se han obtenido sobre restos óseos humanos pertenecientes a dos de los individuos exhumados
del Neolítico Antiguo Epicardial, aunque las cronologías de otras ocupaciones funerarias en esta cueva
pudieran corresponder a momentos anteriores.
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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Cueva del Esqueleto (Cortes de la Frontera, Málaga)
Pequeña y angosta cavidad sepulcral que en los años setenta proporcionó restos óseos humanos de un mínimo
de tres individuos adultos, depositados en el Ayuntamiento de Cortes de la Frontera. Junto a ellos apareció
algún resto cerámico encastrado en una colada estalagmítica (comunicación personal de A. Morgado). Se han
obtenidos tres dataciones absolutas por AMS sobre muestras óseas de los citados individuos, siendo en la
actualidad su registro óseo y arqueológico objeto de estudio por parte de A. Morgado y colaboradores.
Cueva de los Murciélagos (Zuheros, Córdoba)
Cueva sobre diaclasa de difícil y compleja filiación funcional. De ella, en un primer momento se obtuvieron
dataciones por C14 convencional, sobre carbón y semillas, con altas desviaciones tipo, que en algunos casos
aluden a un Neolítico Epicardial evolucionado. Posteriormente Gavilán y otros obtuvieron nuevas datas
absolutas sobre muestras de carbón, coincidentes con la serie anteriormente obtenida, también con altas
desviaciones tipo. Últimamente, se han realizado nuevos análisis sobre cereales, que han proporcionado
datas absolutas más precisas, pero de similar entidad cronológica que las series anteriores. Del registro
arqueológico conocido de esta cueva, así como por la homogeneidad de sus datas absolutas, consideramos
ocupaciones no bien especificadas en la Prehistoria Reciente a partir de un Neolítico Antiguo Epicardial.
Evidentemente, las ocupaciones ocurridas en esta cueva, no sabemos de qué tipo, en nuestra opinión
funerarias, están bien datadas a lo largo del Neolítico Antiguo Epicardial y Medio, pero también sería
necesario, su justificación cultural con los correspondientes registros arqueológicos obtenidos de estos
períodos, que desconocemos, especialmente los procedentes de las últimas excavaciones.
Cueva de los Mármoles (Priego de Córdoba, Córdoba)
En nuestra opinión, constituye una de las cavidades más importantes con vestigios arqueológicos en la
Provincia de Córdoba. En relación con su funcionalidad durante la Prehistoria Reciente, no tenemos una
información precisa. En este aspecto, los datos más relevantes proceden de R. Carmona, a partir de una
prospección, que realizó en los años noventa (Carmona et al., 1999). Este enclave no es una cueva usual de
las normalmente conocidas en Andalucía, aquí hay espacios abiertos y configuraciones internas, factibles
para la posible existencia de un hábitat esporádico, así se ha podido documentar por la presencia de un
taller de brazaletes de piedra que hay que relacionar con estas ocupaciones en el Neolítico Antiguo/Medio
(Martinez-Sevilla, 2010). También se han constatado ocupaciones esporádicas en momentos pleistocénicos,
holocenos antiguos e incluso históricos. Lo que sí parece evidente es la constatación en ella de múltiples
inhumaciones desde el Neolítico Antiguo hasta época histórica. La datación absoluta obtenida sobre
muestra de cebada (Hordeum vulgare L.), procedente, según los autores, de un posible “silo”, corresponde
en nuestra opinión a un Neolítico Antiguo Epicardial. Cronología, que en el caso de esta cueva, no es
determinante, pues se conocen de ella registros cerámicos que podrían considerarse más antiguos.
El Retamar (Puerto de Santa María, Cádiz)
De este asentamiento costero al aire libre con cardial, existen tres dataciones absolutas sobre muestras de
conchas. Dos fechan el Hogar 18 y la tercera el Conchero 6 (Ramos, 2004: 78-79). Una media ponderada
de sus calibraciones ofrece una cronología entre 5939/5716 a.C., es decir, en la parte alta de lo que grosso
modo puede constituir una facies del Neolítico Antiguo con cardial.
Cueva Chica de Santiago (Cazalla de la Sierra, Sevilla)
Cueva de funcionalidad no precisada, pero con innumerables y no bien especificadas inhumaciones en su
interior. El registro cerámico, sin cardial, alude a un Neolítico Antiguo y las dataciones absolutas obtenidas
en ella, aunque con problemas, así lo corroboran.
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J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
La Dehesilla (Arcos de la Frontera, Cádiz)
Cueva de funcionalidad no precisada, pero con numerosas y no bien especificadas inhumaciones en su
interior. El registro cerámico alude a un Neolítico Antiguo con cardial y las dataciones absolutas obtenidas
en ella, aunque en parte y con problemas, así lo testifican.
3. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Previo a la discusión de los resultados ofrecidos por las nuevas y viejas dataciones absolutas expuestas en la
tabla1, hemos de efectuar algunas breves reflexiones de orden metodológico en relación a lo que expondremos
a continuación. Siguiendo a los clásicos, podríamos intuir que el historiador, en este caso el prehistoriador, en
sus trabajos y síntesis, pudiera ofertar modelos, incluso en algunos casos, desde su propia óptica interpretarlos,
con el fin de dinamizar y hacerlos más creíbles. Es decir, utiliza diferentes variantes en sus procesos de
investigación, que pueden o no cambiar con el devenir de los tiempos. Sin embargo, esto no debe realizarse
con el control de ellos, en este caso con la cronología absoluta. Los acontecimientos en Prehistoria tienen
validez cuando se constatan en el espacio y el tiempo, lo contrario sería entrar en ámbitos de leyendas y mitos.
De aquí la obligación de encontrar puntos de anclaje en el tiempo, alrededor de los cuales poder mínimamente
agrupar los datos. En la actualidad, estos puntos para algunos periodos de la Prehistoria, solamente en ciertas
situaciones sólo los ofrece la cronología absoluta. A partir de la cual, se puede en ciertos supuestos, interpretar,
especular, etc., pero sus datos numéricos, en nuestra opinión, deben ser inamovibles por mucho que nos cueste
aceptarlos. Buscar puntos débiles y utilizar sesgadamente las diferentes alternativas, que ofrece este tipo de
cronologías, de igual forma que dar o no validez a las muestras analizadas sobre las que se han obtenido los
análisis, no deja de constituir en ocasiones una manipulación interesada de las datas cronológicas obtenidas,
generada por no concordar o ser afín con ciertos modelos preestablecidos. En este caso, las fechas absolutas
que hemos reunido en relación al Neolítico Antiguo en el sur peninsular, no por escasas y en algún caso
problemáticas, dejan de ser sugerentes y en algún caso esclarecedoras. No pretendemos con ellas secuenciar
fielmente esos silentes registros arqueológicos depositados en Museos y Colecciones, procedentes de cuevas
sin estratificar, aunque en la mayoría de los casos provengan de excavaciones regladas. Solamente intentamos
ofrecer un bosquejo del armazón y puntos de anclaje para este período cronocultural.
Al analizarse más detenidamente las dataciones absolutas para las fases antiguas, obtenidas en
los diferentes ámbitos neolíticos del sur peninsular comprobamos en su cómputo ciertas carencias,
principalmente relacionadas con las denominadas de transición Epipaleolítico/Neolítico y Neolítico Antiguo.
Por el contrario están bien representadas las que podrían entrar en lo que se ha venido denominando como
Neolítico Antiguo Epicardial, es decir, aproximadamente entre el 5500/4900 AC. Y no es que sean excesivos
los enclaves datados sino que algunos de ellos han proporcionado un gran número de ellas. Hemos recogido
en la tabla1, cien dataciones absolutas obtenidas en veinticuatro enclaves, de los cuales cinco corresponden
a asentamientos al aire libre y diecinueve a cuevas, que en su mayoría pudiésemos considerar de carácter
funerario. Este cómputo de dataciones, constituiría en principio, un número relativamente representativo,
pero por dos motivos básicos no es así. En primer lugar, porque los veinticuatro yacimientos que han
proporcionado dataciones absolutas, representan sólo un porcentaje mínimo de los que actualmente se
conocen en Andalucía con registros adscribibles a fases antiguas neolíticas. En segundo lugar, porque de
las cien dataciones, cincuenta y una provienen de solo tres yacimientos: dieciocho de Los Castillejos, doce
de Cueva de Nerja y veintiuna de Cueva de Los Murciélagos de Zuheros, el resto, es decir cuarenta y nueve
se han obtenido en veintiún enclaves diferenciados.
De contextos perfectamente secuenciados, serían las datas procedentes de asentamientos, como Los
Castillejos, Cerro de la Virtud, Retamar y Cueva del Nacimiento, en el orden citado. De las obtenidas en
cuevas, tendrían mayor firmeza las realizadas sobre muestras de especies animales o vegetales domésticas,
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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o incluso de restos óseos de Homo, avaladas por registros materiales clasificados, procedentes o no, de
excavaciones. En este caso, por su uniformidad y coherencia, es muy sugerente la serie de datas obtenidas
en Los Murciélagos de Zuheros, que parecen proceder tanto las más antiguas obtenidas, como las más
recientes, de un similar contexto arqueológico, que seguimos sin conocer después de los años transcurridos
desde su excavación. Ofreciendo ésta, la impresión de estar en un proceso de continua reelaboración,
sin conocerse con seguridad el verdadero status ocupacional de la cavidad. La data de Los Mármoles,
sobre cereal doméstico, consideramos que no es representativa de un momento antiguo de su secuencia
ocupacional, pues existen evidencias materiales en ella que podrían elevarla en un futuro. Las datas aisladas,
de cuevas como Agua/Mujer, LJ11, Malalmuerzo, Hoyo de la Mina y Gato, obtenidas por AMS sobre
muestras de restos óseos humanos, algunas procedentes de excavaciones antiguas, están perfectamente
avaladas y acordes con los registros arqueológicos que se les asocian. Las dos, procedentes de Cueva de las
Palomas y asentamiento al aire libre de Cerro de Capellanías, tienen en nuestra opinión diferentes lecturas.
La primera hace alusión a un momento de ocupación, diríamos que funeraria, en el devenir de la cueva,
pues por el descontextualizado registro arqueológico, que conocemos, procedente de ella, no consideramos
haga alusión a momentos antiguos de su ocupación. Por el contrario la de Capellanías, es indicativa de la
fundación de uno de los reducidos asentamientos, que conforman el conjunto del yacimiento. Una especial
atención merecen las tres datas obtenidas sobre restos de Homo en Cueva del Esqueleto que pueden aludir a
la ocupación funeraria de una estrecha cavidad desde finales del Epipaleolítico hasta un Neolítico Antiguo
avanzado. Aunque en el estado actual de la investigación, podríamos en este caso cuestionarnos, si estas
datas fechan una población retardataria de tipo epipaleolítico o por el contrario los inicios de un Neolítico
Antiguo. En último caso, la fecha antigua (Beta-324381) es la primera que se obtiene sobre un Homo de
esta cronología, sea el último epipaleolítico o el primer neolítico. El resto de los enclaves en cuevas, de
los más importantes con dataciones absolutas, para la comprensión de los inicios del Neolítico Antiguo
andaluz, presentan otro tipo de problemática. Nos referimos a Murciélagos de Albuñol, Cueva del Toro,
Carigüela, Nerja y Dehesilla.
De la Cueva de los Murciélagos de Albuñol no es excesivo lo conocido de sus sesgados registros
funerarios. Las dataciones absolutas recientemente obtenidas sobre espartos, muestran una gran coherencia
a partir de una fase evolucionada del Neolítico Epicardial y posteriores períodos. Solamente la data antigua
(CSIC-247) obtenida sobre madera, que desconocemos si procedía o no de un útil, ofrece dificultades de
interpretación. Más que nada, por el desconocimiento del total del registro arqueológico, que en su momento
debió proporcionar esta cueva, que en principio, no alude a la antigüedad mostrada por esta fecha absoluta.
Sin embargo, no descartamos su validez, especialmente la del tramo bajo de su calibración, en relación
con la posible cronología de una facies antigua neolítica. Más aún, cuando se puede considerar, que la
madera de la que se obtuvo la data, por la especial localización de esta cueva, debió ser introducida en ella,
exclusivamente por una acción antrópica. En definitiva, en la actualidad desconocemos los orígenes de las
primeras ocupaciones funerarias ocurridas en esta cueva, próxima a la costa, que no constituye un hallazgo
aislado sino que está relacionada con otras cuevas utilizadas como necrópolis y registros cerámicos propios
de una facies antigua del Neolítico con cardial, pero sin dataciones absolutas.
De Cueva del Toro, la más recientemente excavada del último grupo señalado, en el interior del sistema
kárstico de Antequera, proceden datas absolutas, algunas con altas desviaciones tipo, pero coherentes con
los registros exhumados en ella. Aunque no con la secuenciación cronocultural que sus investigadores han
intentado ofrecer de ellos, muy lineal, que en nuestra opinión, no responde a la realidad arqueológica de
esta cueva. Sus registros materiales con un muy alto matiz funerario, pueden ser referentes de una secuencia
cronológica, que transcurriría con intervalos ocupacionales más o menos intensos a lo largo de todo el
Neolítico. Desde sus fases antiguas con cardial hasta momentos epigonales y posteriores ocupaciones
durante la Edad del Cobre y períodos históricos. Las datas obtenidas, pueden reflejar esta situación, pero
no las consideramos definitivas, pues en el futuro nuevas de ellas podrían sobrepasar perfectamente el 5500
a.C., como sucede con algunas de las calibraciones ya realizadas, especialmente para sus tramos altos.
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J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
Por último, en este apartado, tendríamos que realizar unas breves reflexiones sobre las dataciones
absolutas aportadas por los tres yacimientos andaluces en cuevas que completarían este último grupo,
en nuestra opinión, con diferentes problemáticas. Sucintamente ya se ha comprobado, como Cueva de
Carigüela, quizás el enclave más paradigmático del Neolítico andaluz, ha proporcionado una serie de datas,
de confusos contextos, no obtenidas en excavaciones regladas y finalidades no muy precisadas. En síntesis,
pocos argumentos absolutos en donde anclar de forma fidedigna los ricos registros funerarios conocidos de
esta cueva. Parece ser, que se están o se van a realizar análisis más exhaustivos sobre restos óseos humanos
exhumados en ella, con la finalidad, entre otras, de obtenerse un mayor número de dataciones absolutas.
Que no dejarán de ser nuevos puntos de anclaje en esta cueva, pero de difícil asociación con los registros
arqueológicos, que se pretenden contextualizar. Las dataciones absolutas obtenidas sobre muestras no bien
especificadas ¡si son por acción antrópica!, hacen alusión con seguridad, a la presencia en la cueva, de fases
de ocupación correspondientes al Neolítico Antiguo con o sin cardial, bien justificadas tipológicamente.
La segunda sería Cueva de Nerja, con importante presencia neolítica y suficientes datas absolutas,
obtenidas en excavaciones antiguas y en tiempos recientes. De hecho no han cesado de obtenerse, para fechar
los más variados contextos, fases, estratos, etc. Sus registros arqueológicos hacen referencia, al margen de
los propiamente pleistocenos, a toda la Prehistoria Reciente y diríamos que tiempos históricos. Es decir, en
esta cueva existen dataciones y registros arqueológicos que los pueden justificar. El problema, es que estos,
por mucho que se intente y por multitud de datas absolutas, que se obtengan, no pueden ser correctamente
secuenciados y esta constituiría su verdadera problemática. Las dataciones absolutas de esta cueva con altas
desviaciones tipo, indican para ella, en muchos de los casos, ocupaciones neolíticas con o sin cardial, al
menos, desde los inicios del VI o incluso desde finales del VII milenio a.C. Aunque, si somos muy estrictos, la
única data absoluta, con verdadera entidad neolítica en sí misma, es la Beta-131577, que alude a la presencia
en la península ibérica de ovejas domésticas con cronología antigua de mediados del VI milenio a.C.
Cueva de la Dehesilla completaría este último grupo, siendo, en nuestra opinión, la más enigmática
y quizás históricamente la más obviada en la investigación que nos ocupa. Desde un principio, fue
cuestionada por las altas datas absolutas para el momento en que se obtuvieron y sus calibraciones con
elevadas desviaciones tipo, no bien asumidas por la investigación oficial de la época. Posiblemente también
por la complejidad de su registro arqueológico, quizás en origen no bien secuenciado, muy propio, como
se ha comprobado, de los contextos sepulcrales andaluces. Al margen de estas problemáticas, los anclajes
cronológicos obtenidos en esta cueva, los consideramos en la actualidad, plenamente justificados por la
existencia en ella de registros cerámicos antiguos, con o sin cardial.
En resumen podemos considerar, que de una u otra forma, todas las datas absolutas, que numéricamente
trataremos seguidamente, tienen suficiente justificación cultural para ser consideradas como anclajes
cronológicos en los inicios del devenir neolítico del sur peninsular. Por el contrario, si queremos visualizarlas
desde un punto de vista reduccionista, con valor en sí mismas, son muy escasas las que pudiésemos valorar.
En este caso, y no es nuestra opción, solo las que aludirían a especies animales/vegetales domésticas y
huesos contextualizados de Homo. El resto, por diversos motivos interesados, en algunos casos espurios
y manipulados, no tendría validez. No siendo esta la versión, que en el precario estado actual de la
investigación sobre el Neolítico Antiguo, nos puede ocupar o preocupar.
A partir del registro arqueológico de cuevas y asentamientos al aire libre, que han proporcionado
dataciones absolutas, comprobamos que solamente nueve de estos enclaves han ofrecido valores calibrados
por encima del 5450/5500 AC. Cronología que en la actualidad consideramos como divisoria entre lo que
podríamos denominar Neolítico Antiguo sensu stricto y Neolítico Epicardial, hasta aproximadamente
el 4900/4850 AC, que grosso modo iniciaría la transición hacia lo que se ha denominado, sin excesivos
argumentos contrastados, como Neolítico Medio. Esta cronología la consideramos firme, avalada por la
secuencia cronoestratigráfica de Los Castillejos de Montefrío. En cuyos niveles antiguos de ocupación,
junto a una extensa y variada muestra de cerámicas decoradas y lisas, se comprueba una muy escasa
presencia de amortizados fragmentos impresos antiguos, propios de un ambiente epicardial antiguo. En
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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general, registros cerámicos evolucionados en relación a los que podríamos considerar propios de una fase
anterior, con mayores porcentajes de impresas antiguas y motivos más barrocos. Todo relacionado, en este
asentamiento al aire libre, plenamente consolidado, con una agricultura y ganadería desarrollada y variedad
de especies domésticas animales y vegetales como bóvidos, ovicápridos, suidos, cánidos, diferentes tipos
de cebada, trigo, guisantes, habas, etc. Junto con el aprovechamiento de otras especies salvajes como vid,
aceituna, zarzamora, bellota, etc., y una gran variedad de malas hierbas explotadas y animales obtenidos por
actividades cinegéticas (Cámara et al., 2010). Con estos sintéticos datos, bien contrastados en Los Castillejos
de las Peñas de los Gitanos, solamente intentamos incidir que el 5500/5450 AC, solamente representa una
data intermedia diríamos que evolucionada, en el devenir del Neolítico Antiguo andaluz. Enclaves que han
proporcionado esta cronología o pueden mínimamente proporcionarla, son multitud hoy día en la geografía
andaluza. Especialmente conocidos por sus extensas y ricas necrópolis en cuevas, próximas a entornos
abiertos y favorables para explotaciones agrícolas y ganaderas. Solamente su dispersión en multivariados
nichos ecológicos muy distantes entre sí, indicaría el conocimiento arraigado a través de generaciones, que
tendrían estas poblaciones de los diversos entornos andaluces y estas experiencias no pueden justificarse por
simples trasvases de poblaciones o trasmisiones precipitadas de conocimientos con dirección Este/Oeste.
A partir de este supuesto, consideramos que la madurez alcanzada por las poblaciones neolíticas andaluzas
de mediados del VI milenio a.C., con entornos bien seleccionados para sus prácticas agrícolas y ganaderas,
variedad de especies animales/vegetales domésticas y control de otras salvajes, solo estaría justificada por la
acumulación de conocimientos de otras poblaciones asentadas con anterioridad en similares nichos ecológicos
o próximos a ellos, que habrían transmitido sus experiencias. No tenemos excesivos conocimientos sobre
ellas, pero sus registros poco conocidos, son cada vez más frecuentes a lo largo y ancho del extenso territorio
andaluz. En la actualidad, cuantificar su muestra, es difícil de precisar, no sólo a nivel tecnológico sino de
localización puntual, pues en el registro actual aún sigue existiendo confusión entre las cerámicas impresas
antiguas y las que no lo son. De igual forma, existen multitud de cerámicas con decoración cardial, no bien
catalogadas y mal ubicadas en el espacio y tiempo. En definitiva, son antiguos y paradigmáticos muchos de
los enclaves, que en teoría o en la realidad, han ofrecido registros de los denominados como antiguos, dentro
del periodo neolítico, por encima del 5500/5400 AC, pero escasos los anclajes cronológicos absolutos en que
sustentarlos. Sin embargo, una lectura más ponderada y no interesada de ellos, puede ofrecer a nivel global
y con ciertos matices, algunos datos más esclarecedores sobre el tema que nos ocupa.
Si visualizamos el cómputo de dataciones absolutas expuesto en la tabla1, comprobamos que sólo siete
enclaves con registros neolíticos (Nacimiento, Carigüela, Nerja, Retamar, Cueva Chica, La Dehesilla y
El Esqueleto) y posiblemente otros dos (Murciélagos de Albuñol y Bajondillo) sobrepasan la mitad del
VI Milenio AC. Muestra muy escasa en relación al porcentaje de yacimientos al aire libre y necrópolis
en cuevas conocidos actualmente en la geografía andaluza con potencial para proporcionarlas. Pero,
centrándonos en estos seis yacimientos que las han proporcionado, con la única duda de Cueva Chica y
posiblemente Nacimiento, comprobamos, que todos ellos, de una u otra forma, han ofrecido, con mayor
o menor porcentaje entre sus registros cerámicos con impresas antiguas, decoraciones con cardium, muy
tenidas en cuenta para definir más fiablemente los niveles antiguos de las correspondientes secuencias
estratigráficas en donde aparecieron. Se podrá argüir que las datas absolutas de estos yacimientos no son
correctas, alteradas, contaminadas, laboratorios poco fiables, desviaciones tipo altas, carbones de “maderas
viejas”, etc. Sin embargo, qué duda cabe, si obviamos estos argumentos, en ciertos casos interesados, que
todas ellas proceden o han sido obtenidas de contextos antiguos o en relación a ellos, con o sin cardial. De
estos yacimientos, las altas datas absolutas de Murciélagos de Albuñol y Bajondillo no son muy indicativas
por la escasez o desconocimiento de registros arqueológicos asociados a ellas. La data del abrigo del
Nacimiento, relacionada con un Neolítico Antiguo denominado de “montaña” por uno de sus excavadores
(Rodríguez, 1997), puede tener una lectura especial. O bien, que efectivamente no contenga muestra cardial,
que esté mal determinada entre los registros extraídos o, que no se haya localizado en los escasos sondeos
realizados en este yacimiento. Teniéndose en este último supuesto, siempre en cuenta, que los porcentajes,
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J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
que proporcionan los asentamientos son muy inferiores a los obtenidos en cuevas con usos funerarios.
En este sentido, no descartaríamos en Andalucía, con ciertas dudas, que la cerámica con decoración
impresa con cardium, entre otros tipos, constituyese prioritariamente un tipo de vajilla específicamente de
representación o más propia de ajuares funerarios, con escasas apariciones ya amortizadas en ambientes
domésticos, cuestión por contrastar con datos más precisos. De igual forma se podría argumentar que en
Nerja y Retamar existen sustratos epipaleolíticos, que para ciertas investigaciones, pudieran justificar las
altas cronologías de estos enclaves. Aunque no así para los registros antiguos de la Dehesilla y Carigüela,
en donde no se han detectado este tipo de ocupaciones.
Se comprueba, que los escasos yacimientos andaluces, parcialmente datados, ofrecen cronologías
básicamente de la segunda mitad del VI milenio a.C., correspondientes grosso modo a la secuencia cardial
en el área levantina, que en Andalucía podría considerarse como una fase postcardial o epicardial, más
tardía. Considerándose una mayor antigüedad para su Neolítico Antiguo sensu stricto, por encima del 5500
a.C. Periodo caracterizado entre otros argumentos, por la eclosión precoz de las cerámicas impresas, entre
las que con un mayor o menor porcentaje aparecerían las realizadas con cardium y dataciones más elevadas,
que en los contextos regionales limítrofes. En el registro arqueológico actual, desde nuestras perspectivas,
no podríamos hacerlas subsidiarias o justificativas de una expansión démica o de influencias llegadas, como
tradicionalmente se ha considerado, desde el área levantina ni menos aún desde otras áreas peninsulares.
En la actualidad, dentro de la escasez de dataciones antiguas conocidas, casi siempre asociadas a
conjuntos muy precarios con cardial, podríamos a priori realizar una primera lectura de ellas en relación a
estos ítems y sus concentradas apariciones en ciertos ámbitos geográficos. Lectura, en cierta forma
distorsionada, por falta de precisiones y escasez, como ya se ha indicado, de datas absolutas asociadas a
ajustados contextos. Desde este punto de vista, es muy sugerente el grupo de asentamientos al aire libre y
cuevas funerarias con registros antiguos, descubiertos en los últimos años en la región más meridional del
sur peninsular, en la provincia de Cádiz. Asentamientos entre otros como Retamar, La Esperilla, Bustos,
Cabezo de Hortales, etc., y cuevas funerarias como Dehesilla y Parralejo, que con altas cronologías podrían
estar en el origen del Neolítico peninsular, relacionado con la precoz llegada de posibles influencias desde
el continente africano. Hipótesis no muy novedosa, pues, a intervalos, desde mediados del siglo pasado se
ha venido insistiendo en ello, aunque últimamente se ha postulado con una mayor insistencia y argumentos
(Cortés et al., 2012). Sin embargo, aun dentro de su atractivo, el considerar en la actualidad como único
subterfugio o aval, la llegada de los nuevos presupuestos neolíticos, exclusivamente por el Estrecho de
Gibraltar hasta la provincia de Cádiz, como entorno más próximo a África, no debe, con el actual registro
arqueológico, obsesionarnos. De igual forma, las costas de Málaga, desde Estepona hasta Nerja, con altas
dataciones en este último punto asociadas a registros antiguos, también pudieron ser pioneras en este tipo
de relaciones con el Norte de África. No obviándose en este aspecto, que toda la costa malagueña ha
proporcionado multitud de cuevas, en nuestra opinión de tipo funerario, muchas de ellas con registros
cerámicos antiguos mal estructurados o desaparecidos. De igual forma, que sus primarios asentamientos al
aire libre, próximos a las costas, destruidos o desaparecidos por la antropización intensiva que en los últimos
cincuenta o sesenta años han sufrido estos entornos turísticos. Sin embargo, no solamente se detectan
vestigios del Neolítico Antiguo en ámbitos costeros, sino que más al interior en las mismas provincias de
Cádiz y Málaga, se han localizado núcleos con registros antiguos y cerámica cardial, como son los casos de
Acinipo en Ronda, Complejo Hundidero-Gato, Cueva de las Goteras de Mollina, Cueva del Toro, el
Charcón (Alozaina), etc. En Sevilla, el Cabezo de Lebrija, Los Álamos (Prado del Rey), etc. Más al norte y
al este, en ámbitos geográficos de Andalucía Oriental, existen ciertos vacíos incomprensibles, sin lugar a
dudas por una manifiesta falta de investigación. Así en la provincia de Córdoba, son escasos o nulos los
registros que se pueden asociar a un Neolítico Antiguo por encima del 5500 a.C., las datas absolutas
obtenidas así lo manifiestan junto a la no existencia de muestras cardiales como referente “arcaico tipo”
mejor conocido. Quizás, Cueva de los Mármoles, en la Subbética las proporcione en un futuro próximo,
junto a otros registros cerámicos antiguos, que sí existen en ella. Cuestión no de extrañar, pues el cardial y
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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otros registros cerámicos antiguos sí han sido contrastados en la cueva funeraria de Malalmuerzo, muy
cerca de Los Mármoles, en la vertiente externa de las Sierras Subbéticas, ya en tierras granadinas. De igual
forma, el asentamiento al aire libre de Los Castillejos de Montefrío, también ha proporcionado en sus
niveles más antiguos algunos fragmentos amortizados de cerámica impresa cardial, quizás como recuerdo
o revival de tiempos pasados. Cuestión que se repite en otros muchos enclaves, que podríamos denominar
epicardiales, entre el 5500/4900 a.C., en donde son muy escasas o aisladas las cerámicas con decoraciones
impresas antiguas a favor de las mayoritarias incisas y con decoraciones plásticas. Al margen de otras
impresas evolucionadas, almagras, inicio de las boquiques, etc. En la provincia de Granada, más al nordeste,
se documentan con mayor insistencia registros antiguos con o sin cardial, que en cierta forma, jalonan gran
parte de su geografía. Muchos desaparecidos por actividades irregulares o por una mala gestión arqueológica
y en el fondo, no bien datados o deficientemente interpretados. Existen registros antiguos, al margen de los
señalados en Malalmuerzo y Castillejos de Montefrío, Cueva del Capitán en la costa granadina y Sima del
Carburero y con dudas en Cacín en Tierras de Alhama de Granada. Otros enclaves, en los entornos de La
Vega de Granada, han proporcionado muestras antiguas pero sin cardial, como puede ser Las Catorce
Fanegas y La Molaina. Pero a nivel bibliográfico, quizás los más paradigmáticos y conocidos son los
enclaves situados en los entornos de Sierra Harana. Destacando Cueva de Carigüela, Ventanas, Pagarecio,
Agua de Prado Negro, Majolicas, CV-3 de Cogollos, con registros cerámicos que podrían considerarse
antiguos con o sin cardial. Algunos, con grandes porcentajes de esta muestra, asociados casi con seguridad
a registros funerarios y con datas antiguas, si son asumibles, las proporcionadas por Carigüela, entre finales
del VII e inicios del VI a.C. Cronología, muy similar a la ofertada por algunos enclaves costeros en Málaga
(Nerja) y Cádiz (Dehesilla y Retamar) y más antiguas que las aportadas por los clásicos yacimientos
levantinos con cardial, como paradigma, no contrastado, de antigüedad. Desde este punto de vista no
tenemos un mínimo de argumentos ni cronológicos ni tipológicos, para considerar el núcleo de yacimientos
de Sierra Harana y sus cerámicas cardiales, especialmente de Carigüela y Ventanas, como una extensión o
área de influencia de la propiamente levantina, como tradicionalmente se ha asumido. Sólo por incidir en
un tipo cerámico funerario clásico, como pueden ser las vasijas con asa-pitorro, comprobamos diferencias
manifiestas. Las levantinas normalmente se corresponden con botellas mientras que en Andalucía se
presentan formas más simples como cuencos y ollas. Pero insistiendo en el tema que nos ocupa, comprobamos
que entre Carigüela y la zona levantina, al margen del extenso espacio físico que los separa, no existe o no
se han constatado registros arqueológicos antiguos con cardial que pudieran justificar algún tipo de relación
entre estos dos ámbitos geográficos diferenciados. Solamente dos yacimientos, uno en cueva y otro un gran
abrigo, muy alejados de Carigüela, en los límites con las provincias de Albacete y Murcia, podrían al
respecto ofertar algún tipo de información. El primero de ellos en cueva o abrigo destruido, corresponde a
Cueva de Pastora (Caniles, Granada) con cuatro dataciones absolutas comprendidas entre los últimos
tercios del VI y V milenio a.C. El amplio registro material que hemos podido documentar de este enclave,
muy posiblemente doméstico, algo excepcional entre el conjunto de cuevas conocido en Andalucía, no
presenta muestra cardial y el grueso de las cerámicas, con mínima representación de las impresas a
instrumento, lo componen las decoraciones incisas y plásticas. El segundo correspondería a Cueva del
Nacimiento (Pontones, Jaén), anteriormente comentado, con una datación absoluta adscrita a un Neolítico
Antiguo sin cardial, más antigua que las obtenidas en los ámbitos levantinos. Otros contextos antiguos con
cardial, al aire libre, se han documentado en regiones costeras y del interior en la Provincia almeriense,
como son Cabecicos Negros, Peñón de las Ánimas, etc., sin cronologías absolutas y no bien estructurados.
Por último, comprobamos cómo del área más septentrional de la región andaluza, en la Provincia de Jaén,
al margen de los registros cerámicos de cuevas conocidos desde antiguo (Navarrete y Carrasco, 1978),
posiblemente correspondientes a un Neolítico Antiguo epicardial, poco más se ha ofertado con posterioridad.
Recientemente, en áreas de campiñas, entre el Subbético y Sierra Morena, encuadrables en la Cuenca del
Guadalquivir, se han señalado registros cerámicos antiguos, sin cronologías absolutas, en Horneros de
Baeza y Peña Prieta de Porcuna.
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En este sucinto recorrido, en el que sólo hemos señalado yacimientos o registros potencialmente
antiguos y referenciados en bibliografía, la mayoría sin cronologías absolutas, ocupando ámbitos
geográficos y nichos ecológicos muy diferenciados, comprobamos una cierta homogeneidad en sus
registros arqueológicos conocidos. Diferenciados, en parte, sólo por su origen, sea procedente de
cuevas funerarias o asentamientos al aire libre, que la investigación tradicional no ha sabido o no le ha
interesado discernir, aunque hoy día, desde nuestra opción, nos aparecen incuestionables. De igual forma,
comprobamos ciertas homogeneidades cronológicas de finales del VII y principios del VI milenio a.C.,
para los escasos enclaves datados con mayor o menor éxito, que por su amplia dispersión y distanciamiento
entre ellos, aluden a un conocimiento del territorio en fechas aún más arcaicas. Lo cual, dificulta en la
actualidad el poder establecer sus relaciones inmediatas con otras zonas limítrofes, si es que existieron,
en orden a analizar el precoz desarrollo del mal comprendido y peor sistematizado Neolítico andaluz.
En la actualidad, de las hipótesis tradicionalmente emitidas, en relación a la búsqueda de sus orígenes,
no aceptaríamos algunas de ellas, como son las que lo justifican por influencias, no sabemos de qué tipo,
desde el área levantina o por el oeste peninsular. Sin embargo, la tercera vía, a partir del Norte de África,
con más adeptos en la actualidad y quizás, mejores argumentos científicos, aunque por el momento, no
excesivos, sí nos parece más atractiva y consistente, especialmente por lo que puede aportar en el futuro
que por la realidad actual. Las cronologías absolutas, hasta el momento, obtenidas en algunos de sus
yacimientos clásicos, no ayudan a la comprensión de estas relaciones Sur-Norte, ya que no indican una
prelación en relación a las obtenidas en los yacimientos andaluces. De igual forma las investigaciones
que en los últimos años se vienen realizando en zonas del Norte de Marruecos (El Idrisi, 2012), entre el
Río Muluya por el este y las montañas del Rif en el oeste por un equipo alemán/marroquí, han puesto al
descubierto una serie de pequeños asentamientos al aire libre y abrigos (Linstädter, 2010 a y b; Morales
et al., 2013) con secuencias del Epipaleolítico/Neolítico, que por el momento, no consideramos aporten
excesivos datos para la comprensión de los orígenes del Neolítico Antiguo andaluz. Las datas absolutas
procedentes de Ifri Oudadane, Hassi Ouenzga, etc., sobre especies vegetales autóctonas, de igual
forma, que las secuencias estratigráficas obtenidas en estos pequeños enclaves, no guardan una especial
relevancia en relación a lo similar conocido en el sur peninsular. No sólo por sus cronologías absolutas,
sino por el uso de terminologías no muy adecuadas como es por ejemplo “Epipaleolítico con cerámicas”,
término arcaico poco precisado en la actualidad. De igual forma que el concepto de Neolítico Antiguo A,
B y C, que por sus datas absolutas ocuparía toda la secuencia neolítica de Oudadane, poco contrastable
con los desarrollos andaluces. En resumen, una investigación con posibilidades de futuro en orden a la
posible comprensión del Neolítico andaluz, pero no en el momento actual, dado su estadio embrionario.
Sugerentes y de gran interés, son los registros cerámicos obtenidos en los lejanos poblados de NabtaPlaya en el Sahara Oriental (Jórdeczka et al., 2010), también considerados epipaleolíticos con cerámicas
impresas y cronologías absolutas muy altas del IX milenio a.C. Cerámicas realizadas con ruedecillas
dentadas y otras con peines arrastrados, tradiciones decorativas muy en sintonía con similares, aunque
más tardías, detectadas en algunas cuevas andaluzas del Neolítico Antiguo.
En resumen, detectamos en el Neolítico andaluz una fase antigua de difícil filiación por encima del
5500 a.C., que factiblemente lo iniciaríamos, con una cronología no bien contrastada, en la transición
del VII/VI milenio o inicios de este último no bien conectada con los últimos momentos epipaleolíticos
y una plena consolidación, que denominamos Neolítico Antiguo Epicardial, aproximadamente entre
el 5500-4900/4800 a.C. Los registros cerámicos que se asocian a esta secuencia son relativamente
homogéneos en todo el ámbito andaluz. Quizás, al margen de pequeñas matizaciones, solamente
se diferenciarían por su procedencia, sea de cuevas sepulcrales o de asentamientos domésticos. Por
cronologías, sensiblemente más antiguas y tipos cerámicos, especialmente por las formas cerámicas
sepulcrales, que en la actualidad son las más contrastables, no comprobamos excesivas afinidades con
similares en el Levante mediterráneo, por lo que a priori, no consideramos esta área geográfica próxima,
como relevante para la comprensión de los orígenes del Neolítico en el sur peninsular. De igual forma,
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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en relación a sus posibles conexiones en origen con ciertos ámbitos africanos, no los descartamos aunque
el registro arqueológico que actualmente conocemos de ellos, especialmente en lo relacionado con sus
anclajes cronológicos por el momento, no los consideramos definitivos ni determinantes. Aunque sí
más sugerentes, por la presencia en ciertos ambientes subsaharianos, más al interior del continente,
de algunos ítems cerámicos antiguos como pueden ser las comentadas decoraciones impresas con
ruedecilla y su presencia no bien clasificada ni cuantificada en algunos contextos del sur peninsular, que
pudieran ser anteriores a lo propiamente cardial. A partir de aquí, en orden a sus orígenes, son escasas las
conclusiones consistentes, que en la actualidad se pueden obtener de los registros descontextualizados y
peor estructurados del intenso y floreciente Neolítico andaluz.
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Sala de la Torca de la Cueva de Nerja (Málaga, España)”. En J. L. Sanchidrián, A. M. Márquez y J. M. Fullola
(eds.): IV Simposio de Prehistoria Cueva de Nerja. La Cuenca Mediterránea durante el Paleolítico Superior,
38000-10000 años. Reunión de la VIII Comisión del Paleolítico Superior U.I.S.P.P. Fundación Cueva de Nerja,
Málaga, p. 272-282.
APL XXX, 2014
[page-n-81]
Archivo de Prehistoria Levantina
Vol. XXX, Valencia, 2014, p. 57-80
Javier CARRASCO RUS a y Francisco MARTÍNEZ-SEVILLA a
Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo
en el sur de la península ibérica. Nuevas dataciones
RESUMEN: Se presentan nuevas dataciones absolutas obtenidas por AMS sobre muestras de restos óseos
humanos procedentes de enclaves neolíticos en Andalucía. Su contrastación con el resto de dataciones
antiguas obtenidas en otros ámbitos neolíticos de esta geografía, principalmente del VI milenio a.C.,
nos aproximarán a la realidad cronológica de este período inicial de la Prehistoria reciente en el sur de
la península ibérica. Considerándose la posibilidad de una facies neolítica antigua, con o sin cardial, más
propiciada por estímulos quizás llegados desde el Norte de África que desde el Levante mediterráneo.
PALABRAS CLAVE: Neolítico Antiguo, Andalucía, cerámica cardial, AMS, C14.
The absolute chronology of the early Neolithic in southern Iberia. New dates
ABSTRACT: This paper presents new absolute dating results obtained through AMS, which belong to
human remains from different Neolithic sites in Andalucía. By contrasting the new results with previous
ones from other Neolithic sites from the same region, most of them belonging to the IV millennium B.C., we
obtain a better idea of the chronological reality of this initial period of recent prehistory of the South of the
Iberian Peninsula. We consider the possibility of the existence of an Early Neolithic phase, with or without
cardium pottery, which maybe was more incentivized by influences from the North of Africa than from the
Mediterranean Levant.
KEY WORDS: Early Neolithic, Andalusia, cardium pottery, AMS, C14.
a Departamento de Prehistoria y Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Granada.
jcrus@ugr.es | martinezsevilla@ugr.es
Recibido: 19/09/2013. Aceptado: 08/04/2014.
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58
J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
1. INTRODUCCIÓN
La revisión de registros neolíticos, que en los últimos años realizamos (Carrasco et al., 2009 a y b; 2010 a, b y
c; 2011 a, b y c; 2012), con el fin de contextualizar el Neolítico Antiguo en amplios ámbitos de Andalucía nos
ha conducido, al margen de los análisis tipológicos cerámicos y de otros tipos, a obtener muestras sobre restos
óseos humanos depositados en museos y otras instituciones, como único argumento en la actualidad, para poder
ser datados o en último caso, aproximarnos mínimamente a sus cronologías reales. En este trabajo, aportamos
nuevas dataciones por AMS, que serán objeto de comentario junto con las obtenidas en excavaciones antiguas,
olvidadas en algunos casos o, en nuestra opinión, no bien valoradas. Tanto las nuevas como las anteriores,
tendrían una mejor justificación si se hubiesen obtenido en conjuntos cerrados y aislados sin contaminar, propio
de una buena gestión arqueológica. Pero este no es el caso que nos ocupa, ni pretendemos hacer una crítica
severa de las actuaciones arqueológicas realizadas a partir de los años cincuenta, principalmente en cuevas,
pues una secuencia estratigráfica, en nuestra opinión, puede de igual forma ser invalidada de forma ortodoxa
que heterodoxa ya que en último término la verdadera problemática reside en conocer lo que se excava y a qué
fines científicos responde. Y en este caso, los problemas no han sido coyunturales ni propios en el fondo de una
buena o mala praxis arqueológica, sino de un desconocimiento global de lo que se investigaba. Esto se hace
evidente cuando comprobamos que en toda la geografía andaluza son múltiples, desde el siglo XIX hasta la
actualidad, las cuevas objeto de excavación y ninguna de ellas ha proporcionado una sola secuencia estratigráfica
en que contextualizarse fiablemente sus registros arqueológicos. Que con siglas aparentes y demás parafernalias,
están depositados en organismos y colecciones, habiendo sido en algunos casos objeto en los últimos años de
múltiples análisis, pero que siguen teniendo una difícil secuenciación cultural y cronológica. Consideramos que
el verdadero problema de esta cuestión se remonta a mediados del siglo pasado, con los modelos explicativos que
imperaban sobre el Neolítico en la península ibérica, caracterizados en Andalucía por asentamientos en cuevas
con cerámicas decoradas. Lo cual originó que, a partir de los años cincuenta y sesenta, la investigación sobre él se
centrase exclusivamente en el estudio de las cuevas y, en consecuencia, la adecuación de sus registros a la triple
división, caracterizada sin más y en último extremo por la consecuente y ficticia evolución de ciertas decoraciones
cerámicas. Solamente importaba documentar la existencia de un hábitat troglodita, con sus correspondientes y
“secuenciados” registros arqueológicos, bien adaptados al consabido modelo. En otro sentido, la aparición de
multitud de restos óseos humanos en estas secuencias, a veces, según su entidad, documentados y otras no,
eran asumidos como “enterramientos colectivos”, propio de los hábitats neolíticos en cuevas. No se cuestionó
nunca la falta de una tradición generalizada de estos en tiempos inmediatamente anteriores y que la mayoría de
las cuevas y simas andaluzas excavadas no reunían requisitos medianamente aceptables para ser ocupadas de
forma más o menos estable. Su situación a veces en sitios inhóspitos, sin luz natural y configuraciones interiores
angostas, no fue óbice para su consideración de hábitat y forzar sus registros en relación a ellos. Aunque fuesen
localizados a muchos metros de profundidad, en verdaderas simas, justificándose en último caso por los supuestos
conocimientos de escalada que debieron tener sus moradores.
De los trabajos de excavación realizados en los últimos cincuenta o sesenta años en cuevas andaluzas,
por no remontarnos a tiempos anteriores, sólo queda un abundante y sesgado registro arqueológico
descontextualizado, más que nada de tipo funerario. En cierta forma, diferenciado del procedente de los
escasos asentamientos al aire libre conocidos o que han sido más recientemente objeto de excavación. Entre
los que destaca, Abrigo del Nacimiento, Los Castillejos de Montefrío, Cabecicos Negros, Cerro Virtud, El
Cabezo de Lebrija, El Retamar, La Esperilla, etc., cuyos registros cerámicos son de los pocos conocidos, por
no decir los únicos, que pueden contrastarse con los de tipo funerario, mayoritariamente extraídos de cuevas.
En la actualidad, sabemos que la secuencia lineal: cerámicas impresas, de otros tipos y lisas, no tiene
sentido porque en mayor o menor porcentaje se constatan desde el Neolítico Antiguo. Aunque también es
asumible que existe, a lo largo del tiempo neolítico, una tendencia a la simplificación en las decoraciones
cerámicas, desde las más barrocas y complejas hasta las más simples o inexistentes. Pero que en último
caso, podríamos cuestionarnos cuándo aparecen unas y otras y cuándo se sustituyen y renuevan los tipos.
APL XXX, 2014
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
59
En relación al Neolítico Antiguo andaluz, solamente tenemos la seguridad de la existencia en él de un
horizonte antiguo, que no sabemos si es el más arcaico, el inmediato o el posterior, caracterizado por la
presencia de cerámica decorada con Cardium junto a otros conjuntos cerámicos impresos o no. Al margen
de ello, podemos intuir más que asegurar, por no estar correctamente señalado o cuantificado, sobre el otro
registro cerámico que las acompaña, precede o sucede, pero sin excesivos argumentos. En otro sentido, no
sabemos si constituye el horizonte cerámico más antiguo conocido o es uno más dentro de la secuencia
antigua neolítica. Dilema que, en el registro actual, tiene difícil solución.
Toda esta problemática se agudiza cuando abordamos la transición Epipaleolítico/Neolítico, sobre la
que no tenemos una sola secuencia en que sustentarnos y siempre recurrimos a modelos generales expuestos
con mayor o menor éxito en otras geografías próximas o lejanas, que podrían no ser válidos o, en todo caso,
no aplicables al caso andaluz. También se han ofrecido tablas de dataciones absolutas para la transición
Epipaleolítico/Neolítico y Neolítico Antiguo en la fachada occidental mediterránea (Manen y Sabatier,
2003; Manen et al., 2007; Marchand y Manen, 2010), en donde se han obviado o no se han considerado las
obtenidas en el sur de la península ibérica, quizás por considerarse que este reducto geográfico, sin mayor
trascendencia, fue el último en neolitizarse. Cuestión esta última de plena actualidad, pues una alternativa,
cada vez con mayor énfasis y quizás lógica, a la tradicional difusión neolítica Este/Oeste por las costas
septentrionales del Mediterráneo y sus islas, pudo ocurrir a partir del norte de África desde otros ámbitos
subsaharianos, en donde últimamente se han obtenido altas dataciones para manufacturas cerámicas
(Jórdeczka et al., 2011). Desde aquí, tras un proceso prolongado de progresiva desertización, pequeños
grupos humanos o por influencias suyas, llegarían al sur de Italia y de la península ibérica, como áreas
geográficas europeas más próximas al continente africano. Argumentos a tener en cuenta, para este factible
proceso, no faltan aunque siguen siendo escasos o deficientemente contrastados. Sería esta una opción muy
a tener en cuenta, si se confirmase que las escasas dataciones absolutas, obtenidas para el Neolítico Antiguo
en el sur de la península ibérica, a falta de mejores argumentos estratigráficos, fuesen más antiguas que las
obtenidas en áreas costeras más orientales del Levante y nordeste peninsular.
En último caso, solamente podemos aproximarnos de una forma insegura a la cronología del
Neolítico Antiguo andaluz, pues la mayoría de las dataciones absolutas en que se sustenta, son aleatorias
y no definitivas, ya que provienen de cuevas funerarias sin estratigrafías o muy alteradas. Una mayor
precisión cronológica requeriría la exhaustiva obtención de muestras, para datar la mayor cantidad de
restos orgánicos domésticos exhumados en ellas. Pues de no ser así, se podrían fechar otras factibles
ocupaciones funerarias prehistóricas o sucesos históricos acaecidos en las cuevas, como hemos
comprobado recientemente en Cueva de Nerja y Pileta. Dataciones absolutas, primordialmente, sobre
todos los restos óseos humanos posibles, únicas que pueden aportar en la actualidad argumentos fiables
sobre la cronología de las ocupaciones funerarias ocurridas en ellas. Muestreos sobre estos registros
pueden, con suerte, dar informaciones cronológicas aproximadas, pero no definitivas y concluyentes.
Teniéndose siempre en cuenta que sólo se indaga el dato cronológico y que las primeras inhumaciones
en estas cuevas, correspondientes en muchos de los casos a enterramientos del Neolítico Antiguo, son
lógicamente las más escasas y alteradas o incluso destruidas, por lo que la obtención de muestras para
datar sobre ellas ofrece mayores dificultades que para el resto de inhumaciones posteriores. De aquí
nuestra insistencia sobre la exhaustividad en el muestreo a realizar, pues de otra forma es difícil definir
con precisión la cronología ocupacional en estas cuevas.
En los siguientes apartados detallamos los enclaves arqueológicos que de una u otra forma han ofrecido
fechas absolutas del Neolítico Antiguo. Distinguiéndose entre las que presentan o no muestra cardial o
impresas antiguas, con el fin de ser contrastadas y poder establecer a partir de ellas una posible secuencia
cronológica. En general, la mayor parte de las datas antiguas han sido recogidas o comentadas en trabajos
anteriores ya citados, siendo de nuevo incluidas y ampliadas en este trabajo de síntesis, junto con las
inéditas que aportamos, computándolas entre sí, sobrevalorándose especialmente las relacionadas con el VI
e incluso de finales del VII milenio a.C., propias del Neolítico Antiguo o de la transición hacia él.
APL XXX, 2014
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60
J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
2. DATACIONES ABSOLUTAS Y ENCLAVES ARQUEOLÓGICOS
No son excesivos los asentamientos al aire libre y cuevas con ocupaciones funerarias que han aportado
cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur peninsular. Más aún, cuando comprobamos el
número de unos y otras conocido, incrementado considerablemente en los últimos años, con ocupaciones
al aire libre, constatadas en prácticamente todos los ámbitos andaluces factibles, es decir, con entornos
favorables y propicios recursos naturales. De aquí sus difíciles localizaciones en profundidad y sus más
que posibles destrucciones por las continuadas acciones antrópicas a las que han sido sometidos en el
transcurso de los años. Fenómeno que no ha sucedido con las cuevas, localizadas en ámbitos calizos, apenas
antropizadas, pero sí manipulados sus registros por deficientes gestiones arqueológicas y actividades de
dudosa filiación. Quedando de ellas sólo su continente y su localización en los ámbitos serranos, ofreciendo
para la investigación tradicional una imagen distorsionada sobre sus verdaderas funcionalidades, más de
tipo funerario que de ocupaciones estables. Desde ese punto de vista, las dataciones que se han obtenido de
cuevas sólo indican un momento de su ocupación, no el de su fundación, el resto que se puede obtener o
deducir de ellas no deja de ser en la actualidad una mera especulación. Lo que no sucede con las obtenidas
en las estratigrafías de los escasos asentamientos al aire libre conocidos. En donde sí pueden constituir
parámetros cronológicos en donde sustentar fundaciones y desarrollos poblacionales ocurridos en ellos.
Desde este sintético punto de vista, tendríamos que considerar los yacimientos y dataciones absolutas, que
a continuación, sucintamente comentaremos (fig. 1 y tabla1).
Cueva del Nacimiento (Pontones, Jaén)
Gran abrigo, con amplia cornisa calcárea, sin inhumaciones. Ha proporcionado cinco fechas absolutas
por C14 convencional, con desviaciones tipo muy altas, que encuadrarían una secuencia estratigráfica
incompleta o mal definida, entre finales del Paleolítico Superior y un Cobre Pleno. Para el tema que nos
ocupa, importan dos de ellas, como son la obtenida en el Nivel B-Capa III del 7620±120 BP, considerada,
con excesivas dudas, como propia de un “Epipaleolítico muy tardío con geométricos” (s.p.). Y una
segunda, del 6780±130 BP, que puede corresponder a un horizonte del Neolítico Antiguo sin cardial, o
al menos, esta muestra aún no ha sido determinada. En la actualidad desconocemos la localización del
registro arqueológico obtenido en esta excavación, depositado en teoría en el Museo Provincial de Jaén,
que no es así, y que sería necesario de nuevo revisar. En nuestra opinión, su registro cerámico quizás no
sea de los tradicionalmente considerados antiguos, si es comparado con el de otros contextos andaluces,
especialmente sepulcrales. Aunque puede estar justificado, más por proceder de un ámbito doméstico que
de cueva funeraria. En realidad no conocemos el posible potencial de este enclave, pues la información
que existe de él es controvertida y sesgada, aunque consideramos que sigue guardando una información
importante para futuras investigaciones.
Cueva de la Pastora (Caniles, Granada)
Cueva o gran abrigo destruido, que ha proporcionado desde los años sesenta/setenta amplios registros
arqueológicos, parte de ellos depositados en instituciones oficiales y otro tipo de colecciones. De este
enclave no se conocen restos humanos aunque sí una abundante fauna animal. Se han obtenido cuatro
dataciones absolutas por AMS sobre muestras de restos animales.
El registro cerámico, que hemos revisado, apenas presenta decoraciones antiguas impresas y sí un alto
porcentaje de motivos plásticos, incisos y de prensión. Su secuencia cultural, a tenor de los materiales
estudiados, más propios de hábitat que de necrópolis, pudo trascurrir entre una facies del Neolítico Antiguo
Epicardial (CNA-554 y 1197) y un Neolítico Tardío (CNA-553: 5335±45 BP [Canis familiaris] y CNA1198: 5160±35 BP [ovicaprino]). No consideramos otro tipo de ocupaciones, ni más antiguas ni más tardías.
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
61
Fig. 1. Principales yacimientos citados en el texto: 1. Cueva del Nacimiento (Pontones, Jaén); 2. Cueva de la Pastora
(Caniles, Granada); 3. Cerro Virtud (Cuevas de Almanzora, Almería); 4. Cueva de la Carigüela (Píñar, Granada); 5.
Cueva del Agua o de la Mujer (Alhama de Granada, Granada); 6. Sima LJ-11 (Loja, Granada); 7. Cueva de Malalmuerzo
(Moclín, Granada); 8. Los Castillejos (Montefrío, Granada); 9. Cueva de los Murciélagos (Albuñol, Granada); 10. Cueva
de las Palomas (Teba, Málaga); 11. Cerro de Capellanía (Periana, Málaga); 12. Cueva de Nerja (Nerja, Málaga); 13. Roca
Chica (Torremolinos, Málaga); 14. Cueva del Hostal Guadalupe (Torremolinos, Málaga); 15. Cueva del Toro (Antequera,
Málaga); 16. Cueva del Hoyo de la Mina (Málaga); 17. Bajondillo (Torremolinos, Málaga); 18. Cueva Hundidero-Gato
(Benaoján/Montejaque, Málaga); 19. Cueva de los Murciélagos (Zuheros, Córdoba); 20. Cueva de los Mármoles (Priego
de Córdoba, Córdoba); 21. El Retamar (Puerto de Santa María, Cádiz); 22. Cueva Chica de Santiago (Cazalla de la Sierra,
Sevilla); 23. La Dehesilla (Arcos de la Frontera, Cádiz); 24. Cueva del Esqueleto (Cortes de la Frontera, Málaga).
Cerro Virtud (Cuevas de Almanzora, Almería)
Asentamiento al aire libre, en la cima del Cabezo de Herrerías, asociado desde su fundación a una necrópolis
en fosas en el interior del mismo poblado. Su mayor conocimiento y comprensión lo debemos a las
excavaciones de urgencia realizadas en 1994 por I. Montero y A. Ruiz Taboada, que pusieron al descubierto
fases inéditas de una ocupación neolítica al aire libre. Existen de este enclave diez dataciones absolutas por
C14 convencional, mostrando una secuencia ocupacional contrastada por el registro arqueológico estudiado,
que aproximadamente transcurriría entre un Neolítico Antiguo Epicardial muy evolucionado y un Neolítico
Medio con posibles pervivencias hasta el Neolítico Final/Cobre Antiguo. Una de las datas absolutas obtenida
del nivel 9 de la Fase I (Beta-1014249), la más antigua, a pesar de su amplia desviación tipo, marcaría una
fundación para este enclave de finales del VI milenio a.C. Algunas otras pueden hacer alusión a este momento,
pero en nuestra opinión corresponderían con mayor seguridad a un Neolítico Medio.
Cueva de la Carigüela (Píñar, Granada)
A pesar de las seudosecuencias estratigráficas obtenidas y la amplia bibliografía generada, seguimos
insistiendo, como en recientes trabajos hemos expresado (Carrasco et al., 2010a y 2010b), que esta
cueva responde más a patrones funerarios que de hábitat. No obviándose la posible existencia en ella de
algún episodio habitacional esporádico o coyuntural. Recientemente, se ha cuestionado esta posibilidad,
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62
J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
Tabla 1
Yacimiento
Ref. lab.
Muestra
Fecha BP
Cal. AC (1σ)
Cal. AC (2σ)
Media*
Bibliografía
C. Nacimiento
Gif-2368
carbón
6780±130
5806-5560
5914-5482
5704±118
Asquerino y López, 1981
C. Pastora
CNA-554
Canis lupus 6210±50
5225-5064
5304-5038
5170±84
Inédita
CNA-1197
Bos taurus
6080±40
5050-4939
5078-4847
4999±52
Inédita
Beta-101424
carbón
6160±180
5308-4900
5477-4694
5084±209
Ruiz y Montero, 1999
OxA-6714
Homo
6030±55
4992-4848
5063-4785
4930±71
Ruiz y Montero, 1999
OxA-1131
Equus ferus 7010±70
5985-5816
6008-5744
5892±78
Castro et al., 1996
Beta-141150
¿polen?
6910±70
5876-5725
5977-5666
5809±70
Fernández et al., 2007
Pta-9163
¿polen?
6260±20
5297-5219
5301-5215
5261±29
Fernández et al., 2007
CNA-1129
Homo
6220±35
5289-5076
5330-5061
5183±83
Inédita
CNA-1128
Homo
6080±35
5039-4944
5204-4849
4998±43
Inédita
CNA-1125
Homo
6120±35
5205-4989
5208-4957
5094±85
Inédita
Cerro Virtud
C. Carigüela
C. Agua/Mujer
LJ-11
CNA- 1124
Homo
6095±35
5053-4952
5207-4859
5023±51
Inédita
C. Malalmuerzo
CNA-1127
Homo
6295±45
5313-5224
5373-5079
5275±41
Inédita
Los Castillejos
Beta-135664
carbón
6470±150
5608-5306
5670-5063
5417±137
Martínez et al., 2010
Ua-36215
cereal
6310±45
5322-5224
5463-5209
5288±47
Martínez et al., 2010
Ua-36214
cereal
6260±45
5305-5213
5323-5068
5228±66
Martínez et al., 2010
Beta-145302
carbón
6250±80
5313-5075
5463-4995
5198±104
Cámara et al., 2005
Ua-36212
cereal
6240±45
5803-5080
5313-5061
5200±84
Martínez et al., 2010
Ua-37835
cereal
6155±45
52207-5050
5220-4963
5116±72
Martínez et al., 2010
Ua-37844
cereal
6140±45
5207-5005
5214-4961
5105±79
Martínez et al., 2010
Ua-37839
cereal
6130±50
5207-4997
5215-4997
5094±87
Martínez et al., 2010
Beta-135663
carbón
6120±40
5206-4986
5208-4953
5091±86
Cámara et al., 2005
Ua-36208
cereal
6120±40
5206-4986
5208-4953
5091±86
Martínez et al., 2010
Ua-36213
carbón
6120±40
5206-4986
5208-4953
5091±86
Martínez et al., 2010
Ua-36203
cereal
6115±40
5204-4963
5208-4945
5086±88
Martínez et al., 2010
Ua 36210
cereal
6100±45
5199-4944
5208-4859
5060±91
Martínez et al., 2010
Ua-37838
cereal
6095±45
5197-4942
5208-4856
5048±87
Martínez et al., 2010
Ua-36209
cereal
6090±40
5188-4942
5081-4853
5021±61
Martínez et al., 2010
Ua-37834
cereal
6085±45
5192-4935
5207-4849
5018±69
Martínez et al., 2010
Ua-37837
cereal
6065±50
5044-4856
5207-4809
4976±70
Martínez et al., 2010
Ua-37836
carbón
6050±50
5020-4851
5202-4799
4952±70
Martínez et al., 2010
CSIC-247
madera
7440±100
6415-6229
6459-6085
6301±98
Alonso et al., 1978
CSIC-1133
esparto
6086±45
5192-4935
5207-4849
5022±73
Cacho et al., 1996
CSIC-1134
esparto
5900±38
4823-4721
4848-4690
4776±42
Cacho et al., 1996
Ugra-204
carbón
5840±210
4944-4460
5226-4266
4741±242
Castro et al., 1996
carbón
5920±130
4982-4618
5207-4492
4796±163
Martín et al., 1995
C. Murciélagos
Albuñol
C. Palomas
Cerro Capellanía Ly-4420
APL XXX, 2014
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
Yacimiento
Ref. lab.
Muestra
Fecha BP
Cal. AC (1σ)
Cal. AC (2σ)
Media*
Bibliografía
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GAK-8968
cereal
7390±120
6394-6104
6453-6032
6252±125
Pellicer y Acosta, 1986
Ly-5217
carbón
7240±80
6211-6032
6331-5926
6124±78
Aura et al., 1998
GAK-8971
carbón
7170±150
6218-5902
6363-5745
6053±152
Pellicer y Acosta, 1986
GAK-8973
bellota
7160±180
6225-5845
6396-5718
6041±179
Pellicer y Acosta, 1986
GAK-8963
carbón
7160±150
6212-5899
6361-5736
6044±153
Pellicer y Acosta, 1986
GAK-8975
carbón
7130±150
6206-5845
6353-5718
6015±157
Pellicer y Acosta, 1986
Beta-131577
Ovis aries 6590±40
5603-5489
5616-5480
5550±43
Aura et al., 1998
GAK-8959
carbón
6480±180
5621-5233
5729-5020
5414±169
Pellicer y Acosta, 1995
Ly-5218
carbón
6420±60
5471-5360
5488-5230
5401±56
Aura et al., 1998
Ugra-261
carbón
6200±100
5297-5042
5371-4851
5149±124
Pellicer y Acosta, 1995
Beta-193269
carbón
6180±40
5211-5066
5285-5002
5136±61
Sanchidrián y Márquez,
2005
Beta-193268
carbón
6000±40
4943-4838
4994-4793
4896±50
Sanchidrián y Márquez,
2005
Ua-34135
Hordeum
vulgare
6265±30
5298-5220
5319-5082
5262±32
Cortés et al., 2012
Wk-27462
Ovis aries 6234±30
5299-5091
5304-5072
5206±76
Cortés et al., 2012
Wk-25172
Hordeum
vulgare
6185-30
5211-5073
5221-5039
5137±54
Cortés et al., 2012
Wk-25169
Homo
6298±30
5313-5226
5324-5216
5274±35
Cortés et al., 2012
Wk-25167
Ovis aries 6249±30
5297-5231
5310-5079
5255±34
Cortés et al., 2012
Wk-25168
Hordeum
vulgare
6197±35
5215-5172
5292-5045
5148±61
Cortés et al., 2012
Ua-34136
Hordeum
vulgare
6190±50
5216-5059
5296-5007
5144±71
Cortés et al., 2012
Beta-174305
?
6540±110
5615-5379
5666-5304
5492±99
Martín et al., 2004
Ugra-194
?
6400±280
5620-5048
5848-4706
5292±286
Martín et al., 2004
GRN-15443
?
6320±70
5369-5218
5472-5078
5307±75
Martín et al.,2004
Beta-174308
?
6160±40
5207-5054
5216-4999
5122±66
Martín et al., 2004
GRN-15444
?
6030±70
5017-4810
5206-4728
4938±90
Martín et al., 2004
C. Hoyo Mina
Ua-19444
carbón
6140±65
5207-5004
5228-4907
5095±94
Baldomero et al., 2005
C. Bajondillo
Ua-21999
carbón
7325±65
6237-6088
6364-6058
6188±79
Cortés et al., 2007
Hundidero-Gato
CNA-1132
Homo
6270±50
5310-5214
5356-5069
5237±64
Inédita
CNA-1131
Homo
6055±35
5004-4858
5047-4848
4960±47
Inédita
Beta-
Homo
7560±40
6456-6408
6478-6366
6430±22
Com. pers. A. Morgado
Beta-
Homo
6560±40
5539-5480
5567-5473
5523±29
Com. pers. A. Morgado
Beta-
Homo
5960±35
4853-4791
4940-4766
4851±48
Com. pers. A. Morgado
I-17772
carbón
6430±130
5523-5231
5624-5072
5383±121
Gavilán et al., 1996
I-17776
carbón
6310±120
5467-5080
5506-4963
5259±149
Gavilán et al., 1996
GrN-6926
carbón
6295±45
5313-5224
5373-5079
5275±41
Pellicer y Acosta, 1997
I-17774
carbón
6279±120
5370-5063
5478-4951
5226±144
Gavilán et al., 1996
I-17773
carbón
6260±120
5356-5056
5476-4938
5206±143
Gavilán et al., 1996
GrN-6638
carbón
6250±35
5298-5214
5312-5076
5248±41
63
Pellicer y Acosta, 1997
Roca Chica
C. Hostal
Guadalupe
C. Toro
C. Esqueleto
C. Murciélagos
Zuheros
APL XXX, 2014
[page-n-64]
64
J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
Yacimiento
Ref. lab.
Muestra
Fecha BP
Cal. AC (1σ)
Cal. AC (2σ)
Media*
Bibliografía
C. Murciélagos
Zuheros (cont.)
OxA-15648
cereal
6199±36
5216-5071
5294-5017
5150±62
Carvalho et al., 2012
OxA-15647
cereal
6192±35
5214-5203
5228-5035
5144±60
Carvalho et al., 2012
CSIC-53
cereal
6190±130
5305-4994
5466-4805
5128±156
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-54
carbón
6190±100
5294-5020
5364-4850
5139±125
Pellicer y Acosta, 1997
I-17771
carbón
6190±120
5298-5004
5464-4809
5132±146
Gavilán et al., 1996
OxA-15646
cereal
6184±35
5211-5070
5225-5019
5138±58
Carvalho et al., 2012
CSIC-55
cereal
6170±130
5297-4963
5463-4789
5108±159
Pellicer y Acosta, 1997
GrN-6169
cereal
6150±45
5207-5042
5218-4963
5112±74
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-58
carbón
6100±130
5211-4851
5319-4718
5032±165
Pellicer y Acosta, 1997
OxA-15649
cereal
6056±35
5005-4909
5048-4848
4961±47
Carvalho et al., 2012
GrN-6639
cereal
6025±45
4983-4848
5032-4798
4922±61
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-57
cereal
5980±130
5039-4714
5214-4554
4893±162
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-56
carbón
5960±130
5011-4691
5208-4549
4866±160
Pellicer y Acosta, 1997
CSIC-59
cereal
5930±160
5006-4603
5217-4457
4829±200
Pellicer y Acosta, 1997
I-17775
carbón
5900±120
4935-4617
5194-4464
4782±151
Gavilán et al., 1996
C. Mármoles
Wk-25171
cereal
6198±31
5215-5074
5290-5267
5148±60
Carvalho et al., 2010
El Retamar
Sac-1676
concha
marina
7400±100
6009-5806
6116-5700
6261±113
Ramos, 2004
Sac-1525
concha
marina
7280±60
5858-5724
5931-5662
6148±61
Ramos, 2004
Beta-90122
concha
marina
6780±80
5444-5293
5498-5202
5689±59
Ramos, 2004
GAk-8957
carbón
7440±230
6497-6057
6821-5810
6311±222
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8949
carbón
6380±150
5511-5209
5618-5002
5312±160
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
Ugra-254
carbón
6160±100
5223-4979
5320-4842
5102±126
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8957
carbón
7420±200
6446-6077
6660-5881
6279±183
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8954
carbón
7120±200
6212-5809
6390-5657
6007±197
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8955
carbón
7040±170
6054-5742
6239-5623
5925±157
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
Ugra-259
carbón
6260±100
5325-5062
5395-4991
5207±123
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
GAk-8956
carbón
5920±120
4976-4619
5525-4494
4807±151
Pellicer y Acosta, 1982, 1997
C. Chica Santiago
C. Dehesilla
* La media se ha obtenido con el programa CalPal Online (Danzeglocke et al., 2012).
aludiéndose a la presencia en ella de unidades estratigráficas quemadas, instrumentos líticos y la propia
articulación de la cueva, que al parecer, no responde a nuestro modelo funerario de ocupación. Al
respecto, siempre desde nuestra perspectiva, consideramos que con mayor seguridad el instrumental
lítico tallado y pulimentado es más propio de un ambiente funerario. De igual forma, la calidad de los
tipos cerámicos y sus motivos decorativos son más comunes de ajuares funerarios que de actividades
domésticas. Asimismo, la propia configuración de la cueva, formada a partir de una dolina de colapso,
constituyendo un pozo profundo, rellenado a lo largo del tiempo por multitud de derrubios e innumerables
inhumaciones difíciles de cuantificar, no presenta ningún tipo de adecuación para asentamiento estable.
Aunque a lo largo de su pervivencia, relacionada con actividades antrópicas, pudo ser visitada, ocupada
temporalmente o ser objeto de rituales de difícil filiación. Los estratos quemados sin estructuras visibles,
de igual forma, pudieran relacionarse con estas inconcretas actividades. En relación a los enterramientos
APL XXX, 2014
[page-n-65]
Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
65
colectivos descritos en este lugar, hemos expresado en diversas ocasiones nuestra opinión en trabajos ya
citados. Constituyen numerosísimas inhumaciones individuales en un lugar común, que a lo largo del
tiempo conformarían una intensa necrópolis.
Aunque muy sugerentes para el tema que nos ocupa, las dataciones absolutas procedentes de esta
cueva hay que considerarlas con cierto cuidado, pues las muestras orgánicas, como pólenes, fauna salvaje,
etc., sobre las que se obtuvieron, no pueden con seguridad ser consideradas como propias de una acción
antrópica (Carrasco et al., 2010). De todas formas, el registro cerámico conocido de esta cueva relacionado
con un Neolítico Antiguo con cardial lo justifica suficientemente, aunque desconocemos su verdadera
secuenciación crono-cultural. Para una mejor visualización cronológica de ella, serían necesarias dataciones
absolutas sobre muestras de todos los restos óseos humanos obtenidos en sus variopintas intervenciones.
Cuestión que, por diversos motivos, es harto difícil de realizar.
La Loma (Illora, Granada)
De este erosionado asentamiento al aire libre en el borde de La Vega, del que solamente se conservaron
algunas fosas con restos de variados registros arqueológicos, se obtuvieron una serie de dataciones absolutas
por AMS sobre muestras de conchas marinas, que aludían a un Neolítico Reciente. Sin embargo, el análisis
de una de ellas, procedente de la Estructura E03 (Beta-296955) dio un 6750±40 (1σ: 5400/5300; 2σ:
5450/5260), lo que requiere un mínimo comentario. En un reciente trabajo, tras un conocimiento directo de
los registros arqueológicos de este enclave y previo a la publicación de su monografía (Aranda et al., 2012),
señalábamos que “la cronología del conjunto podría estar comprendida entre finales del V y IV milenio
a.C.” (Carrasco et al., 2012: 44). Grosso modo, las datas absolutas obtenidas han confirmado nuestro primer
análisis. Sin embargo, la que alude a la referenciada del VI milenio, solamente indicaría la muerte biológica
del bivalvo datado y no puede ser justificada, según alguno de los autores de la monografía, por la presencia
en algunas fosas del propio yacimiento de ciertos registros cerámicos, no bien catalogados. Nos referimos a
la presencia de dos fragmentos de toberas o, en todo caso, boquillas de tobera, que jamás por tipología, pasta
cerámica, grosor de paredes, tamaño, etc., pueden corresponder a “asas pitorros”. Tipos que, en todo caso,
aparecen con mayor frecuencia en ambientes funerarios del Neolítico Antiguo/Medio y este no es el caso
de La Loma. Tampoco la presencia de algunas cerámicas lisas con restos de pintura, no de las consideradas
antiguas (Carrasco et al., 2012), puede justificar una alta cronología del VI milenio a.C. Este enclave no
ofrece mayores argumentos cronológicos que los ofertados por las propias datas absolutas obtenidas en él,
obviando sin lugar a dudas la que citamos a modo de información.
Cueva del Agua/Mujer (Alhama de Granada, Granada)
En un reciente trabajo, hemos tratado la problemática de este complejo cavernícola, excavado entre
otros por McPherson (1870) y M. Pellicer (1964), comprobándose que corresponden a una misma cueva
con al menos dos entradas, Agua y Mujer (Carrasco et al., 2010b). Indicábamos para este enclave un
uso exclusivamente funerario y una cronología de fundación del Neolítico Antiguo Epicardial. Las datas
absolutas obtenidas por AMS, sobre muestras óseas humanas procedentes de las inhumaciones excavadas
por Pellicer en el sector Cueva del Agua, así lo han confirmado. El registro cerámico de este enclave está
exento de decoraciones impresas antiguas, por lo que sería necesaria una revisión del material arqueológico
obtenido por McPherson en el sector de La Mujer, depositado en diversos museos italianos (Catania y
Brescia), para poder contrastarlo con la escasa documentación expresada en su publicación original.
Sima LJ-11 (Loja, Granada)
Profunda sima, de uso exclusivamente funerario, revisada recientemente (Carrasco et al., 2010b). Del
estudio de sus registros cerámicos, con mínimas decoraciones impresas y abundantes motivos incisos,
plásticos y de prensión, concluíamos para ella una cronología de fundación del Neolítico Antiguo Epicardial,
APL XXX, 2014
[page-n-66]
66
J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
como así ha sido confirmado. Las muestras analizadas por AMS se han realizado a partir de restos óseos
humanos depositados en el Laboratorio de Antropología de la Universidad de Granada, correspondientes a
un individuo adulto y otro infantil, en proceso de publicación.
Cueva de Malalmuerzo (Moclín, Granada)
Cueva de uso exclusivamente funerario, al menos durante la Prehistoria Reciente. No olvidemos que
este enclave ha proporcionado una secuencia funeraria, con episodios de ocupación desde el Paleolítico
Superior hasta la Edad del Cobre. Habiéndose documentado de ellos múltiples inhumaciones
correspondientes, posiblemente entre otros periodos, a toda la secuencia neolítica. Las cerámicas
impresas con o sin cardial están bien representadas, pero se haría necesario, como único argumento,
un análisis más exhaustivo del total de restos óseos humanos exhumados, para obtener datos más
precisos sobre su verdadera ocupación funeraria. Se han obtenido dataciones absolutas por AMS sobre
dos muestras extraídas al azar de restos óseos humanos pertenecientes a un individuo infantil y otro
adulto, exhumados en las excavaciones realizadas por F. Carrión y F. Contreras (1979, 1981, 1983),
que aluden a una fase antigua del Neolítico Antiguo Epicardial (CNA-1127) y del Neolítico Reciente/
Final (CNA-1126: 5220±30 BP)
Los Castillejos (Montefrío, Granada)
Asentamiento al aire libre con gran tradición arqueológica. Su secuencia estratigráfica, en la actualidad,
quizás sea la más completa conocida en el sur de la península y muy posiblemente en territorio nacional
(Afonso et al., 1996; Cámara et al., 2005 y 2010). De este yacimiento se han obtenido gran número de
muestras, principalmente sobre cereal doméstico y carbón, con datas absolutas que irían desde el Neolítico
Antiguo Epicardial hasta un Cobre Final. En la tabla1, exclusivamente incluimos las datas absolutas
referentes a sus niveles antiguos.
Cueva de las Campanas (Gualchos, Granada)
Responde al status de cueva/sima profunda, de difícil acceso, con escasas posibilidades para desarrollar
en su área de influencia inmediata una mínima eco omía doméstica de sustento. Con estas dificultades,
n
ofrece en su interior una sur encia de agua, que justificaría visitas continuadas durante el Neolítico
g
Antiguo, al margen de las propias para inhumar. La datación absoluta por AMS obtenida sobre muestra de
resto óseo humano, perteneciente al Neolítico Reciente/Final (CNA-1130: 5390±35BP), ha sido incluida
en este apartado, exclusivamente por constituir un referente novedoso. Por el conocimiento del registro
arqueológico de esta cueva (Mengíbar et al., 1983), su cronología tendría que elevarse mínimamente a un
Neolítico Antiguo Epicardial.
Sima de los Intentos (Gualchos, Granada)
De esta profunda sima, próxima a la costa granadina, procede un amplio registro neolítico (Navarrete et
al., 1986), habiendo sido parte de él objeto de revisión en trabajos recientes (Carrasco et al., 2009b, 2010c,
2011c y 2012). Ofreciéndose para ella, cronologías al menos desde el Neolítico Antiguo, especialmente por
sus registros cerámicos. La datación absoluta obtenida por AMS sobre uno de los múltiples restos humanos
de este contexto sepulcral (CNA-1133: 5165±45BP), solamente se refiere a una inhumación secundaria,
propia de un Neolítico Tardío/Final.
Cueva de los Murciélagos (Albuñol, Granada)
Cueva con funcionalidad de necrópolis, conocida desde mediados del siglo XIX (Góngora, 1868), habiendo
generado una amplia bibliografía. Últimamente, ha sido objeto de una revisión parcial (Carrasco y Pachón,
2009b). El conjunto de las datas absolutas por C14 convencional, obtenidas sobre madera y esparto,
APL XXX, 2014
[page-n-67]
Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
67
aluden a una cronología comprendida entre un Neolítico Antiguo y Medio/Reciente. De ellas entresacamos
dos, la primera de ellas y más antigua sobre madera, no muy tenida en cuenta, puede corresponder a un
instrumento de largo uso, que desconocemos cuándo y de qué forma se introdujo en la cueva pero que
puede perfectamente corresponder a un Neolítico Antiguo sensu stricto. La segunda data, sobre esparto,
corresponde a un Neolítico Antiguo Epicardial.
Cueva de las Palomas (Teba, Málaga)
De esta amplia cueva, asociada al asentamiento al aire libre del Llano Espada (Morgado y Martínez, 2005),
con estratigrafía confusa y funcionalidad básicamente funeraria, procede una datación absoluta de amplia
desviación tipo. Obtenida por C14 convencional sobre muestra de carbón, sólo es indicativa de un momento
de su amplia ocupación (Ugra-204). Pues del registro arqueológico conocido, tanto de la cueva como del
asentamiento, podríamos concluir para estos enclaves una cronología del Neolítico Antiguo sensu stricto,
al margen de otras ocupaciones anteriores y posteriores que desconocemos.
Cerro de Capellanía (Periana, Málaga)
Amplio asentamiento al aire libre, conformado por una serie de aldeas monofásicas con débiles estructuras
de ocupación. De su denominada Fase I, más antigua, procede una datación absoluta por C14 convencional
sobre muestra de carbón, que puede indicar una cronología de fundación para este asentamiento del
Neolítico Epicardial reciente/Neolítico Medio.
Cueva de Nerja (Nerja, Málaga)
Posiblemente, junto al poblado de Los Castillejos de Montefrío, constituya el enclave arqueológico andaluz
que mayor número de dataciones absolutas haya proporcionado. La única diferencia es que las obtenidas en
este último datan niveles y contextos culturales precisos y las procedentes de Nerja, tienen valor solamente
en sí mismas. En trabajos recientes ya hemos expuesto nuestra valoración sobre la Prehistoria Reciente
de esta cueva y de algunos de sus registros materiales, así como de su funcionalidad funeraria (Carrasco
y Pachón, 2009b). En este apartado, sólo hemos seleccionado algunas de las datas obtenidas, que pueden
estar relacionadas cronológicamente con los inicios del Neolítico en la costa, aunque se podrían haber
incluido otras muchas más. Recientemente, hemos obtenido por AMS sobre muestras óseas de perros
procedentes de niveles de excavación, considerados del Neolítico Antiguo, dataciones históricas (CNA556: 230±35 BP y CNA-557: 335±30 BP). Desde este punto de vista, al margen de otras consideraciones,
en esta cueva solamente sería importante la datación absoluta sobre restos óseos humanos y especies
domésticas. De las que sólo se ha realizado una (Ua-12467), el resto de ellas sobre carbones y cereales
para datar niveles estratigráficos, fosas y otras entelequias, etc., hay que considerarlas con sumo cuidado
en relación a lo que se ha intentado fechar. De gran interés es la data por AMS obtenida sobre restos de
Ovis aries (Beta-131577).
Cueva del Toro (Antequera, Málaga)
De esta cueva, referenciada en nuestros trabajos en múltiples ocasiones, con funcionalidad, desde nuestro
punto de vista, básicamente funeraria, proceden una serie de dataciones absolutas sobre carbones, conchas,
etc., que aluden a una cronología discontinua desde el Neolítico Antiguo con cardial, Neolítico Medio
según sus investigadores (Martín et al., 2004), hasta un Cobre/Bronce.
Cueva del Hoyo de la Mina (Málaga)
Localizada en la bahía de Málaga, próxima a la línea de farallones, que delimita la costa del mar, hoy día
desaparecida por la extracción de piedra de una cantera de áridos. Excavada a principios del siglo XX por
M. Such (1920) y objeto en años posteriores de múltiples referencias y comentarios científicos. Tras su total
APL XXX, 2014
[page-n-68]
68
J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
destrucción, fue objeto entre 1999/2001 de nuevas excavaciones por el Departamento de Prehistoria de la
Universidad de Málaga (Baldomero et al., 2005). De los registros obtenidos por M. Such, configuración de la
cavidad y los procedentes de las últimas limpiezas realizadas, así como por la gran cantidad de restos óseos
humanos exhumados, al margen de otras precisiones, consideramos para ella al menos, durante la Prehistoria
Reciente, una funcionalidad básicamente funeraria, aunque también es factible, algún tipo de ocupación
coyuntural doméstica. Se ha obtenido una datación absoluta por AMS sobre muestra de carbón referida a
un Neolítico Antiguo Epicardial evolucionado. Por comparación con los registros cerámicos obtenidos en
algunas grietas próximas, en los acantilados del Complejo del Humo, consideramos que la datación absoluta
obtenida no expresa la mayor antigüedad de este enclave, aunque no se atestigua muestra cardial.
Bajondillo (Torremolinos, Málaga)
Cueva o abrigo destruido, del que sólo subsisten restos de una posible secuencia estratigráfica colgada. El
escaso material rodado que se conserva de este enclave, hace difícil una precisión sobre su funcionalidad.
Se constata algún fragmento cerámico con decoración impresa antigua y un diente hoz que de igual forma
puede ser adscrito al Epipaleolítico que al Neolítico, diferenciado sólo por el uso o no en él del tratamiento
térmico, que desconocemos. De las dos datas absolutas obtenidas por AMS sobre muestras de carbón solo
hemos incluido en la tabla1 la más reciente (Cortés, 2007).
Cueva del Hostal Guadalupe (Torremolinos, Málaga)
La cavidad, probablemente sepulcral, se localiza a unos 600 m hacia el este de la anterior, en el mismo
complejo travertínico de Torremolinos, habiendo sido parcialmente destruida durante unos trabajos de
edificación. El material carpológico depositado en el Museo Provincial de Málaga se asocia a registros
arqueológicos que pueden corresponder, sin excesiva precisión, a un Neolítico Antiguo posiblemente
Epicardial corroborado por sus dataciones absolutas (Cortés et al., 2012).
Roca Chica (Torremolinos, Málaga)
Abrigo abierto en el complejo travertínico de Torremolinos (Málaga), localizado a escasas decenas de
metros de la costa, en una cota inferior a 10 m s.n.m. Durante los trabajos de construcción de un complejo
de apartamentos se seccionó un silo con cereal doméstico, asociado a registros arqueológicos neolíticos,
que desconocemos. Existe un análisis preliminar de los restos carpológicos recuperados en el yacimiento,
bajo la denominación Cueva del Bajoncillo, sustituida, a partir de una revisión de la toponimia de los
yacimientos de Torremolinos (Cortés, 2007), por la que encabeza este epígrafe. Los datos disponibles,
especialmente por las dataciones absolutas obtenidas (Cortés et al., 2012), apuntan a un Neolítico Antiguo
Epicardial. No se han encontrado restos humanos asociados. La propia morfología del abrigo y la posible
existencia en él de una secuencia más amplia, parece indicarnos, sin seguridad, un enclave con factibles e
intermitentes ocupaciones humanas durante la Prehistoria Reciente.
Cueva Hundidero-Gato (Benaoján/Montejaque, Málaga)
De las excavaciones realizadas en los años setenta por Mora Figueroa (1976) en la galería del Caballo,
situada en la entrada del gran complejo cavernícola Hundidero-Gato, se documentaron restos óseos al menos
de tres individuos adultos, asociados a un rico registro funerario, destacando entre otros tipos cerámicos,
asas pitorro y decoraciones cardiales. Sin embargo, la que se documenta como tal en la publicación original,
no la consideramos así, aunque se trata de una impresa de las consideradas antiguas. Las datas absolutas
por AMS, se han obtenido sobre restos óseos humanos pertenecientes a dos de los individuos exhumados
del Neolítico Antiguo Epicardial, aunque las cronologías de otras ocupaciones funerarias en esta cueva
pudieran corresponder a momentos anteriores.
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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Cueva del Esqueleto (Cortes de la Frontera, Málaga)
Pequeña y angosta cavidad sepulcral que en los años setenta proporcionó restos óseos humanos de un mínimo
de tres individuos adultos, depositados en el Ayuntamiento de Cortes de la Frontera. Junto a ellos apareció
algún resto cerámico encastrado en una colada estalagmítica (comunicación personal de A. Morgado). Se han
obtenidos tres dataciones absolutas por AMS sobre muestras óseas de los citados individuos, siendo en la
actualidad su registro óseo y arqueológico objeto de estudio por parte de A. Morgado y colaboradores.
Cueva de los Murciélagos (Zuheros, Córdoba)
Cueva sobre diaclasa de difícil y compleja filiación funcional. De ella, en un primer momento se obtuvieron
dataciones por C14 convencional, sobre carbón y semillas, con altas desviaciones tipo, que en algunos casos
aluden a un Neolítico Epicardial evolucionado. Posteriormente Gavilán y otros obtuvieron nuevas datas
absolutas sobre muestras de carbón, coincidentes con la serie anteriormente obtenida, también con altas
desviaciones tipo. Últimamente, se han realizado nuevos análisis sobre cereales, que han proporcionado
datas absolutas más precisas, pero de similar entidad cronológica que las series anteriores. Del registro
arqueológico conocido de esta cueva, así como por la homogeneidad de sus datas absolutas, consideramos
ocupaciones no bien especificadas en la Prehistoria Reciente a partir de un Neolítico Antiguo Epicardial.
Evidentemente, las ocupaciones ocurridas en esta cueva, no sabemos de qué tipo, en nuestra opinión
funerarias, están bien datadas a lo largo del Neolítico Antiguo Epicardial y Medio, pero también sería
necesario, su justificación cultural con los correspondientes registros arqueológicos obtenidos de estos
períodos, que desconocemos, especialmente los procedentes de las últimas excavaciones.
Cueva de los Mármoles (Priego de Córdoba, Córdoba)
En nuestra opinión, constituye una de las cavidades más importantes con vestigios arqueológicos en la
Provincia de Córdoba. En relación con su funcionalidad durante la Prehistoria Reciente, no tenemos una
información precisa. En este aspecto, los datos más relevantes proceden de R. Carmona, a partir de una
prospección, que realizó en los años noventa (Carmona et al., 1999). Este enclave no es una cueva usual de
las normalmente conocidas en Andalucía, aquí hay espacios abiertos y configuraciones internas, factibles
para la posible existencia de un hábitat esporádico, así se ha podido documentar por la presencia de un
taller de brazaletes de piedra que hay que relacionar con estas ocupaciones en el Neolítico Antiguo/Medio
(Martinez-Sevilla, 2010). También se han constatado ocupaciones esporádicas en momentos pleistocénicos,
holocenos antiguos e incluso históricos. Lo que sí parece evidente es la constatación en ella de múltiples
inhumaciones desde el Neolítico Antiguo hasta época histórica. La datación absoluta obtenida sobre
muestra de cebada (Hordeum vulgare L.), procedente, según los autores, de un posible “silo”, corresponde
en nuestra opinión a un Neolítico Antiguo Epicardial. Cronología, que en el caso de esta cueva, no es
determinante, pues se conocen de ella registros cerámicos que podrían considerarse más antiguos.
El Retamar (Puerto de Santa María, Cádiz)
De este asentamiento costero al aire libre con cardial, existen tres dataciones absolutas sobre muestras de
conchas. Dos fechan el Hogar 18 y la tercera el Conchero 6 (Ramos, 2004: 78-79). Una media ponderada
de sus calibraciones ofrece una cronología entre 5939/5716 a.C., es decir, en la parte alta de lo que grosso
modo puede constituir una facies del Neolítico Antiguo con cardial.
Cueva Chica de Santiago (Cazalla de la Sierra, Sevilla)
Cueva de funcionalidad no precisada, pero con innumerables y no bien especificadas inhumaciones en su
interior. El registro cerámico, sin cardial, alude a un Neolítico Antiguo y las dataciones absolutas obtenidas
en ella, aunque con problemas, así lo corroboran.
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J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
La Dehesilla (Arcos de la Frontera, Cádiz)
Cueva de funcionalidad no precisada, pero con numerosas y no bien especificadas inhumaciones en su
interior. El registro cerámico alude a un Neolítico Antiguo con cardial y las dataciones absolutas obtenidas
en ella, aunque en parte y con problemas, así lo testifican.
3. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Previo a la discusión de los resultados ofrecidos por las nuevas y viejas dataciones absolutas expuestas en la
tabla1, hemos de efectuar algunas breves reflexiones de orden metodológico en relación a lo que expondremos
a continuación. Siguiendo a los clásicos, podríamos intuir que el historiador, en este caso el prehistoriador, en
sus trabajos y síntesis, pudiera ofertar modelos, incluso en algunos casos, desde su propia óptica interpretarlos,
con el fin de dinamizar y hacerlos más creíbles. Es decir, utiliza diferentes variantes en sus procesos de
investigación, que pueden o no cambiar con el devenir de los tiempos. Sin embargo, esto no debe realizarse
con el control de ellos, en este caso con la cronología absoluta. Los acontecimientos en Prehistoria tienen
validez cuando se constatan en el espacio y el tiempo, lo contrario sería entrar en ámbitos de leyendas y mitos.
De aquí la obligación de encontrar puntos de anclaje en el tiempo, alrededor de los cuales poder mínimamente
agrupar los datos. En la actualidad, estos puntos para algunos periodos de la Prehistoria, solamente en ciertas
situaciones sólo los ofrece la cronología absoluta. A partir de la cual, se puede en ciertos supuestos, interpretar,
especular, etc., pero sus datos numéricos, en nuestra opinión, deben ser inamovibles por mucho que nos cueste
aceptarlos. Buscar puntos débiles y utilizar sesgadamente las diferentes alternativas, que ofrece este tipo de
cronologías, de igual forma que dar o no validez a las muestras analizadas sobre las que se han obtenido los
análisis, no deja de constituir en ocasiones una manipulación interesada de las datas cronológicas obtenidas,
generada por no concordar o ser afín con ciertos modelos preestablecidos. En este caso, las fechas absolutas
que hemos reunido en relación al Neolítico Antiguo en el sur peninsular, no por escasas y en algún caso
problemáticas, dejan de ser sugerentes y en algún caso esclarecedoras. No pretendemos con ellas secuenciar
fielmente esos silentes registros arqueológicos depositados en Museos y Colecciones, procedentes de cuevas
sin estratificar, aunque en la mayoría de los casos provengan de excavaciones regladas. Solamente intentamos
ofrecer un bosquejo del armazón y puntos de anclaje para este período cronocultural.
Al analizarse más detenidamente las dataciones absolutas para las fases antiguas, obtenidas en
los diferentes ámbitos neolíticos del sur peninsular comprobamos en su cómputo ciertas carencias,
principalmente relacionadas con las denominadas de transición Epipaleolítico/Neolítico y Neolítico Antiguo.
Por el contrario están bien representadas las que podrían entrar en lo que se ha venido denominando como
Neolítico Antiguo Epicardial, es decir, aproximadamente entre el 5500/4900 AC. Y no es que sean excesivos
los enclaves datados sino que algunos de ellos han proporcionado un gran número de ellas. Hemos recogido
en la tabla1, cien dataciones absolutas obtenidas en veinticuatro enclaves, de los cuales cinco corresponden
a asentamientos al aire libre y diecinueve a cuevas, que en su mayoría pudiésemos considerar de carácter
funerario. Este cómputo de dataciones, constituiría en principio, un número relativamente representativo,
pero por dos motivos básicos no es así. En primer lugar, porque los veinticuatro yacimientos que han
proporcionado dataciones absolutas, representan sólo un porcentaje mínimo de los que actualmente se
conocen en Andalucía con registros adscribibles a fases antiguas neolíticas. En segundo lugar, porque de
las cien dataciones, cincuenta y una provienen de solo tres yacimientos: dieciocho de Los Castillejos, doce
de Cueva de Nerja y veintiuna de Cueva de Los Murciélagos de Zuheros, el resto, es decir cuarenta y nueve
se han obtenido en veintiún enclaves diferenciados.
De contextos perfectamente secuenciados, serían las datas procedentes de asentamientos, como Los
Castillejos, Cerro de la Virtud, Retamar y Cueva del Nacimiento, en el orden citado. De las obtenidas en
cuevas, tendrían mayor firmeza las realizadas sobre muestras de especies animales o vegetales domésticas,
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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o incluso de restos óseos de Homo, avaladas por registros materiales clasificados, procedentes o no, de
excavaciones. En este caso, por su uniformidad y coherencia, es muy sugerente la serie de datas obtenidas
en Los Murciélagos de Zuheros, que parecen proceder tanto las más antiguas obtenidas, como las más
recientes, de un similar contexto arqueológico, que seguimos sin conocer después de los años transcurridos
desde su excavación. Ofreciendo ésta, la impresión de estar en un proceso de continua reelaboración,
sin conocerse con seguridad el verdadero status ocupacional de la cavidad. La data de Los Mármoles,
sobre cereal doméstico, consideramos que no es representativa de un momento antiguo de su secuencia
ocupacional, pues existen evidencias materiales en ella que podrían elevarla en un futuro. Las datas aisladas,
de cuevas como Agua/Mujer, LJ11, Malalmuerzo, Hoyo de la Mina y Gato, obtenidas por AMS sobre
muestras de restos óseos humanos, algunas procedentes de excavaciones antiguas, están perfectamente
avaladas y acordes con los registros arqueológicos que se les asocian. Las dos, procedentes de Cueva de las
Palomas y asentamiento al aire libre de Cerro de Capellanías, tienen en nuestra opinión diferentes lecturas.
La primera hace alusión a un momento de ocupación, diríamos que funeraria, en el devenir de la cueva,
pues por el descontextualizado registro arqueológico, que conocemos, procedente de ella, no consideramos
haga alusión a momentos antiguos de su ocupación. Por el contrario la de Capellanías, es indicativa de la
fundación de uno de los reducidos asentamientos, que conforman el conjunto del yacimiento. Una especial
atención merecen las tres datas obtenidas sobre restos de Homo en Cueva del Esqueleto que pueden aludir a
la ocupación funeraria de una estrecha cavidad desde finales del Epipaleolítico hasta un Neolítico Antiguo
avanzado. Aunque en el estado actual de la investigación, podríamos en este caso cuestionarnos, si estas
datas fechan una población retardataria de tipo epipaleolítico o por el contrario los inicios de un Neolítico
Antiguo. En último caso, la fecha antigua (Beta-324381) es la primera que se obtiene sobre un Homo de
esta cronología, sea el último epipaleolítico o el primer neolítico. El resto de los enclaves en cuevas, de
los más importantes con dataciones absolutas, para la comprensión de los inicios del Neolítico Antiguo
andaluz, presentan otro tipo de problemática. Nos referimos a Murciélagos de Albuñol, Cueva del Toro,
Carigüela, Nerja y Dehesilla.
De la Cueva de los Murciélagos de Albuñol no es excesivo lo conocido de sus sesgados registros
funerarios. Las dataciones absolutas recientemente obtenidas sobre espartos, muestran una gran coherencia
a partir de una fase evolucionada del Neolítico Epicardial y posteriores períodos. Solamente la data antigua
(CSIC-247) obtenida sobre madera, que desconocemos si procedía o no de un útil, ofrece dificultades de
interpretación. Más que nada, por el desconocimiento del total del registro arqueológico, que en su momento
debió proporcionar esta cueva, que en principio, no alude a la antigüedad mostrada por esta fecha absoluta.
Sin embargo, no descartamos su validez, especialmente la del tramo bajo de su calibración, en relación
con la posible cronología de una facies antigua neolítica. Más aún, cuando se puede considerar, que la
madera de la que se obtuvo la data, por la especial localización de esta cueva, debió ser introducida en ella,
exclusivamente por una acción antrópica. En definitiva, en la actualidad desconocemos los orígenes de las
primeras ocupaciones funerarias ocurridas en esta cueva, próxima a la costa, que no constituye un hallazgo
aislado sino que está relacionada con otras cuevas utilizadas como necrópolis y registros cerámicos propios
de una facies antigua del Neolítico con cardial, pero sin dataciones absolutas.
De Cueva del Toro, la más recientemente excavada del último grupo señalado, en el interior del sistema
kárstico de Antequera, proceden datas absolutas, algunas con altas desviaciones tipo, pero coherentes con
los registros exhumados en ella. Aunque no con la secuenciación cronocultural que sus investigadores han
intentado ofrecer de ellos, muy lineal, que en nuestra opinión, no responde a la realidad arqueológica de
esta cueva. Sus registros materiales con un muy alto matiz funerario, pueden ser referentes de una secuencia
cronológica, que transcurriría con intervalos ocupacionales más o menos intensos a lo largo de todo el
Neolítico. Desde sus fases antiguas con cardial hasta momentos epigonales y posteriores ocupaciones
durante la Edad del Cobre y períodos históricos. Las datas obtenidas, pueden reflejar esta situación, pero
no las consideramos definitivas, pues en el futuro nuevas de ellas podrían sobrepasar perfectamente el 5500
a.C., como sucede con algunas de las calibraciones ya realizadas, especialmente para sus tramos altos.
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J. Carrasco Rus y F. Martínez-Sevilla
Por último, en este apartado, tendríamos que realizar unas breves reflexiones sobre las dataciones
absolutas aportadas por los tres yacimientos andaluces en cuevas que completarían este último grupo,
en nuestra opinión, con diferentes problemáticas. Sucintamente ya se ha comprobado, como Cueva de
Carigüela, quizás el enclave más paradigmático del Neolítico andaluz, ha proporcionado una serie de datas,
de confusos contextos, no obtenidas en excavaciones regladas y finalidades no muy precisadas. En síntesis,
pocos argumentos absolutos en donde anclar de forma fidedigna los ricos registros funerarios conocidos de
esta cueva. Parece ser, que se están o se van a realizar análisis más exhaustivos sobre restos óseos humanos
exhumados en ella, con la finalidad, entre otras, de obtenerse un mayor número de dataciones absolutas.
Que no dejarán de ser nuevos puntos de anclaje en esta cueva, pero de difícil asociación con los registros
arqueológicos, que se pretenden contextualizar. Las dataciones absolutas obtenidas sobre muestras no bien
especificadas ¡si son por acción antrópica!, hacen alusión con seguridad, a la presencia en la cueva, de fases
de ocupación correspondientes al Neolítico Antiguo con o sin cardial, bien justificadas tipológicamente.
La segunda sería Cueva de Nerja, con importante presencia neolítica y suficientes datas absolutas,
obtenidas en excavaciones antiguas y en tiempos recientes. De hecho no han cesado de obtenerse, para fechar
los más variados contextos, fases, estratos, etc. Sus registros arqueológicos hacen referencia, al margen de
los propiamente pleistocenos, a toda la Prehistoria Reciente y diríamos que tiempos históricos. Es decir, en
esta cueva existen dataciones y registros arqueológicos que los pueden justificar. El problema, es que estos,
por mucho que se intente y por multitud de datas absolutas, que se obtengan, no pueden ser correctamente
secuenciados y esta constituiría su verdadera problemática. Las dataciones absolutas de esta cueva con altas
desviaciones tipo, indican para ella, en muchos de los casos, ocupaciones neolíticas con o sin cardial, al
menos, desde los inicios del VI o incluso desde finales del VII milenio a.C. Aunque, si somos muy estrictos, la
única data absoluta, con verdadera entidad neolítica en sí misma, es la Beta-131577, que alude a la presencia
en la península ibérica de ovejas domésticas con cronología antigua de mediados del VI milenio a.C.
Cueva de la Dehesilla completaría este último grupo, siendo, en nuestra opinión, la más enigmática
y quizás históricamente la más obviada en la investigación que nos ocupa. Desde un principio, fue
cuestionada por las altas datas absolutas para el momento en que se obtuvieron y sus calibraciones con
elevadas desviaciones tipo, no bien asumidas por la investigación oficial de la época. Posiblemente también
por la complejidad de su registro arqueológico, quizás en origen no bien secuenciado, muy propio, como
se ha comprobado, de los contextos sepulcrales andaluces. Al margen de estas problemáticas, los anclajes
cronológicos obtenidos en esta cueva, los consideramos en la actualidad, plenamente justificados por la
existencia en ella de registros cerámicos antiguos, con o sin cardial.
En resumen podemos considerar, que de una u otra forma, todas las datas absolutas, que numéricamente
trataremos seguidamente, tienen suficiente justificación cultural para ser consideradas como anclajes
cronológicos en los inicios del devenir neolítico del sur peninsular. Por el contrario, si queremos visualizarlas
desde un punto de vista reduccionista, con valor en sí mismas, son muy escasas las que pudiésemos valorar.
En este caso, y no es nuestra opción, solo las que aludirían a especies animales/vegetales domésticas y
huesos contextualizados de Homo. El resto, por diversos motivos interesados, en algunos casos espurios
y manipulados, no tendría validez. No siendo esta la versión, que en el precario estado actual de la
investigación sobre el Neolítico Antiguo, nos puede ocupar o preocupar.
A partir del registro arqueológico de cuevas y asentamientos al aire libre, que han proporcionado
dataciones absolutas, comprobamos que solamente nueve de estos enclaves han ofrecido valores calibrados
por encima del 5450/5500 AC. Cronología que en la actualidad consideramos como divisoria entre lo que
podríamos denominar Neolítico Antiguo sensu stricto y Neolítico Epicardial, hasta aproximadamente
el 4900/4850 AC, que grosso modo iniciaría la transición hacia lo que se ha denominado, sin excesivos
argumentos contrastados, como Neolítico Medio. Esta cronología la consideramos firme, avalada por la
secuencia cronoestratigráfica de Los Castillejos de Montefrío. En cuyos niveles antiguos de ocupación,
junto a una extensa y variada muestra de cerámicas decoradas y lisas, se comprueba una muy escasa
presencia de amortizados fragmentos impresos antiguos, propios de un ambiente epicardial antiguo. En
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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general, registros cerámicos evolucionados en relación a los que podríamos considerar propios de una fase
anterior, con mayores porcentajes de impresas antiguas y motivos más barrocos. Todo relacionado, en este
asentamiento al aire libre, plenamente consolidado, con una agricultura y ganadería desarrollada y variedad
de especies domésticas animales y vegetales como bóvidos, ovicápridos, suidos, cánidos, diferentes tipos
de cebada, trigo, guisantes, habas, etc. Junto con el aprovechamiento de otras especies salvajes como vid,
aceituna, zarzamora, bellota, etc., y una gran variedad de malas hierbas explotadas y animales obtenidos por
actividades cinegéticas (Cámara et al., 2010). Con estos sintéticos datos, bien contrastados en Los Castillejos
de las Peñas de los Gitanos, solamente intentamos incidir que el 5500/5450 AC, solamente representa una
data intermedia diríamos que evolucionada, en el devenir del Neolítico Antiguo andaluz. Enclaves que han
proporcionado esta cronología o pueden mínimamente proporcionarla, son multitud hoy día en la geografía
andaluza. Especialmente conocidos por sus extensas y ricas necrópolis en cuevas, próximas a entornos
abiertos y favorables para explotaciones agrícolas y ganaderas. Solamente su dispersión en multivariados
nichos ecológicos muy distantes entre sí, indicaría el conocimiento arraigado a través de generaciones, que
tendrían estas poblaciones de los diversos entornos andaluces y estas experiencias no pueden justificarse por
simples trasvases de poblaciones o trasmisiones precipitadas de conocimientos con dirección Este/Oeste.
A partir de este supuesto, consideramos que la madurez alcanzada por las poblaciones neolíticas andaluzas
de mediados del VI milenio a.C., con entornos bien seleccionados para sus prácticas agrícolas y ganaderas,
variedad de especies animales/vegetales domésticas y control de otras salvajes, solo estaría justificada por la
acumulación de conocimientos de otras poblaciones asentadas con anterioridad en similares nichos ecológicos
o próximos a ellos, que habrían transmitido sus experiencias. No tenemos excesivos conocimientos sobre
ellas, pero sus registros poco conocidos, son cada vez más frecuentes a lo largo y ancho del extenso territorio
andaluz. En la actualidad, cuantificar su muestra, es difícil de precisar, no sólo a nivel tecnológico sino de
localización puntual, pues en el registro actual aún sigue existiendo confusión entre las cerámicas impresas
antiguas y las que no lo son. De igual forma, existen multitud de cerámicas con decoración cardial, no bien
catalogadas y mal ubicadas en el espacio y tiempo. En definitiva, son antiguos y paradigmáticos muchos de
los enclaves, que en teoría o en la realidad, han ofrecido registros de los denominados como antiguos, dentro
del periodo neolítico, por encima del 5500/5400 AC, pero escasos los anclajes cronológicos absolutos en que
sustentarlos. Sin embargo, una lectura más ponderada y no interesada de ellos, puede ofrecer a nivel global
y con ciertos matices, algunos datos más esclarecedores sobre el tema que nos ocupa.
Si visualizamos el cómputo de dataciones absolutas expuesto en la tabla1, comprobamos que sólo siete
enclaves con registros neolíticos (Nacimiento, Carigüela, Nerja, Retamar, Cueva Chica, La Dehesilla y
El Esqueleto) y posiblemente otros dos (Murciélagos de Albuñol y Bajondillo) sobrepasan la mitad del
VI Milenio AC. Muestra muy escasa en relación al porcentaje de yacimientos al aire libre y necrópolis
en cuevas conocidos actualmente en la geografía andaluza con potencial para proporcionarlas. Pero,
centrándonos en estos seis yacimientos que las han proporcionado, con la única duda de Cueva Chica y
posiblemente Nacimiento, comprobamos, que todos ellos, de una u otra forma, han ofrecido, con mayor
o menor porcentaje entre sus registros cerámicos con impresas antiguas, decoraciones con cardium, muy
tenidas en cuenta para definir más fiablemente los niveles antiguos de las correspondientes secuencias
estratigráficas en donde aparecieron. Se podrá argüir que las datas absolutas de estos yacimientos no son
correctas, alteradas, contaminadas, laboratorios poco fiables, desviaciones tipo altas, carbones de “maderas
viejas”, etc. Sin embargo, qué duda cabe, si obviamos estos argumentos, en ciertos casos interesados, que
todas ellas proceden o han sido obtenidas de contextos antiguos o en relación a ellos, con o sin cardial. De
estos yacimientos, las altas datas absolutas de Murciélagos de Albuñol y Bajondillo no son muy indicativas
por la escasez o desconocimiento de registros arqueológicos asociados a ellas. La data del abrigo del
Nacimiento, relacionada con un Neolítico Antiguo denominado de “montaña” por uno de sus excavadores
(Rodríguez, 1997), puede tener una lectura especial. O bien, que efectivamente no contenga muestra cardial,
que esté mal determinada entre los registros extraídos o, que no se haya localizado en los escasos sondeos
realizados en este yacimiento. Teniéndose en este último supuesto, siempre en cuenta, que los porcentajes,
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que proporcionan los asentamientos son muy inferiores a los obtenidos en cuevas con usos funerarios.
En este sentido, no descartaríamos en Andalucía, con ciertas dudas, que la cerámica con decoración
impresa con cardium, entre otros tipos, constituyese prioritariamente un tipo de vajilla específicamente de
representación o más propia de ajuares funerarios, con escasas apariciones ya amortizadas en ambientes
domésticos, cuestión por contrastar con datos más precisos. De igual forma se podría argumentar que en
Nerja y Retamar existen sustratos epipaleolíticos, que para ciertas investigaciones, pudieran justificar las
altas cronologías de estos enclaves. Aunque no así para los registros antiguos de la Dehesilla y Carigüela,
en donde no se han detectado este tipo de ocupaciones.
Se comprueba, que los escasos yacimientos andaluces, parcialmente datados, ofrecen cronologías
básicamente de la segunda mitad del VI milenio a.C., correspondientes grosso modo a la secuencia cardial
en el área levantina, que en Andalucía podría considerarse como una fase postcardial o epicardial, más
tardía. Considerándose una mayor antigüedad para su Neolítico Antiguo sensu stricto, por encima del 5500
a.C. Periodo caracterizado entre otros argumentos, por la eclosión precoz de las cerámicas impresas, entre
las que con un mayor o menor porcentaje aparecerían las realizadas con cardium y dataciones más elevadas,
que en los contextos regionales limítrofes. En el registro arqueológico actual, desde nuestras perspectivas,
no podríamos hacerlas subsidiarias o justificativas de una expansión démica o de influencias llegadas, como
tradicionalmente se ha considerado, desde el área levantina ni menos aún desde otras áreas peninsulares.
En la actualidad, dentro de la escasez de dataciones antiguas conocidas, casi siempre asociadas a
conjuntos muy precarios con cardial, podríamos a priori realizar una primera lectura de ellas en relación a
estos ítems y sus concentradas apariciones en ciertos ámbitos geográficos. Lectura, en cierta forma
distorsionada, por falta de precisiones y escasez, como ya se ha indicado, de datas absolutas asociadas a
ajustados contextos. Desde este punto de vista, es muy sugerente el grupo de asentamientos al aire libre y
cuevas funerarias con registros antiguos, descubiertos en los últimos años en la región más meridional del
sur peninsular, en la provincia de Cádiz. Asentamientos entre otros como Retamar, La Esperilla, Bustos,
Cabezo de Hortales, etc., y cuevas funerarias como Dehesilla y Parralejo, que con altas cronologías podrían
estar en el origen del Neolítico peninsular, relacionado con la precoz llegada de posibles influencias desde
el continente africano. Hipótesis no muy novedosa, pues, a intervalos, desde mediados del siglo pasado se
ha venido insistiendo en ello, aunque últimamente se ha postulado con una mayor insistencia y argumentos
(Cortés et al., 2012). Sin embargo, aun dentro de su atractivo, el considerar en la actualidad como único
subterfugio o aval, la llegada de los nuevos presupuestos neolíticos, exclusivamente por el Estrecho de
Gibraltar hasta la provincia de Cádiz, como entorno más próximo a África, no debe, con el actual registro
arqueológico, obsesionarnos. De igual forma, las costas de Málaga, desde Estepona hasta Nerja, con altas
dataciones en este último punto asociadas a registros antiguos, también pudieron ser pioneras en este tipo
de relaciones con el Norte de África. No obviándose en este aspecto, que toda la costa malagueña ha
proporcionado multitud de cuevas, en nuestra opinión de tipo funerario, muchas de ellas con registros
cerámicos antiguos mal estructurados o desaparecidos. De igual forma, que sus primarios asentamientos al
aire libre, próximos a las costas, destruidos o desaparecidos por la antropización intensiva que en los últimos
cincuenta o sesenta años han sufrido estos entornos turísticos. Sin embargo, no solamente se detectan
vestigios del Neolítico Antiguo en ámbitos costeros, sino que más al interior en las mismas provincias de
Cádiz y Málaga, se han localizado núcleos con registros antiguos y cerámica cardial, como son los casos de
Acinipo en Ronda, Complejo Hundidero-Gato, Cueva de las Goteras de Mollina, Cueva del Toro, el
Charcón (Alozaina), etc. En Sevilla, el Cabezo de Lebrija, Los Álamos (Prado del Rey), etc. Más al norte y
al este, en ámbitos geográficos de Andalucía Oriental, existen ciertos vacíos incomprensibles, sin lugar a
dudas por una manifiesta falta de investigación. Así en la provincia de Córdoba, son escasos o nulos los
registros que se pueden asociar a un Neolítico Antiguo por encima del 5500 a.C., las datas absolutas
obtenidas así lo manifiestan junto a la no existencia de muestras cardiales como referente “arcaico tipo”
mejor conocido. Quizás, Cueva de los Mármoles, en la Subbética las proporcione en un futuro próximo,
junto a otros registros cerámicos antiguos, que sí existen en ella. Cuestión no de extrañar, pues el cardial y
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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otros registros cerámicos antiguos sí han sido contrastados en la cueva funeraria de Malalmuerzo, muy
cerca de Los Mármoles, en la vertiente externa de las Sierras Subbéticas, ya en tierras granadinas. De igual
forma, el asentamiento al aire libre de Los Castillejos de Montefrío, también ha proporcionado en sus
niveles más antiguos algunos fragmentos amortizados de cerámica impresa cardial, quizás como recuerdo
o revival de tiempos pasados. Cuestión que se repite en otros muchos enclaves, que podríamos denominar
epicardiales, entre el 5500/4900 a.C., en donde son muy escasas o aisladas las cerámicas con decoraciones
impresas antiguas a favor de las mayoritarias incisas y con decoraciones plásticas. Al margen de otras
impresas evolucionadas, almagras, inicio de las boquiques, etc. En la provincia de Granada, más al nordeste,
se documentan con mayor insistencia registros antiguos con o sin cardial, que en cierta forma, jalonan gran
parte de su geografía. Muchos desaparecidos por actividades irregulares o por una mala gestión arqueológica
y en el fondo, no bien datados o deficientemente interpretados. Existen registros antiguos, al margen de los
señalados en Malalmuerzo y Castillejos de Montefrío, Cueva del Capitán en la costa granadina y Sima del
Carburero y con dudas en Cacín en Tierras de Alhama de Granada. Otros enclaves, en los entornos de La
Vega de Granada, han proporcionado muestras antiguas pero sin cardial, como puede ser Las Catorce
Fanegas y La Molaina. Pero a nivel bibliográfico, quizás los más paradigmáticos y conocidos son los
enclaves situados en los entornos de Sierra Harana. Destacando Cueva de Carigüela, Ventanas, Pagarecio,
Agua de Prado Negro, Majolicas, CV-3 de Cogollos, con registros cerámicos que podrían considerarse
antiguos con o sin cardial. Algunos, con grandes porcentajes de esta muestra, asociados casi con seguridad
a registros funerarios y con datas antiguas, si son asumibles, las proporcionadas por Carigüela, entre finales
del VII e inicios del VI a.C. Cronología, muy similar a la ofertada por algunos enclaves costeros en Málaga
(Nerja) y Cádiz (Dehesilla y Retamar) y más antiguas que las aportadas por los clásicos yacimientos
levantinos con cardial, como paradigma, no contrastado, de antigüedad. Desde este punto de vista no
tenemos un mínimo de argumentos ni cronológicos ni tipológicos, para considerar el núcleo de yacimientos
de Sierra Harana y sus cerámicas cardiales, especialmente de Carigüela y Ventanas, como una extensión o
área de influencia de la propiamente levantina, como tradicionalmente se ha asumido. Sólo por incidir en
un tipo cerámico funerario clásico, como pueden ser las vasijas con asa-pitorro, comprobamos diferencias
manifiestas. Las levantinas normalmente se corresponden con botellas mientras que en Andalucía se
presentan formas más simples como cuencos y ollas. Pero insistiendo en el tema que nos ocupa, comprobamos
que entre Carigüela y la zona levantina, al margen del extenso espacio físico que los separa, no existe o no
se han constatado registros arqueológicos antiguos con cardial que pudieran justificar algún tipo de relación
entre estos dos ámbitos geográficos diferenciados. Solamente dos yacimientos, uno en cueva y otro un gran
abrigo, muy alejados de Carigüela, en los límites con las provincias de Albacete y Murcia, podrían al
respecto ofertar algún tipo de información. El primero de ellos en cueva o abrigo destruido, corresponde a
Cueva de Pastora (Caniles, Granada) con cuatro dataciones absolutas comprendidas entre los últimos
tercios del VI y V milenio a.C. El amplio registro material que hemos podido documentar de este enclave,
muy posiblemente doméstico, algo excepcional entre el conjunto de cuevas conocido en Andalucía, no
presenta muestra cardial y el grueso de las cerámicas, con mínima representación de las impresas a
instrumento, lo componen las decoraciones incisas y plásticas. El segundo correspondería a Cueva del
Nacimiento (Pontones, Jaén), anteriormente comentado, con una datación absoluta adscrita a un Neolítico
Antiguo sin cardial, más antigua que las obtenidas en los ámbitos levantinos. Otros contextos antiguos con
cardial, al aire libre, se han documentado en regiones costeras y del interior en la Provincia almeriense,
como son Cabecicos Negros, Peñón de las Ánimas, etc., sin cronologías absolutas y no bien estructurados.
Por último, comprobamos cómo del área más septentrional de la región andaluza, en la Provincia de Jaén,
al margen de los registros cerámicos de cuevas conocidos desde antiguo (Navarrete y Carrasco, 1978),
posiblemente correspondientes a un Neolítico Antiguo epicardial, poco más se ha ofertado con posterioridad.
Recientemente, en áreas de campiñas, entre el Subbético y Sierra Morena, encuadrables en la Cuenca del
Guadalquivir, se han señalado registros cerámicos antiguos, sin cronologías absolutas, en Horneros de
Baeza y Peña Prieta de Porcuna.
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En este sucinto recorrido, en el que sólo hemos señalado yacimientos o registros potencialmente
antiguos y referenciados en bibliografía, la mayoría sin cronologías absolutas, ocupando ámbitos
geográficos y nichos ecológicos muy diferenciados, comprobamos una cierta homogeneidad en sus
registros arqueológicos conocidos. Diferenciados, en parte, sólo por su origen, sea procedente de
cuevas funerarias o asentamientos al aire libre, que la investigación tradicional no ha sabido o no le ha
interesado discernir, aunque hoy día, desde nuestra opción, nos aparecen incuestionables. De igual forma,
comprobamos ciertas homogeneidades cronológicas de finales del VII y principios del VI milenio a.C.,
para los escasos enclaves datados con mayor o menor éxito, que por su amplia dispersión y distanciamiento
entre ellos, aluden a un conocimiento del territorio en fechas aún más arcaicas. Lo cual, dificulta en la
actualidad el poder establecer sus relaciones inmediatas con otras zonas limítrofes, si es que existieron,
en orden a analizar el precoz desarrollo del mal comprendido y peor sistematizado Neolítico andaluz.
En la actualidad, de las hipótesis tradicionalmente emitidas, en relación a la búsqueda de sus orígenes,
no aceptaríamos algunas de ellas, como son las que lo justifican por influencias, no sabemos de qué tipo,
desde el área levantina o por el oeste peninsular. Sin embargo, la tercera vía, a partir del Norte de África,
con más adeptos en la actualidad y quizás, mejores argumentos científicos, aunque por el momento, no
excesivos, sí nos parece más atractiva y consistente, especialmente por lo que puede aportar en el futuro
que por la realidad actual. Las cronologías absolutas, hasta el momento, obtenidas en algunos de sus
yacimientos clásicos, no ayudan a la comprensión de estas relaciones Sur-Norte, ya que no indican una
prelación en relación a las obtenidas en los yacimientos andaluces. De igual forma las investigaciones
que en los últimos años se vienen realizando en zonas del Norte de Marruecos (El Idrisi, 2012), entre el
Río Muluya por el este y las montañas del Rif en el oeste por un equipo alemán/marroquí, han puesto al
descubierto una serie de pequeños asentamientos al aire libre y abrigos (Linstädter, 2010 a y b; Morales
et al., 2013) con secuencias del Epipaleolítico/Neolítico, que por el momento, no consideramos aporten
excesivos datos para la comprensión de los orígenes del Neolítico Antiguo andaluz. Las datas absolutas
procedentes de Ifri Oudadane, Hassi Ouenzga, etc., sobre especies vegetales autóctonas, de igual
forma, que las secuencias estratigráficas obtenidas en estos pequeños enclaves, no guardan una especial
relevancia en relación a lo similar conocido en el sur peninsular. No sólo por sus cronologías absolutas,
sino por el uso de terminologías no muy adecuadas como es por ejemplo “Epipaleolítico con cerámicas”,
término arcaico poco precisado en la actualidad. De igual forma que el concepto de Neolítico Antiguo A,
B y C, que por sus datas absolutas ocuparía toda la secuencia neolítica de Oudadane, poco contrastable
con los desarrollos andaluces. En resumen, una investigación con posibilidades de futuro en orden a la
posible comprensión del Neolítico andaluz, pero no en el momento actual, dado su estadio embrionario.
Sugerentes y de gran interés, son los registros cerámicos obtenidos en los lejanos poblados de NabtaPlaya en el Sahara Oriental (Jórdeczka et al., 2010), también considerados epipaleolíticos con cerámicas
impresas y cronologías absolutas muy altas del IX milenio a.C. Cerámicas realizadas con ruedecillas
dentadas y otras con peines arrastrados, tradiciones decorativas muy en sintonía con similares, aunque
más tardías, detectadas en algunas cuevas andaluzas del Neolítico Antiguo.
En resumen, detectamos en el Neolítico andaluz una fase antigua de difícil filiación por encima del
5500 a.C., que factiblemente lo iniciaríamos, con una cronología no bien contrastada, en la transición
del VII/VI milenio o inicios de este último no bien conectada con los últimos momentos epipaleolíticos
y una plena consolidación, que denominamos Neolítico Antiguo Epicardial, aproximadamente entre
el 5500-4900/4800 a.C. Los registros cerámicos que se asocian a esta secuencia son relativamente
homogéneos en todo el ámbito andaluz. Quizás, al margen de pequeñas matizaciones, solamente
se diferenciarían por su procedencia, sea de cuevas sepulcrales o de asentamientos domésticos. Por
cronologías, sensiblemente más antiguas y tipos cerámicos, especialmente por las formas cerámicas
sepulcrales, que en la actualidad son las más contrastables, no comprobamos excesivas afinidades con
similares en el Levante mediterráneo, por lo que a priori, no consideramos esta área geográfica próxima,
como relevante para la comprensión de los orígenes del Neolítico en el sur peninsular. De igual forma,
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Las cronologías absolutas del Neolítico Antiguo en el sur de la península ibérica
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en relación a sus posibles conexiones en origen con ciertos ámbitos africanos, no los descartamos aunque
el registro arqueológico que actualmente conocemos de ellos, especialmente en lo relacionado con sus
anclajes cronológicos por el momento, no los consideramos definitivos ni determinantes. Aunque sí
más sugerentes, por la presencia en ciertos ambientes subsaharianos, más al interior del continente,
de algunos ítems cerámicos antiguos como pueden ser las comentadas decoraciones impresas con
ruedecilla y su presencia no bien clasificada ni cuantificada en algunos contextos del sur peninsular, que
pudieran ser anteriores a lo propiamente cardial. A partir de aquí, en orden a sus orígenes, son escasas las
conclusiones consistentes, que en la actualidad se pueden obtener de los registros descontextualizados y
peor estructurados del intenso y floreciente Neolítico andaluz.
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